México
¿Cómo puede revolucionar la vida monástica la cultura laboral del siglo XXI?
Ciudad de México.— Estrés, agotamiento, el burnout y pérdida de habilidades socio-cognitivas son los reflejos de un mundo hiperconectado donde, según datos de la OMS, el estrés laboral consume al 77% de los profesionales. Por ello, la sabiduría de un monje del siglo VI actualizada por el más famoso filósofo coreano de este siglo emerge como un antídoto inesperado. La espiritualidad puede ser la respuesta para transformar el agotamiento contemporáneo en crecimiento personal y comunitario.
El estrés laboral no es solo fatiga: es una crisis existencial. En universidades, el 68% de los docentes reportan ansiedad crónica por sobrecarga de tareas, gestiones burocráticas y plazos inflexibles. No son pocos los especialistas terapeutas y psicólogos los que alertan que esta “explotación autoinfligida” —como la define Byung-Chul Han— convierte a las personas en “sujetos de rendimiento”: “Creemos ser libres, mientras nos destruimos con la autoexigencia”.
En este contexto, la Organización Mundial de la Salud ya clasifica el burnout como enfermedad laboral; la cual requiere diversos enfoques de atención. Uno de ellos no es simplemente ‘escapar’ de la realidad mediante el consumo y el disfrute vertiginoso (viajes, comida, sustancias, etcétera) sino la propia reconfiguración de las relación personal con el trabajo y con la vida cotidiana.
San Benito, la revolución del Ora et Labora
Aunque se conoce popularmente a san Benito por la medalla de devoción y protección que lleva su nombre; en realidad una de sus principales aportaciones al catolicismo es la propuesta de espiritualidad: escribió la regla monástica que transformaría Europa porque lejos del ascetismo extremo, que era lo común en la época, propuso un equilibrio radical: sostener el trabajo y la oración bajo el ritmo circadiano.
La regla indica que los monjes deben dividir su día en periodos de labor manual (labora), estudio y oración (ora), ajustados a la luz natural. Esta estructura no buscaba explotar, sino armonizar cuerpo y espíritu.
De esta forma, el buen descanso y ordenado comienza a tomar sentido también como herramienta del “buen trabajo”. En el capítulo cuarto de la regla benedictina se incluyen el silencio, la humildad y el sueño suficiente. Estas prácticas asumen la pax (paz) como ejercicio vital conducente a la productividad sensata.
LEE Voces que tejen libertad en defensa de la identidad y la cultura
Pero también, los monjes de la regla de san Benito están invitados a fortalecer y respetar los lazos de la comunidad por encima de las necesidades egoístas. Así, el líder de la comunidad (el abad) debe ser visto por los monjes con cariño y respeto más que con temor y resentimiento; además, las decisiones colectivas deben procurarse por encima de la mera voluntad individual.
Este principio, trasladado a las formas laborales actuales exige que los administradores o gerentes escuchen y atiendan también la dimensión humana y colectiva de los trabajadores. El diálogo franco, abierto y libre puede ser un antídoto contra el aislamiento, especialmente en su forma digital con el que trabajadores, empleados y colaboradores se ‘sustraen’ largos periodos de tiempo sumergidos en las redes sociodigitales.
San Benito sabía algo que hemos olvidado: sin pausas sagradas, el trabajo se vuelve esclavitud.
Byung-Chul Han y la contemplación
El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, en Vida Contemplativa: Elogio de la Inactividad (2023), denuncia que “hemos perdido la capacidad de no hacer nada”. Las sociedades hoy están orientadas a un hiper rendimiento incesante y lejos del sentido de desarrollo colectivo.
Por ello, recuerda que la inactividad no es pereza sino una “capacidad independiente” que devuelve la riqueza interior a la persona. El filósofo asegura que mientras el mundo digital exige hiperactividad se hacen necesarios “momentos contemplativos” para frenar la autodestrucción.
Han reflexiona sobre la necesidad de “crear santuarios internos” donde adquieren sentido nuevos ejercicios espirituales como el “ayuno digital” o el mindfulness en entornos virtuales; se trata, dice, de rituales modernos de resistencia.
De cierto modo, la espiritualidad monástica de la Edad Media se torna actual a través de una urgencia de salud mental, equilibrio y sana productividad.
