Celebridades
Famosos recuerdan regalos imposibles en Navidad
Nueva York.— A veces Santa no cumple todos los deseos de los niños, hay regalos que son muy esperados pero nunca aparecen debajo del árbol de Navidad.
Otras veces entrega regalos que están equivocados, como le pasó a Will Smith.
“Mi hermana recibió un hornito eléctrico en vez de mí”, dijo al promover su película “Collateral Beauty”.
“No sé por qué no le dan hornitos a los niños. Los chicos deberían poder cocinar. Esa fue una verdadera tragedia de mi infancia, que mi hermana recibió el hornito y yo no”, bromeó Smith.
En el caso de Jennifer Aniston, quien es una de las protagonistas de la comedia Navidad en la oficina, el regalo imposible fue una Barbie, o al menos una parte de la Barbie. La cabeza, para ser más exactos.
“¿Sólo la cabeza?”, preguntó su compañero de elenco Jason Bateman.
Aniston: “Sí, el busto, te acuerdas, el pelo le crecía, podías sacar el pelo y cortarlo, ponerle maquillaje”.
Bateman todavía no estaba convencido: “¿Entonces era un busto de tamaño natural?”
“Sí”, respondió Aniston.
La actriz Lily Collins también tuvo un problema con Barbie: “Quería un Jeep de Barbie, pero nunca no tuve”.
En el caso de la estrella country Kelsea Ballerini fue algo artístico.
“Cada año mi mamá y yo íbamos a ver ‘El Cascanueces”’, recordó.
“Nunca he contado esta historia antes, pero cada año deseaba uno de esos grandes tutús, esos lisos con lentejuelas, así que un año le escribí una carta a Santa muy seria y muy bien escrita en la que decía: ‘Santa, voy a explicarte algo”’, recordó.
“Necesito un tutú porque he ido a ‘El Cascanueces’ como siete años seguidos y mi apellido es Ballerini, soy prácticamente una bailarina y necesito un tutú’. Pero no me lo trajeron”.
Esta no es la historia más triste, a Naomie Harris, quien actúa en “Moonlight” le pasó algo peor.
“Quería un perro y nunca me trajeron un perro, mi mamá me compró un conejo en vez de eso, pero un conejo no es un perro y eso fue muy decepcionante”, dijo.
Para el cómico Keegan-Michael Key, se trató bien un asunto de tamaño.
“Me moría de ganas por tener un Gran Danés pero vivíamos en una casa pequeña”, recordó. “Le tendrían que haber dado más comida al animal que a mí y a mi hermano”.
El compositor y productor musical Hans Zimmer encontró una solución.
“Desde temprana edad era un niño aficionado a la tecnología y que quería hacer música así. Claro que quería un sintetizador, y no hay forma de que un padre le de eso a un niño porque son cosas caras”, dijo.
“Así que cuando finalmente pude ganar el dinero para regalármelo, aún era uno de esos momentos en los que todos me decían ‘¿cuándo vas a tener un trabajo de verdad?’ Creo que lo mejor de no poder tener el regalo fue ganármelo por mí mismo y hacer algo con él”, dijo Zimmer.
Con información de @AP_Espectaculos
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