Pulir los pisos renueva su belleza y revaloriza la propiedad

Un piso sin brillo y desgastado da muy mal aspecto; además de que resta atractivo y valor a las propiedades. Por ello es muy importante mantenerlos siempre brillantes y en óptimas condiciones lo cual sólo es posible si se les da un constante mantenimiento y de vez en cuando un buen pulido de pisos para restituir su estructura.

Los pisos del hogar, negocio u oficina, son parte de la estructuras de todos los inmuebles, que al igual que el resto de sus componentes, requiere cuidados y un constante mantenimiento para preservarlos en perfectas condiciones. 

Procedimiento básico para un buen pulido de pisos

El procedimiento básico y esencial que se aplica a todos los tipos de superficies y suelos es el pulido de pisos, con el que se eliminan los rayones, se recupera su brillo y se renuevan totalmente.

Para ello es necesaria la utilización de pulidoras especiales que faciliten el trabajo y garanticen óptimos resultados.

Un buen pulido devolverá el resplandor y la lozanía perdidos, y dará una nueva imagen de limpieza y frescura a los pisos tratados e, inmediatamente, hará más atractiva y elegante la propiedad, aumentado su valor.

Son dos muy buenas razones, belleza estética y revalorización económica, para no olvidar el constante mantenimiento.

Unos pisos bien pulidos, cualquiera que sea su tipo o estilo; ofrecen un aspecto bastante elegante y de buen gusto que automáticamente repercute de manera muy positiva en el valor del inmueble.

Entonces, no sólo se trata de dejarlos bonitos, sino también de aumentar el valor de la propiedad al realizar básicos y sencillos trabajos.

De hecho, lo más recomendable es seguir un plan de mantenimiento programado, con el que de manera sistemática, se puedan hacer pulidos profundos en fechas determinadas, para que así el piso siempre se mantenga brillante.

Efectivas técnicas de pulido

Hay diversos tipos de materiales con los que se constituyen los pisos, básicamente hormigón, granito, mármol, madera y mosaico.

Que, dependiendo de la condición en la que se encuentren o de lo que se necesite hacer en ellos, se aplicarán diversas técnicas de pulido, lijado o desbastado.

Eso sí, para todos los casos son necesarias las pulidoras de pisos; con las que se realizan los trabajos adecuados con tan sólo cambiar sus discos.

Por ejemplo, los pisos de mármol son bastante llamativos y atractivos cuando tienen su máxima brillantez.

Lo cual sólo se logra con un exhaustivo proceso de desbastado, pulido y abrillantado, que se hace con maquinaria especial y con la aplicación de métodos específicos.

Por lo cual es recomendable buscar la asesoría de una buena empresa especializada que se encargue del tema con sus equipos y personal experimentado.

El desbastado es un procedimiento con el que se busca restaurar el piso dañado, maltratado o manchado, que consiste en el lijado de la superficie para rebajar unos dos milímetros y eliminar las zonas dañadas.

Pulidoras de pisos requeridas

Para este trabajo se requiere  una desbastadora, a la que se colocan discos con diamantes de metal y piedras de distintos grados; que disminuyen el piso hasta dejarlo totalmente liso y sin imperfecciones.

Una vez desbastado el suelo de mármol, se procede a lustrar el mismo con una pulidora, a la que se le colocan los discos adecuados.

De manera que se pasarán sobre la superficie con una solución de ácido oxálico, agua y pasta cristal en polvo. Para limpiarla y pulimentar la misma profundamente.

Abrillantar es la parte final del proceso y se realiza colocando unos químicos densificadores o cristalizadores sobre el piso; y pasando varias veces sobre él la máquina con otros discos especiales, hasta lograr un brillo de espejo. El mármol lucirá como nuevo y sus espacios se verán aún mejor.

Las pulidoras de piso son muy fáciles de manejar y cualquiera, en apenas unos pocos minutos, puede aprender a operar una de ellas para:

Limpiar, pulir y abrillantar todo tipo de pisos, a muy bajo coste, con el propósito de mejorar el aspecto y la apariencia de la propiedad, y con ello, indudablemente, su valor. 

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