Celebridades
Nicole Kidman vive nueva etapa dorada
Los Ángeles.- Hubo un tiempo en que Nicole Kidman aparecía en cualquier conversación sobre las mejores actrices del mundo, y puede que a algunos se les olvidara su talento, escondido a base de bótox, pero la australiana cumple este martes 50 años con la certeza de haber recuperado el esplendor del pasado.
Simplemente quiero celebrarlo estando con mi divino esposo, mis hijas y mi hermana”
La actriz, casada desde 2006 con el cantante de country Keith Urban., con quien tiene dos hijas, antes estuvo casada por una década con Tom Cruise, con quien adoptó dos niños, no tuvieron hijos naturales.
“No necesito grandes celebraciones. Únicamente tener a mi familia junto a mí. Así soy feliz”, agregó la intérprete durante la presentación en Los Ángeles de su nueva película, The Beguiled, con la firma de Sofia Coppola.
Ese es un nuevo ejemplo de la resurrección artística que vive Kidman tras su nominación al Óscar por Lion y el enorme éxito de la miniserie de HBO Big Little Lies.
Además, en el futuro le esperan proyectos como Aquaman (será la reina Atlanna, la madre del superhéroe) y la versión estadounidense de la cinta francesa The Untouchables.
Aquella melena rizada y pelirroja surgida de Hawai, criada en Sydney y descubierta para el mundo por Phillip Noyce en “Dead Calm” (1989) no tardó en llamar la atención de Tom Cruise, a quien conoció durante el rodaje de Días de trueno (1990).
Ya como marido y mujer, decidieron adoptar dos hijos (Isabella Jane y Connor) y rodar juntos Ojos bien cerrados(1999), la última película de Stanley Kubrick.
Entre medias, la actriz ya había dado buena cuenta de su talento por sí sola, pero fue tras su separación en 2001 de Cruise -nunca bien explicado, aunque muchos apuntan al papel que jugó la Cienciología- cuando su carrera evolucionó y alcanzó un nivel a la altura de las grandes damas de la interpretación.
Logró su primera candidatura al Óscar con el musical Moulin Rouge! (2001), emocionó con su trágica historia en Los Otros (2001) a las órdenes del español Alejandro Amenábar y ganó el premio de la Academia con su inolvidable papel de la escritora Virginia Woolf en Las horas.
Aquella fue la cima de Kidman, una época donde compaginaba grandes riesgos artísticos (“Dogville”, de Lars Von Trier, en 2003) con apuestas claramente comerciales (“Cold Mountain”, 2003).
No obstante, esa etapa dio pie a unos años donde perdió la brújula de su carrera con malos proyectos mientras, en paralelo, la polémica sobre su abuso del bótox crecía entre los círculos más críticos, que lamentaban su inexpresividad interpretativa.
Nunca me he sometido a cirugía, pero sí probé el bótox, por desgracia. Lo dejé y ahora, finalmente, puedo mover mi cara de nuevo”.
Sea coincidencia o no, lo cierto es que Kidman ha venido recuperando el prestigio con el musical Nine (2009), su tercera candidatura al Óscar (The Rabbit Hole, 2010) y obras tan provocadoras como The Paperboy (2012), de Lee Daniels, o Stoker (2013), de Chan-wook Park.
Y, aunque es la imagen del glamour personificado y sigue siendo un imán para algunas de las firmas de moda y cosméticos más conocidas del mundo, no se olvida de su vertiente humanitaria, ya que es embajadora de buena voluntad para Unicef y para Unifem, el fondo de la ONU para la Mujer, donde colabora para erradicar la violencia machista.
Precisamente ese tipo de abusos los sufre su personaje en Big Little Lies, su último gran papel hasta la fecha, que podría depararle, además, su primer Emmy, un premio para el que parte como gran favorita y para el que ya fue nominada por Hemingway & Gellhorn (2012). EFE
Nicole Kidman
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