México
“Luchar contra el mal y comprometernos con el bien es nuestra misión”: Cardenal Tolentino Mendonça en la Catedral Metropolitana
Uno de los aspectos centrales de su mensaje fue el llamado al compromiso con el prójimo; con los más vulnerables y marginados.
Ciudad de México.- Durante su visita a México, el Cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, ofició la Santa Misa en la histórica Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
En su homilía, en un mensaje que resonó profundamente entre los fieles, el Cardenal Tolentino destacó la importancia de la lucha espiritual y la constante búsqueda del bien como el camino hacia la santidad.
En ese sentidos, recordó que a los fieles que el compromiso con el bien y la lucha constante contra el mal son los pilares de una verdadera vida cristiana.
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“Ser santos no es un estado que se alcanza de la noche a la mañana; es un proceso arduo que requiere esfuerzo, entrega y constancia”, afirmó Tolentino de Mendonça.
El Cardenal hizo un llamado a los fieles presentes en la Catedral Metropolitana para que reconozcan que el mal en el corazón humano fue lo que llevó a Jesús a la cruz.
“Cuando el mal triunfa en nuestros corazones, se repiten las razones que llevaron a Cristo a su sacrificio”, expresó, al tiempo que señalaba la imagen del Cristo del Veneno como símbolo del sacrificio supremo de amor.
El Cardenal Tolentino Tolentino también reflexionó sobre las dificultades y tentaciones que enfrentaron los discípulos de Jesús, recordando que, a pesar de las caídas, el Señor siempre los formaba con esperanza.
“Jesús no nos pide menos de lo que somos capaces de dar. A veces sus palabras pueden parecernos exigentes, pero su amor y acompañamiento nos llevan siempre hacia adelante”, aseguró el Cardenal, destacando que la verdadera transformación interior implica luchar cada día contra el mal que habita en el ser humano.
Uno de los aspectos centrales de su mensaje fue el llamado al compromiso con el prójimo, particularmente con los más vulnerables y marginados.
“Nuestro deber como cristianos no es solo mejorar nuestra vida espiritual, sino también centrarnos en las necesidades de los demás, especialmente de aquellos que son olvidados por la sociedad”, subrayó.
La homilía culminó con una oración especial por las familias presentes y por la paz en el mundo.
ARH