Espiritualidad contemplativa en el siglo XXI
Diversos psicólogos y terapeutas recomiendan el sentido de la pausa, el ejercicio, el descanso y la ‘desintoxicación digital’ para recuperar el equilibrio mental y físico. Entre las propuestas está la respiración consciente (con 10 minutos entre tareas para disminuir el cortisol en el sistema), dar caminatas contemplativas (donde se observen los colores y texturas en trayectos cotidianos para mejorar la atención); y hacer una introspección diaria (para evaluar las emociones propias sin juicio, como pedía san Benito).
También, incluso mientras se trabaja, se recomienda un método para transformar las pausas laborales:
- Ritmo, No Rutina: Divide tu jornada en bloques de 90 minutos (cronobiología benedictina). Tras cada bloque, cinco minutos de respiración profunda (inhala 4 seg, exhala 6 seg).
- Micro-Contemplaciones Digitales: Antes de abrir un email, observa un objeto natural (una planta, el cielo). Byung-Chul Han lo llama “interruptor sensorial”.
- Ayuno de Notificaciones: Designar dos horas diarias como “sagradas”, sin pantallas ni dispositivos. Ese tiempo debe usarse para caminar o escribir un diario.
- Consulta Comunitaria: Como los monjes, es necesario decidir en equipo las prioridades. Hay que evitar la tiranía de “lo urgente”.
- Ora et Labora 4.0: Vincula cada tarea a un propósito. Cada actividad se debe hacer con plena atención. Evitar la idea del ‘multi-tasking’. La idea es simple: “Haz lo que haces”, dedicación y concentración clara en una sola tarea a la vez.
Tomar una pausa nos humaniza
Frente a las promesas de hiperproductividad y velocidad de las ‘Inteligencias artificiales’ que podrían suplir al trabajador humano, la respuesta no es la cultura del agotamiento, sino todo lo contrario. Humanizar el descanso, darle sentido trascendente a la relación entre el trabajo y la pausa en medio de las tareas cotidianas. San Benito y Byung-Chul Han convocan a una saludable rebelión contemplativa: a convertir las pausas también en espacios de crecimiento espiritual. Pura sabiduría práctica, como apunta Han: “La inactividad nos devuelve a la riqueza interior que el rendimiento nos roba”.
ebv
Ciudad de México. — Durante una reciente marcha contra la gentrificación en la Ciudad de México, una mujer de más de 60 años denunció su desalojo de una vivienda que habitó durante seis décadas.
“Mi predio ahora lo han hecho local para asiáticos y no se vale. Yo tenía en ese predio un arraigo de sesenta años y de ahí me sacaron”, expresó.
La mujer compartió que muchas madres trabajadoras sin vivienda estable se refugiaron en casas de otras familias o rentaron, aunque varias no lograron emplearse por su edad.
“Nos expulsan a la calle como si no fuéramos personas”, afirmó.
Su testimonio revela la precarización de mujeres mayores ante el alza de rentas y el reemplazo de vecinos por negocios temporales o turismo extranjero.
Desplazamiento forzado por gentrificación afecta la seguridad en los barrios
En las colonias Roma, Juárez y Condesa, la rotación constante de inquilinos debilitó los vínculos comunitarios que antes ayudaban a prevenir robos, agresiones o emergencias.
Vecinos entrevistados por el Laboratorio para la Ciudad en 2021 reportaron menor cooperación barrial y desconocimiento de quiénes habitan los inmuebles cercanos.
El Observatorio de Seguridad Ciudadana de la UNAM señaló que la cohesión social es un factor clave para reducir delitos en entornos urbanos con alta densidad habitacional.
“Cuando ya no sabes quién vive al lado, ya no sabes a quién pedir ayuda”, dijo una vecina desplazada en entrevista con medios comunitarios.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) documentó que, en zonas con gentrificación activa, como el Centro Histórico, aumentaron los reportes de delitos menores entre 2018 y 2022.
Los expertos en seguridad urbana vincularon estos aumentos con la pérdida de vigilancia informal entre vecinos, un mecanismo que había funcionado históricamente en barrios populares.
La pérdida del arraigo debilita redes de apoyo
El desplazamiento forzado interrumpió la vida cotidiana de miles de familias que dependían de su comunidad para trabajar, cuidar niños o apoyar a personas mayores.
