Nacional
Proponen que hijos de madres reclusas puedan acompañarlas hasta los tres años de edad
Para favorecer su desarrollo psicológico
Ciudad de México. — Con la finalidad de otorgar las mejores condiciones de desarrollo a las niñas y niños que nazcan mientras sus madres están en prisión, se propuso en la Cámara de Diputados que estos menores permanezcan con sus madres hasta tener tres años.
Para ello, se planteó modificar la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en sus artículos 10, 44 y 116.
La iniciativa pretende que la separación de los menores y las madres sea de forma gradual bajo la supervisión de un especialista en psicología.
La diputada Verónica Martínez García, del PRI propone que recomiende la realización de un régimen de visitas y convivencia entre el menor de edad y su madre interna durante los días de visitas familiares, estableciendo sus términos. Además de procurar en todo momento la conservación del vínculo emocional entre ambos.
La custodia de los menores que salgan del centro penitenciario se otorgará a un familiar designado por la madre. También puede entregarse a un albergue de la Fiscalía General de la República o de la entidad federativa.
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Precisa que “en términos de la Ley Nacional de Ejecución Penal, durante la estancia de las niñas y los niños en algún centro penitenciario, en todo momento deberán recibir una alimentación adecuada, atención pediátrica, y contar con los espacios que permitan su recreación y actividades didácticas, como parte de su sano desarrollo, velando por el interés superior de la niñez”.
Ambiente penitenciario puede ser muy violento para hijos de reclusas
“Según datos que se desprenden del Informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, hay centros penitenciarios en los que no se permite la estancia de población infantil en su interior. Sin embargo, algunas entidades como Guerrero, concretamente en los municipios de Acapulco y Chilpancingo, transgreden el principio del interés superior de la niñez, al permitir en sus centros penitenciarios la estancia de niños de 8 años y en otros a menores de 12 años”.
Esto, advierte, tiene el riesgo de generar un verdadero problema social que puede magnificarse en pocos años al estar expuestos a un ambiente penitenciario y en contacto directo con diversos factores criminógenos, además de crearles alteraciones en el aspecto psicológico.
“Las niñas o los niños que crecen en un centro penitenciario, desde temprana edad estarían expuestos a situaciones de constante violencia, hacinamiento, insalubridad, o circunstancias inadecuadas, por lo que a pesar de que se encuentren resguardados con su madre, el ambiente en que se desarrollarán es sumamente dañino, máxime si ya cuentan con una edad en la que puedan percibir conscientemente dichas circunstancias frecuentemente”, enfatiza.
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JAHA