Cultura
Adiós a Cristina Pacheco, periodista, escritora y cronista emblemática de la ciudad
Medio siglo de narrar la ciudad donde nos tocó vivir
Ciudad de México.- La cultura y el periodismo mexicano están de luto. Cristina Pacheco, una de las figuras más emblemáticas de la crónica urbana y la literatura, falleció a los 82 años. Su legado, impreso en las páginas de periódicos y en las imágenes de la televisión, perdurará como un testimonio vibrante de la vida en la Ciudad de México.
Nacida en 1941, como Cristina Romo Hernández, Cristina Pacheco -que retomó el apellido de su esposo, el escritor José Emilio Pacheco,- inició su carrera periodística en la década de 1960.
Trabajó para periódicos de renombre como “El Popular” y “Novedades”, y más tarde para “El Sol de México” y “La Jornada”. También incursionó en la radio con programas como “Voz Pública” y “Los dueños de la noche”.
Pacheco, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, combinó su formación académica con un agudo sentido de la observación para capturar la esencia de la vida urbana.
Aquí nos tocó vivir
Su programa “Aquí nos tocó vivir”, transmitido por Canal Once desde 1978, se convirtió en un ícono de la televisión mexicana. A lo largo de más de cinco décadas, Cristina Pacheco llevó a la pantalla historias de la vida cotidiana, enfocándose en las voces y experiencias de trabajadores y oficios que a menudo eran ignorados en la narrativa oficial. El programa no solo reflejó la evolución de la Ciudad de México, sino que también documentó eventos significativos como los terremotos de 1985 y 2017.
Como cronista de la ciudad, Cristina Pacheco se aseguró de que las historias de la gente común no se perdieran en el ruido de la vida urbana.
Su trabajo en “Aquí nos tocó vivir” fue reconocido por la UNESCO en 2010, inscribiéndolo en el Registro Memoria del Mundo de México. Esta distinción subraya la importancia de su labor en documentar la memoria viva de la Ciudad de México y otras regiones del país.
Más allá de la televisión
Cristina Pacheco fue una escritora prolífica, una ensayista perspicaz y una columnista respetada. Su trabajo le mereció múltiples galardones, incluyendo el Premio Nacional de Periodismo en diversas categorías. Su enfoque en la vida cotidiana y su habilidad para tejer historias a partir de las experiencias diarias la consagraron como una cronista indispensable de la Ciudad de México.
A lo largo de su carrera, publicó varios libros que reflejan la diversidad y riqueza de su voz literaria. Entre sus obras más destacadas se encuentran “Para vivir aquí” (1983), “Sopita de Fideo” (1984), y “La última noche del tigre” (1987). Cada una de estas obras sumerge al lector en universos únicos, tejidos con el mismo talento narrativo y sensibilidad que caracterizaron su trabajo periodístico.
Además, escribió “Amores y desamores” (1996), “Los trabajos perdidos” (1998), “Limpios de todo amor” (2002), “El oro del desierto” (2005) y “Humo en tus ojos” (2010). Estos libros, que abarcan casi tres décadas de trabajo literario, demuestran su habilidad para capturar la complejidad de las relaciones humanas y la profundidad de las emociones. Su literatura, al igual que su periodismo, se caracteriza por un acercamiento íntimo y humano a sus temas.
La partida de Cristina Pacheco deja un vacío inmenso en el panorama cultural mexicano. Su capacidad para conectar con la gente y su dedicación a contar historias que de otro modo podrían haber sido ignoradas, la sitúan como una figura única en el periodismo y la cultura.
Con la partida de Cristina Pacheco, México pierde a una de sus voces más significativas. Su legado, sin embargo, seguirá vivo a través de sus ensayos, sus programas y, sobre todo, en las historias que contó. La periodista fue una narradora de la humanidad, alguien que capturó la esencia de la vida en sus múltiples facetas. Su adiós marca el fin de una era, pero su influencia y sus enseñanzas permanecerán como un faro para las generaciones venideras.
Descanse en paz, Cristina Pacheco, la voz de una ciudad y de su gente.
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