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RESEÑA: Rogue One: una historia de Star Wars

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LOS ÁNGELES.— Si bien Rogue One: una historia de Star Wars es la película que los aficionados a la saga creada por George Lucas estaban esperando, en cuanto combinación de nostalgia, acción, nuevos personajes y hasta el regreso de Darth Vader, ésta es la película ideal para que el cineasta no apasionado a las historias que suceden “… en una galaxia muy, muy lejana” encuentre razones para enamorarse de este universo.

¿Por qué?, simplemente porque se maneja un puñado de personajes que representan al hombre y mujer común frente a una situación de opresión, donde todos deben hacer un equipo que ponga en acciones su idealismo y valores de compasión para su pueblo. Aquí no importa si los personajes poseen una pistola láser o viajan en naves espaciales, simplemente que en la mejor tradición Shakespeariana todos son una “banda de hermanos”.

‘Rogue One’ es la punta de lanza de una serie de nuevas películas que Lucasfilm y Disney están por estrenar, cuyas tramas no tienen que ver directamente con la saga de los Skywalker que se narran de los episodios I al IX (a estrenarse en el 2019). En dos años veremos una nueva historia de ‘Star Wars’ sobre los orígenes de Han Solo y para el 2020 un proyecto que aún no se ha anunciado su protagonista.

Los eventos de ‘Rogue One’ suceden unos días antes de los eventos que ya conocemos en la original ‘Star Wars, Episodio IV: Una nueva esperanza’ (1977), para que averigüemos cómo la Alianza Rebelde consigue robarse los planos secretos de la Estrella de la Muerte, que ayudan a que  Luke Skywalker  pueda destruirla.

La misión es encabezada por la renegada Jyn Erso (Felicity Jones), a quien la Alianza Rebelde le ha puesto atención por ser la hija del constructor de la Estrella de la Muerte, Galen Erso (Mads Mikkelsen). Ella hará mancuerna con el capitán Cassian Andor (Diego Luna), encargado de armar un grupo que pueda infiltrarse bajo la nariz del Imperio sin ser detectado y luego robar esos cruciales planos.

‘Rogue One’ responde a esta tendencia que hemos vistos en los filmes tipo ensamble de ver a personajes con distintas nacionalidades, para hacer un grupo más representativo ante la audiencia.  El escuadrón rebelde tiene a actores con acento británico, mexicano y hasta oriental, sumándose los actores Donnie Yen y Jian Wen en sus filas.

Pero la idea de integración no está sacada de la manga, ‘Star Wars’ siempre ha sido una metáfora sobre cómo el mundo que tenemos se conforma de distintas razas, formas de pensar y hasta puntos de vista. Celebrando a los héroes que integran y condenando a los villanos que desean que prevalezca su manera de ver al universo.

‘Rogue One’ es una película con mucho sabor a las aventuras de la Segunda Guerra Mundial, cuyos protagonistas sabían que si bien su misión no terminaría la guerra, debería concretarse con éxito para aportar a la causa y conseguir un día vencer al enemigo.

Lo anterior lo explora el director Gareth Edwards, trayendo a colación cintas como ‘Los doce del patíbulo’ (1966) y la misma ‘Los siete Samurai’ (1954) de Kurosawa, basando parte del entretenimiento en cómo estos personajes desiguales, con sus propias virtudes y pecados, se van a unir por una causa común.

Edwards tampoco olvida la tradición de cine de matinée de ‘Star Wars’ y consigue en el nuevo robot K-2SO la perfecta excusa para traer humor a la cabina de ‘Rogue One’.

Siguiendo la tradición de que un buen héroe se debe a la existencia de un gran villano, conoceremos a Orson Krennic (Ben Mendelsohn), quien camina las bases Imperiales como responsable de que Jyn no consiga su cometido.

Pero el corazón del filme está en la relación de los personajes de Jones y de Luna, ambos con la nobleza de pensar fuera de sí mismos, pero con la nostalgia de que si hubieran nacido en otros tiempos podrían haber disfrutado una vida distinta y no en la opresión del Imperio. En la dinámica de Jin y Cassian nos topamos con el idealismo de ‘Star Wars’ de que es la fuerza del espíritu humano lo que puede trascender al final de todo.

Y claro está Darth Vader, quien debe aparecer para dejar claro que el Imperio es esta maquinaria que se ha hecho andar con el fin de someter y quitar libertades, en pos de la paz universal. Su presencia en pantalla está cargada de energía y sus acciones son contundentes. No hay duda que éste arquetipo representa los antivalores que desean ahogar a los héroes de ‘Rogue One’ y sus aliados de la Alianza Rebelde.

Así Edwards consigue entregarnos una aventura para reencontrarnos con la visión de George Lucas, creador de un mito que sigue resonando hasta nuestro siglo. Diciéndonos que el cine es metáfora viva de cómo deseamos acercarnos a nuestros sueños y a las estrellas.

@MarioCinema

Reseña Rogue One

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