La organización TECHO México señaló en su informe 2022 que los barrios populares funcionaban como redes comunitarias que ofrecían apoyo emocional, logístico y económico entre vecinos.
Madres solteras, adultos mayores y trabajadores informales eran los más beneficiados por esta organización espontánea del cuidado. La gentrificación cortó esas dinámicas sin ofrecer alternativas.
“Yo cuidaba al hijo de mi vecina cuando ella trabajaba. Ahora se fue. Yo ya no tengo con quién hablar”, dijo una residente de la colonia Guerrero.
Las redes de trueque, venta de comida y préstamo de herramientas también desaparecieron al cambiar la composición social de los barrios.
Según el informe “Desigualdad Urbana y Gentrificación”, publicado por El Colegio de México en 2023, estos cambios profundizaron la precariedad de grupos que dependían de su comunidad inmediata.
Otras ciudades frenaron la gentrificación con políticas públicas
Varias ciudades del mundo enfrentaron la gentrificación con políticas activas para proteger a sus residentes más vulnerables.
Barcelona, desde 2021, prohibió nuevas licencias de alquiler turístico en toda la ciudad. Además, el Ayuntamiento impulsó un plan de vivienda pública en edificios recuperados para familias desplazadas, según datos del Consorci Metropolità de l’Habitatge.
Berlín intentó frenar el aumento de rentas con una ley que congeló precios por cinco años en zonas de alta demanda. Aunque la Corte Constitucional anuló la medida en 2022, el gobierno local mantuvo una política de compra de edificios para gestionarlos como vivienda social.
Más para leer: Gentrificación y crisis de vivienda: no es sólo por el espacio
Montevideo, en Uruguay, promovió cooperativas de vivienda por ayuda mutua. Estas agrupaciones autogestionadas, apoyadas por el Estado, ofrecieron alquileres accesibles a familias sin crédito bancario.
Nueva York aplicó en 2019 el “Rent Stabilization Law”, que limitó los aumentos de renta y protegió a los inquilinos frente a desalojos arbitrarios. La ciudad también obligó a los desarrolladores a reservar un porcentaje de unidades para vivienda asequible.
En México, los avances fueron limitados
La Constitución de la Ciudad de México reconoce el derecho al arraigo comunitario. Sin embargo, la legislación secundaria no estableció mecanismos claros para impedir el desplazamiento involuntario.
En 2023, la Comisión de Derechos Humanos local emitió una recomendación para que el Congreso reformara la Ley de Vivienda e incluyera medidas contra desalojos masivos. La propuesta sigue sin dictamen.
El Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva sugirió crear un padrón de colonias con alta presión inmobiliaria y establecer límites al crecimiento de plataformas de alquiler temporal. La propuesta aún no se implementó.
Organizaciones como Suma Urbana y Habitat International Coalition propusieron que se grave fiscalmente la vivienda desocupada y se impulse un parque de vivienda pública con renta social. Hasta ahora, esas iniciativas no avanzaron.
Mientras tanto, vecinas como la mujer que marchó por su predio en la colonia Guerrero siguen exigiendo lo más básico: no ser expulsadas del barrio que llaman hogar.
JAHA
México
Educar en la verdad: forjar hijos auténticos y responsables
Ciudad de México.- “Papá, ¿eso que hiciste fue mentir?” La pregunta de un niño puede ser el espejo más claro de lo que aprende en casa. Enseñar a los hijos a decir la verdad no es solo corregirles cuando mienten, sino cultivar desde el ejemplo una vida con sentido ético, emocional y auténtico.
La verdad no se enseña como una lección, se vive. Así lo explicó la psicóloga familiar Laura Reyes: “Los hijos observan más de lo que escuchan. Si los padres actúan con honestidad, los niños lo replican”.
Educar con honestidad fortalece los lazos familiares y genera un ambiente de confianza mutua. Cuando los hijos saben que pueden hablar con la verdad sin ser juzgados, se sienten más seguros emocionalmente.
La sinceridad fomenta el diálogo abierto, reduce los conflictos y permite a los padres conocer mejor las inquietudes de sus hijos.
Así, la familia se convierte en un espacio donde cada miembro puede ser auténtico, expresarse sin temor y crecer con libertad, pero también con responsabilidad.
