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UNAM e IPN unen esfuerzos para erradicar a grupos porriles

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Foto Cuartoscuro

Ciudad de México.— La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) expresó su rechazo a los grupos de presión que, bajo el anonimato o disfrazados como “animación deportiva”, agreden e intimidan a la población estudiantil, especialmente en el nivel de bachillerato.

El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, condenó estas acciones, describiéndolas como un problema recurrente y dañino que se manifiesta en forma de violencia y acoso en los planteles de educación media superior. Lomelí subrayó que la universidad no tolerará estas prácticas ilícitas.

Reconociendo la complejidad del problema, Lomelí ha establecido comunicación con Arturo Reyes Sandoval, director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), para coordinar acciones con otras instituciones educativas y con los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México. El objetivo es erradicar a los grupos que operan impunemente.

LOS PORROS

Una investigación realizada por Imanol Ordorika, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y exlíder estudiantil, sobre el origen de los grupos porriles en México, destaca la convergencia de la violencia universitaria y las prácticas corporativas autoritarias.

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El estudio, titulado “Violencia y porrismo en la educación superior en México”, describe cómo las federaciones estudiantiles se transformaron en organismos de control similar a los sindicatos, utilizando el término “porro” para sus integrantes. Ordorika señala que estos grupos, ligados tanto a las autoridades universitarias como al gobierno, se asociaron a actividades deportivas como el fútbol americano, adoptando características de pandillerismo.

Tras el movimiento estudiantil de 1968, aunque las grandes federaciones disminuyeron, la represión gubernamental permitió la proliferación de estos colectivos. Estos grupos incrementaron sus acciones violentas y delincuenciales, incluyendo robos y golpizas.

A lo largo de los años, estas prácticas han evolucionado hacia formas de violencia más acentuadas, reforzando la percepción negativa sobre estos grupos.

Ordorika destaca que el porrismo se volvió más violento y frecuente en diversas escuelas y facultades, no solo con actos de provocación y control, sino también con delitos como robos, hostigamiento y agresiones físicas.

La UNAM y otras instituciones educativas buscan erradicar estas prácticas mediante la coordinación de esfuerzos con diversas autoridades, en un intento por garantizar un entorno seguro y libre de violencia para los estudiantes.

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ebv

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