México
Suplemento con hierro en bebés: ¿es realmente necesaria?
El complemento con hierro en bebés es una estrategia efectiva para prevenir la anemia y promover un desarrollo saludable.

Ciudad de México.- Los primeros meses de vida son fundamentales para el desarrollo del bebé, y el hierro juega un papel clave en su crecimiento. Aunque los recién nacidos cuentan con reservas de este mineral, estas comienzan a disminuir alrededor de los cuatro meses, lo que plantea una pregunta frecuente: ¿es necesario complementar con hierro o basta con la lactancia materna o la fórmula?

De acuerdo con el pediatra neonatólogo Ángel Samanez, la anemia por deficiencia de hierro es un problema de salud pública, afectando entre el 30 % y 40 % de los niños.
La falta de hierro puede impactar el desarrollo neurológico, la función motora e incluso aumentar el riesgo de infecciones respiratorias y digestivas.
¿Cuándo se recomienda la suplementación con hierro?

Los especialistas señalan que los bebés nacen con reservas de hierro obtenidas de la madre, pero estas suelen agotarse entre los 4 y 6 meses.
La leche materna es el mejor alimento en esta etapa, pero su contenido de hierro es limitado. Por ello, los especialistas recomiendan la suplementación a partir de los cuatro meses para prevenir la anemia ferropénica.
Por otro lado, los bebés que consumen fórmula suelen recibir suficiente hierro, ya que las fórmulas infantiles están fortificadas.
Sin embargo, la absorción de este mineral puede verse afectada por otros nutrientes presentes en la fórmula, lo que hace recomendable una evaluación pediátrica para determinar si se necesita complemento adicional.
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¿Cómo saber si un bebé tiene deficiencia de hierro?
Los signos más comunes de una deficiencia de hierro incluyen palidez, fatiga, irritabilidad y falta de apetito. Para un diagnóstico preciso, los médicos suelen realizar pruebas como hemoglobina, ferritina y volumen corpuscular medio.
¿Cuál es la mejor forma de administrar hierro?
Los suplementos de hierro suelen presentarse en forma líquida para facilitar la dosificación. En general, se recomienda:
Sulfato ferroso: Ampliamente utilizado, aunque puede causar estreñimiento o molestias digestivas.
Hierro polimaltosado: alternativa con menor riesgo de efectos secundarios.
La Academia Americana de Pediatría recomienda una dosis de 1 mg de hierro por kg. de peso al día a partir de los cuatro meses. Para una mejor absorción, no debe administrarse junto con leche.
El complemento con hierro en bebés es una estrategia efectiva para prevenir la anemia y promover un desarrollo saludable.
Aunque la leche materna es esencial, en muchos casos no cubre completamente las necesidades de hierro a partir de los cuatro meses. Consultar con un pediatra es clave para determinar si un bebé necesita suplementos y cuál es la mejor opción.
ARH