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Celebran fiesta de santa Teresa de Calcuta
Ciudad del Vaticano.— La Iglesia católica celebra por primera vez la fiesta oficial de santa Teresa de Calcuta, luego que el Papa la elevó al honor de los altares la víspera, y en la Plaza de San Pedro se celebró una misa en su honor.
Miles de fieles participaron esta mañana en la ceremonia, presidida por el “número dos” del Vaticano el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin.
“Madre Teresa amaba definirse como ‘un lápiz en las manos del señor’, pero ¡qué poemas de caridad, de compasión, de conforto y de alegría ha sabido escribir ese pequeño lápiz! ¡Poemas de amor y de ternura para los más pobres entre los pobres, a los cuales ha consagrado su existencia!”, señaló el purpurado en su sermón.
Agregó que ella fue un “nítido espejo del amor de Dios” y un “ejemplo admirable de servicio al prójimo”, especialmente a las personas más pobres, marginadas, abandonadas; un ejemplo sobre cómo dejar atrás la tibieza y mediocridad.
La fiesta coincide con la muerte de Agnes Gonxha Bojaxhiu, como se llamaba civilmente la monja de origen albanés, quien falleció exactamente hace 19 años a las edad de 87.
Parolin recordó este lunes que la religiosa, en 1946, sintió un llamado divino a renunciar a la vida tranquila dentro de la congregación de la que era parte, las Hermanas Misioneras de Loreto, y a salir a los caminos para servir a los pobres.
“Era una orden. No era una sugerencia, una invitación o una propuesta”, agregó, recordando el relato de la misma Madre Teresa.
Sostuvo que ella sabía bien que una de las formas más lacerantes de pobreza consiste en el saberse no amados, no deseados y despreciados; una especie de pobreza presente también en los países y en las familias menos pobres, en las personas pertenecientes a categorías que disponen de medios y posibilidades.
Quien sufre de esta pobreza, siguió, experimenta el vacío interior de haber perdido el significado y la dirección de la vida o son violentamente golpeadas por la desolación de los vínculos rotos, por la dureza de la soledad, de la sensación de ser olvidados por todos o de no servir a ninguno.
Más adelante Parolin evocó el célebre discurso de la Madre Teresa en la recepción del Premio Nobel en Oslo el 11 de diciembre de 1979, cuando exclamó: “Es muy importante para nosotros comprender que el amor, para ser verdadero, debe hacer mal”.
“Cuando Madre Teresa pasó de esta tierra al cielo, el 5 de septiembre de 1997, por algunos largos minutos Calcuta quedó completamente sin luz. Ella en esta tierra era signo transparente que indicaba el cielo”, señaló.
“En el día de su muerte el cielo quiso ofrecer un sigilo de su vida y comunicarnos que una nueva luz se había encendido sobre nosotros. Ahora, tras el reconocimiento oficial de su santidad, brilla aún más vívida”, ponderó.
Tras la misa en San Pedro, las celebraciones por la canonización de santa Teresa continuarán la tarde de este lunes cuando miles de fieles desfilen ante sus reliquias que serán ubicadas en la Basílica de San Juan de Letrán, al sureste de Roma. Ntx
agch