Cultura
Así fue el homenaje póstumo a José Agustín
En Bellas Artes
Ciudad de México.- El escritor José Agustín, fallecido el 17 de enero, recibió un homenaje emotivo póstumo por las narraciones escritas exprofeso para recordarlo por tres de sus entrañables amistades.
Las cenizas del escritor mexicano fueron recibidas con aplausos de la comunidad literaria que se dio cita en el Vestíbulo principal del Palacio de Bellas Artes el pasado domingo 25 de febrero al mediodía.
Sus familiares y amigos crearon un ambiente como el que le hubiera gustado al melómano y apasionado del rock, con sus canciones rocanroleras preferidas y las citas sobre su imprescindible legado a la literatura contemporánea de México y el mundo.
Fuente de luz: Margarita Bermúdez
Tras considerar a José Agustín su maestro, Margarita Bermúdez, quien fuera su compañera de vida, dijo que fue fuente de luz que mostró tantas corrientes literarias, posibilidades infinitas.
“Estilísticamente creo que nos dejó un legado impresionante, disfrutable, fresco y original, ojalá que lo sigamos acompañando con la lectura de estos maravillosos textos”.
Asimismo, agradeció la realización de este homenaje, pues hubiera estado feliz de vernos reunidos en torno a él.
En su oportunidad, Jesús, Agustín y Andrés Ramírez Bermúdez compartieron parte de sus anécdotas y vivencias como integrantes de una familia especial, “bajo el signo de lo creativo”.
Coincidieron en la espontaneidad del escritor, además de incurrir en caminos muy variados, especialmente el de la literatura, el de la música, el de los sueños, así como en su capacidad de contar cuentos todos los días.
En tanto, Andrés refirió que, al igual que sus hermanos, tuvo la fortuna de tener como papá a José Agustín y se dio cuenta de su carácter extraordinario, de lo distinto que era su sistema al de sus amigos, no solo por la inmensa pasión que le imprimía a todo lo que realizaba, sino por tanta cosa loca que salía de su boca, que rompía con lo establecido.
José Agustín el contestatario: Poniatowska
Para la escritora Elena Poniatowska, quien espontáneamente pidió tomar la palabra, José Agustín estaría muy emocionado y diría “qué está pasando, se han vuelto locas las autoridades”, porque él fue un contestatario, fue un hombre que se levantó contra la injusticia, así que para él sería una sorpresa enorme, así como lo fue para José Revueltas, que aquí en este gran y bellísimo espacio se le rindiera el homenaje que le está dando frente a Margarita y sus hijos, grandes mexicanos como lo fue su papá”.
Recordó que, en los sesenta, José Agustín se inició en la literatura mexicana al lado de Gustavo Sainz, Juan Tovar, Parménides García Saldaña y Margarita Dalton. “José Agustín abrió las puertas de la cultura de la chanza a los jóvenes que hicieron de la irreverencia una forma de acercarse a la literatura. De La tumba, Se está haciendo tarde y de muchos otros libros salieron voces de risa, de irreverencia que muchos festejaron, por fin se sentían representados y representadas las niñas de minifalda y los greñudos de pantalones de mezclilla”.
La escritora, Premio Cervantes 2013 expresó que José Agustín reía y “hacer reír es hacerle un bien a los demás, y para sorpresa de todos resultó muy culto, sabía mucho de literatura francesa e inglesa. José Agustín le trajo un aire nuevo a la literatura mexicana, introdujo la antisolemnidad y la buena onda que proviene no solo del relajo y la risa del rock, sino de la solidaridad, muy pocos saben que José Agustín cultivó caña en los campos de la Revolución Cubana y tampoco saben que le ayudó a José Revueltas a escribir El apando, en Lecumberri. Abrió muchas puertas para que entrara aire fresco en el ambiente catedralicio y solemne de la literatura mexicana”.
También asistieron la escritora Elsa Cross, además de la titular del Inbal, Lucina Jiménez y la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
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