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Reflexiones del Papa Francisco dedicadas a una madre

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Ciudad de México.— En reiteradas ocasiones, el Papa Francisco ha destacado el inmenso valor que tienen las madres en nuestras vidas.

A Continuación se comparten algunas reflexiones del pontífice dedicadas a la madre:

  1. Todas las personas deben la vida a una madre y casi siempre le deben mucho de la existencia sucesiva, de la formación humana y espiritual; no obstante se la exalte mucho desde el punto de vista simbólico, se la escucha poco y se le ayuda poco en la vida cotidiana y se considera poco su papel central en la sociedad; al contrario, a menudo son explotadas a causa de su disponibilidad … para ahorrar así en el gasto de los servicios sociales.
  2. Una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, porque las madres siempre saben testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral.
  3. Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta. Individuo quiere decir que no puede ser dividido. Las madres, en cambio, se dividen a partir del momento en el que acogen a un hijo para darlo al mundo y criarlo.
  1. Las madres transmiten a menudo también el sentido más profundo de la práctica religiosa: en las primeras oraciones, en los primeros gestos de devoción que aprende un niño[…] Sin las madres, no sólo no habría nuevos fieles, sino que la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo.
  2. Ser madre no significa sólo traer al mundo un hijo, sino es también una elección de vida. La elección de vida de una madre es la elección de dar vida. Y esto es grande, esto es bello.
  3. La madre, que ampara al niño con su ternura y su compasión, le ayuda a despertar la confianza, a experimentar que el mundo es un lugar bueno que lo recibe, y esto permite desarrollar una autoestima que favorece la capacidad de intimidad y la empatía.
  4. Un mundo que mira al futuro sin mirada materna es miope. Podrá aumentar los beneficios, pero ya no sabrá ver a los hombres como hijos. Tendrá ganancias, pero no serán para todos. Viviremos en la misma casa, pero no como hermanos. La familia humana se fundamenta en las madres. Un mundo en el que la ternura materna ha sido relegada a un mero sentimiento podrá ser rico de cosas, pero no rico de futuro.
  5. Necesitamos aprender de las madres que el heroísmo está en darse, la fortaleza en ser misericordiosos, la sabiduría en la mansedumbre.
  6. No somos huérfanos, tenemos una madre. La Virgen, la madre Iglesia y nuestra madre. No somos huérfanos, somos hijos de la Iglesia, somos hijos de María y de nuestra madre. Gracias, queridas madres por lo que son en la familia.

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