Desde edades tempranas, los niños desarrollan una noción básica de lo correcto y lo incorrecto. Sin embargo, esta percepción se fortalece si el hogar promueve un ambiente seguro donde se puede hablar sin miedo a represalias.
Te puede interesar: Cárceles premian buena conducta entregando gatos a reos
¿Por qué importa criar hijos auténticos?
Un niño que se siente valorado por lo que es, no por lo que aparenta, construye una identidad firme. Según el terapeuta Rafael Aragón, “La autenticidad se relaciona directamente con la salud emocional. Los niños que no temen mostrarse tal como son, se relacionan mejor y enfrentan con más recursos los conflictos”.
Fomentar la verdad también implica reconocer errores como adultos. Pedir perdón o admitir una equivocación enseña más que cualquier discurso.
Especialistas en desarrollo infantil coinciden en que la crianza basada en la verdad promueve autoestima, empatía y responsabilidad. “La verdad genera confianza. Un niño que puede hablar con libertad aprende a pensar con claridad”, afirmó Mariana Guzmán, orientadora familiar.
También advirtió que corregir sin humillar es clave. “Si cada mentira es castigada con dureza, el niño aprenderá a ocultar, no a confiar”.
Educar en la verdad es preparar a los hijos para un mundo que exige integridad.
Es enseñarles a responder con valentía y construir relaciones honestas.
Los especialistas sugieren promover conversaciones cotidianas sobre emociones, decisiones y consecuencias. No se trata de crear hijos perfectos, sino personas auténticas que sepan vivir con coherencia.
Cultivar la verdad en casa no es fácil, pero es posible. Y hoy, más que nunca, es necesario.
ARH
México
Como construir un hogar que nutre las emociones de los hijos
Ciudad de México.- Un estudio del DIF Nacional reveló que más del 30 % de los niños mexicanos se sienten ignorados por sus cuidadores. La cifra no se refiere al abandono físico, sino al abandono emocional cotidiano: padres distraídos, ausencias prolongadas o indiferencia.
“Mi mamá siempre estaba en el celular. Nunca me miraba a los ojos”, relató Daniel, de 11 años, en una entrevista para un centro comunitario en Ecatepec. Casos como el suyo son frecuentes y poco visibles.
La psicóloga infantil Nadia Ramírez explicó que muchos niños crecen sin vínculos seguros. “Eso daña la autoestima, genera ansiedad y baja el rendimiento escolar”, advirtió.
El desarrollo emocional en la infancia moldea la percepción del mundo y de uno mismo. Cuando hay carencias afectivas, los niños aprenden a sentirse poco valiosos.
Según la Secretaría de Salud, cuatro de cada diez menores atendidos en unidades de salud mental presentan síntomas vinculados a desatención afectiva.
La psicóloga Julia Borbolla, compartió claves prácticas para enseñar inteligencia emocional a nuestros hijos.
La crianza positiva no implica perfección, sino compromiso emocional.
Es, de acuerdo con los expertos; escuchar con atención, validar emociones y mantener rutinas afectivas son claves.
La herida silenciosa de una sociedad distraída.
Una niñez con baja autoestima no solo sufre en silencio, también hereda esos vacíos a la siguiente generación.
Te puede interesar: Desarme voluntario impulsa cultura de paz
Desafortunadamente, aún las políticas públicas aún enfocan sus recursos en lo material, dejando de lado el acompañamiento emocional.
Psicólogos y trabajadores sociales coinciden: la atención afectiva es tan importante como la alimentación o la educación.
Voltear a ver a la niñez con ojos presentes es urgente. Porque la ausencia no siempre se nota, pero sí deja huella.
ARH
Ciudad de México. — El desarme voluntario se consolidó como una estrategia clave para fomentar la paz en comunidades afectadas por violencia.
El programa “Sí al Desarme, Sí a la Paz”, implementado en enero pasado incluyó la participación del Gobierno federal, la Iglesia Católica y diversas organizaciones sociales.
Desde templos católicos hasta módulos en alcaldías, la iniciativa ofreció a los ciudadanos la posibilidad de entregar armas y municiones de forma anónima y sin consecuencias legales.
A cambio, recibieron apoyos económicos que alcanzaron los 26 mil pesos por unidad entregada.
De esta manera, se busca incrementar el alcance del programa de forma masiva para que menos armas estén en circulación y se reduzca el riesgo de una desgracia.
