Cada 15 de mayo es, sin duda, ocasión propicia para recordar y lamentar, el desastre que es nuestro sistema público de educación. Si bien esto que afirmo hace salivar a no pocos negociantes de la educación privada de todos los niveles habidos y por haber, hay que agregar que aquel desastre, con honrosísimas excepciones, también se registra en la parte privada de nuestro sistema educativo.
Hoy, el bisoño Secretario de Educación, por más esfuerzos que hace, a nadie parece convencer, no únicamente de que sabe de educación sino menos aún, que reúne las características y cumple con los requisitos obligados para ser candidato de lo que queda de su partido, a la Presidencia de la República.
Aprovechemos pues, esta fecha -15 de mayo-, para hacer algunas preguntas de las cuales, espero que usted tenga las respuestas.
¿Confía usted en la educación -en caso de que sus hijos y/o nietos estudien en una escuela privada-, que ofrecen las escuelas privadas? ¿Le parece que cada peso pagado por conceptos diversos en ellas, es una inversión que a la larga redituará a los suyos?
Por otra parte, en caso de que los suyos, hijos y/o nietos asisten a una escuela pública, ¿por qué lo hacen? ¿Acaso confía más en la escuela pública que en las privadas? ¿O se debe a que carece de los recursos monetarios para el pago de colegiaturas y gastos diversos?
En este último caso, ¿lamenta usted que los suyos asistan a una escuela pública o, por el contrario, está usted satisfecho de ello?
Ahora bien, ¿está usted convencido que es en la escuela privada el espacio educativo correcto, para que la inserción futura de hijos y/o nietos en el mercado laboral sea exitosa?
De ser país, ¿piensa entonces que la escuela pública no los preparará adecuadamente para enfrentar las exigencias de los mercados laborales de los próximos años?
Hoy, pienso que en estos dos o tres años hemos logrado resolver algunas cuestiones importantes en materia educativa lo cual, detalle no menor, nos permite hoy preguntas como las hechas en los párrafos anteriores.
¿Cuáles fueron esas cuestiones resueltas? Van algunas:
1.- Nos quedó claro, que la CNTE y la CTEG son grupos de delincuentes cuyo único interés, no es otro que obtener beneficios de todo tipo y no cumplir con alguna obligación laboral o académica.
2.- No hay que albergar la mínima esperanza de que la autoridad -de cualquier orden de gobierno-, vaya a atreverse a aplicar la ley a aquellos delincuentes.
3.- No hay el menor indicio de que una buena parte de los integrantes de aquellas bandas de delincuentes, estén dispuestos a convertirse en verdaderos profesores.
4.- Deseche toda ilusión de que decenas de miles de escuelas del país vayan a ser espacios decentes y adecuados para la enseñanza.
5.- Con ligeras variantes, los dirigentes del SNTE tampoco están interesados en la elevación urgente de la calidad de los maestros y de la educación que imparten.
Por último, para coronar lo dicho antes, se ve como un imposible que el actual Secretario de Educación, Aurelio Nuño, aprenda a ler.