Deportes
El derecho humano a la práctica del deporte
Ciudad de México.— El deporte es un derecho de niños y adolescentes que se encuadra en su derecho al esparcimiento y a un desarrollo integral.
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Sociedades y gobiernos reconocen el papel relevante y eficaz, del deporte como promotor de la dignidad, de los derechos humanos. Es una fuerza positiva de cambio social que impulsa el desarrollo y la paz.
El deporte cambia la vida de niñas, niños y adolescentes
El deporte genera en su entorno un clima de tolerancia y bienestar donde pueden desarrollarse. En especial, para los niños y las adolescentes es un punto de encuentro con figuras nacionales e internacionales que les inspiran a empoderarse dentro de su comunidad.
Por eso las autoridades federales, estatales y municipales, dentro de las políticas públicas de recuperación de espacios comunitarios, han subrayado los lugares físicos deportivos donde se relacionan, como una prioridad. A partir del juego, niños y adolescentes mejoran su calidad de vida y participan en su comunidad. Al mismo tiempo, se benefician de la reconstrucción del tejido social donde viven.
Sobre la práctica del deporte como derecho humano
El derecho fundamental a la cultura física y al deporte es un derecho de reciente reconocimiento en el ordenamiento jurídico constitucional mexicano, contemplado en el artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
El deporte no sólo es una actividad lúdica que realza el cuerpo y el espíritu que tiene su máxima manifestación en los Juegos Olímpicos. También constituye un derecho humano, ya expresamente reconocido en algunos países dentro de los que se encuentra México y en la Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte de la UNESCO.
El derecho a la cultura física y al deporte, no sólo se desdobla en una dimensión del deporte del alto rendimiento. Además implica la promoción de todas las prácticas deportivas, a todos niveles.
Desde los niños que tienen contacto con el sistema educativo nacional a nivel preescolar, pasando por todos los niveles educativos, asimismo, debe comprender a las mujeres y a los hombres, adultos mayores, personas con discapacidad y de los pueblos indígenas, lo cual implica no sólo garantizar su acceso en las mismas condiciones, sino de promover a quienes se encuentran en una situación de rezago.
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