El sacerdote Jorge González explicó que el desarme no solo redujo riesgos en los hogares, sino que abrió espacios para el diálogo comunitario y la reconstrucción del tejido social.
Iglesia y Vaticano hacen un llamado al desarme como gesto de humanidad
La Iglesia Católica colaboró activamente con el gobierno para instalar módulos de desarme en templos. La Conferencia del Episcopado Mexicano pidió a los obispos abrir las puertas de las parroquias y colaborar en la difusión del mensaje de paz.
El Papa León XIV, declaró: “¡Que callen las armas!”. Invitó a líderes sociales y políticos a negociar con humildad, perdonar con valentía y promover la paz como prioridad humana.
En el contexto del Jubileo de las Iglesias Orientales, Su Santidad llamó a devolverle al mundo la “dignidad de la paz”.
“Para que esta paz se difunda, emplearé todos mis esfuerzos. La Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos. Con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos!”.
Resultados positivos en CDMX y otros estados
De enero a diciembre de 2024, la Ciudad de México retiró 509 armas, cuatro granadas y más de 37 mil cartuchos. En total, desde 2019, el programa estatal recolectó más de 9 mil armas, casi 900 granadas y 1.2 millones de cartuchos.
El Gobierno federal reportó que entre 2021 y 2023, en al menos 13 estados, se entregaron 922 armas y cerca de 50 mil cartuchos. Tabasco, por ejemplo, recolectó 21 armas cortas, tres largas y 15 granadas en módulos instalados en catedrales y plazas públicas.
En zonas rurales, la participación aumentó cuando se garantizó anonimato, se ofreció seguridad en el proceso y se realizaron ferias comunitarias de paz.
Estas acciones se suman a campañas para intercambiar juguetes bélicos por materiales creativos, promoviendo un enfoque de paz desde la infancia.
Marchas en Chiapas evidenciaron el clamor por justicia y desarme
En noviembre del 2024, miles de indígenas tzotziles y tzeltales marcharon en Chenalhó, San Cristóbal de las Casas y otras regiones de Chiapas. Exigieron el desarme de grupos criminales y justicia por el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez.
Te recomendamos leer: ¿Por qué las madres mexicanas no amamantan?
El padre Marcelo defendió los derechos de los pueblos originarios, denunció la presencia de armas ilegales en la región y medió en conflictos locales.
Fue asesinado en octubre de 2024, días después de advertir sobre amenazas en su contra.
Su labor como párroco en comunidades indígenas, pero principalmente su papel de mediador en conflictos, le habían causado problemas con los grupos que se sentían perjudicados por la movilización social que Pérez generaba.
“He luchado en contra de las injusticias, luchamos por la paz, en Simojovel le pusieron precio a mi vida”, declaró en una entrevista en agosto pasado con el diario El Heraldo de Chiapas.
“Hay mucha violencia, pero seguimos construyendo la paz. Hemos acompañado a los desplazados, me ha tocado mediar para liberar a funcionarios públicos, seguiremos en la lucha por los pobres, es un mandato divino”, dijo en entrevistas a distintos medios.
Obispos, religiosos y comunidades campesinas acompañaron las manifestaciones. El nuncio apostólico Joseph Spiteri condenó la violencia y pidió al Estado garantizar seguridad real en zonas marginadas.
Desarme voluntario, punto de partida para una convivencia más segura
Más allá de la entrega física de armas, el desarme voluntario se convirtió en símbolo de esperanza y reconstrucción. Permitió que ciudadanos, creyentes y autoridades coincidieran en la necesidad de frenar la violencia desde lo cotidiano.
Las comunidades involucradas señalaron que el gesto de entregar un arma representó también la decisión de proteger la vida y recuperar la confianza en el otro.
En contextos de dolor, como Chiapas, el desarme generó un mensaje colectivo: es posible vivir sin miedo.
JAHA
-
Estilohace 1 día
Llegaron las vacaciones ¡Dios mío dame paciencia!
-
Tendenciashace 1 día
¿Por qué las madres mexicanas no amamantan?
-
Estilohace 2 días
Apoyemos a las madres primerizas, la maternidad a veces puede ser solitaria
-
Méxicohace 3 días
Primeros auxilios esenciales para esta temporada de descanso