¿Cree usted lo que le prometen los candidatos? ¿Entonces, por qué vota por ellos?

Candidatos/ Una de las grandes afirmaciones, compañía permanente en cada campaña electoral desde hace decenios, es la de La Compra de Votos.

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Es de tal magnitud este señalamiento que, aparte de hacer ver al elector como un pedigüeño a la espera de la limosna que el candidato de cualquier partido le dará, que prácticamente no hay en México ciudadanos que a la hora de emitir su voto, no lo hagan motivados por la dádiva o el recurso en efectivo que recibió.

En pocas palabras, esa visión que todos los partidos propalan en cada campaña, coloca al ciudadano cual si fuere un retrasado mental.

Lo más curioso de esta visión de los procesos electorales (Todos los electores son vendedores irredentos de su voto), es que quienes la promueven con miras a degradar el proceso electoral en su conjunto para presentarse a sí mismos, como los únicos puros que en verdad respetan al ciudadano, a su vez son denunciados como compradores de votos, si nos atenemos a los dichos de sus adversarios.

La verdad, pienso, es muy diferente. No dudo que en el universo de electores registrados en el Listado Nominal -casi 90 millones-, haya algunos que aceptan dádivas -en especie o efectivo-, a cambio de votar por éste o aquel partido y/o candidato.

Sin embargo, estoy convencido de que la aplastante mayoría de los que acuden a votar el día de la elección, lo hacen de acuerdo con su leal saber y entender, o porque tienen una posición política definida en favor de éste o aquel candidato o partido.

¿En verdad piensan los dirigentes de partidos y sus candidatos, que la única forma de ganar elecciones en México, es mediante eso que han dado en llamar Compra de Votos?

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De aceptar que así fuere, ¿cómo se lleva esta compra a cabo? ¿Acaso alguien acompaña al elector a la casilla y ahí, lo obliga a que cumpla con el compromiso contraído? ¿En verdad hay hoy alguien con dos dedos de frente, que esté dispuesto a afirmar que esto es posible?

Piénsele un poco y verá, que una afirmación de ese tipo es, por lo menos falta de objetividad.

Esto que digo, en modo alguno significa que no piense que haya intentos, de unos y otros, por tratar de asegurar de múltiples formas, asegurarse que más y más ciudadanos les entregarán su voto el día de la elección.

Sin embargo, que lo intentan me parece claro y lo acepto, pero, que de eso a asegurar que el elector a la horade estar solo en la casilla, vote por éste o aquél porque vendió su voto, me parece un simple pretexto para no tener que aceptar alguna de estas opciones:

1.- El votante es parte -por tradición, gusto o costumbre-, emite su voto en cada elección por el mismo partido, al margen del candidato;

2.- El candidato fue malo, por decir lo menos, e incapaz de establecer una relación con sus electores;

3.- La que guste usted.

Por último, diría: Me parece una falta de respeto al ciudadano seguir manteniendo esa visión, casi pedestre, de las causas de las victorias electorales o de las derrotas, dependiendo si usted es el que acusa porque perdió.

¿No podrían buscar otras excusas mejores, que las desgastadas y caducas que usan cada elección para explicar sus derrotas?

No olviden que, si en verdad las victorias fueren explicadas en función de la compra de votos, nadie que esté en el gobierno perdería una elección.

Mejor déjense de buscar excusas, y escojan mejores candidatos.

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