A enfrentar la pesadilla; no nos queda de otra  

Al margen de si usted es de los que hace caso de la posición oficial en el sentido de que las cosas van bien y van a mejorar o, por el contrario, piensa que los que opinan lo opuesto a aquélla tienen razón, hay algo que parece estar por encima de esas dos posiciones: Este año será, por decir lo menos, complicado.

Para tratar de ser un poco más claro en esto de año complicado, me atrevería a afirmar -al margen, repito-, de cuál fuere su posición y juicio en lo que se refiere al año que enfrentaremos y los problemas que nos acarreará -tanto en lo económico como en lo político, y en la salud de las finanzas públicas-, soy de los que piensan que el año 2017 será, lo aceptemos o no, una verdadera pesadilla.

Lo será, tanto en lo externo como en el ámbito interior. Las condiciones de tranquilidad o si lo refiere, de certidumbre y nula volatilidad, parecen haber desaparecido; si no para siempre, al menos no estarán con nosotros durante los próximos cinco años -cuando menos-.

¿Qué esperar para México y su gobernación? ¿Qué para su economía y la salud de sus finanzas públicas?

¿Acaso lo que está en el horizonte de lo primero sería, tener durante el año que comienza, a un Presidente interesado, más en el golf y su hándicap, que en cualquier otro tema?

¿Acaso los problemas que hemos estado enfrentando desde hace una buena cantidad de años, tanto en el ámbito de la seguridad pública como de la violencia desenfrenada e impune, parecen haber derrotado a todos? ¿A las autoridades encargadas de combatirlas por ley, y a las Fuerzas Armadas?

¿Y qué decir del espacio de la economía y su crecimiento, y de la salud de las finanzas públicas? ¿Qué ve usted para estos doce meses?

Piense por favor, y dígase la verdad; por lo demás, no tendría caso alguno que, a estas alturas, primer día hábil del año, le dijere lo que pienso al respecto. No únicamente por lo irresponsable que sería de mi parte hacerlo, sino por la confusión reinante en materia de finanzas públicas y de las perspectivas para la economía en su conjunto.

Por último, ¿de qué lado se colocaría usted?, ¿del de aquéllos que afirman y no cansan de repetir, que todo va bien e irá mejor? ¿O se colocaría al lado de los realistas -que no pesimistas-, de los que piensan y lo dicen, que este año nos irá, cuando menos, mal?

¿Qué le parece pues, lo que le pido arriba contestar, como primera tarea para este año que comienza?

Habrá muchas más en estos doce meses porque, simple y sencillamente serán más las preguntas cuyas respuestas las van escamotear nuestros funcionarios.

En esas condiciones, ¿quiénes deben dar las respuestas?

Usted y yo y decenas de millones de ciudadanos y entre éstos, los agentes económicos privados.

¡A prepararse pues, para responder sin temor alguno!

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