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Denuncian a OEA y CIDH por intromisión y violación de soberanías de naciones miembros
Ciudad de México. – Más de 650 legisladores del continente americano rechazaron y externaron su preocupación por los intentos de intromisión e imposición con los que la Organización de Estados Americanos (OEA), a través de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pretenden sustituir la libre autodeterminación de las naciones de la región.
Diputados, senadores y asambleístas de 18 naciones americanas reunidos en el primer Congreso Hemisférico de Parlamentario expresaron “su profunda preocupación ante el debilitamiento del Estado de Derecho” de sus países por la pretensión de la OEA y organismos como la CIDH y CIDH para imponer políticas sustitutivas que promueven supuestos derechos no reconocidos por sus ciudadanos.
Declaración Americana sobre la Independencia y Autodeterminación de los Pueblos en Asuntos Relacionados a la Vida, la Familia y la Libertad Religiosa
Como parte del preámbulo de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que se realizará la próxima semana en Cancún, Quintana Roo, hoy se realizó en esta ciudad el primer Congreso Hemisférico de Parlamentarios, que convocó a legisladores de 18 naciones latinoamericanas para plantear a las autoridades del organismo sus demandas entorno a defensa de la soberanía y la democracia.
Los legisladores de los países del hemisferio americano llegaron a un planteamiento conjunto denominado “Declaración México” que se presentará formalmente en los trabajos de la Asamblea General de la OEA que se llevará a cabo a partir del próximo lunes en Cancún, Quintana Roo.
Los parlamentarios plantean en un decálogo dirigido al organismo internacional su “consternación por los agresivos esfuerzos de la OEA por imponer a los Estados miembros ciertas políticas y perspectivas ideológicas que atentan contra el derecho a la vida, la familia y las libertades de expresión de asociación y religiosa”.
La declaración de seis centenas de diputados y senadores de las naciones “rechaza cualquier interpretación de la Convención Americana que limite o excluya el derecho a la vida y la libertad religiosa o la distorsión del derecho a formar una familia a través de la creación de supuestos nuevos derechos”.
El manifiesto también rechaza cualquier acción de la OEA que promueva autorizar o subsidiar el aborto voluntario o “ampliar supuestos de aborto no punible”; así como la alteración de la definición de matrimonio como la unión entre el hombre y la mujer; y, el rechazo también a la discriminación de quienes, desde su convicción moral o religiosa, se opongan a la unión o protección legal de las uniones entre personas del mismo sexo.
Sobre la importancia de estos encuentros internacionales de legisladores, el diputado de Chile, José Antonio Kast adelantó que si bien “la OEA nació para resguarda la libertad, democracia y el respeto de los derechos humanos, nos preocupa el giro que ha tenido en los últimos años ya que va más allá de la soberanía de nuestros países.
Vemos con preocupación que se está tratando de imponer un imperialismo cultural sobre nuestras naciones”.
Este señalamiento fue respaldado durante el encuentro de parlamentarios en México por parte de legisladores de Colombia y Costa Rica, que presentaron en la reunión casos específicos de intromisión en decisiones de orden interno, incluso posicionamientos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que desconocen procesos democráticos y legales internos, propios de la soberanía nacional de las naciones.
A nombre de los parlamentarios que signaron la Declaración, José Antonio Kast sentenció: “No aceptamos que haya una injerencia de un superpoder por sobre nuestros tribunales de justicia y nuestros parlamentos”.
Los diputados coincidieron en que la OEA se erige como una “supraautoridad” y, a nombre de la Comité de Presidencia del Congreso Hemisférico de los Parlamentarios, José Antonio Kast concluyó: “Los invito a que con valentía, convicción y honestidad demos la cara en nuestras naciones y evitemos que la OEA se convierta en un suprapoder por sobre la determinación de nuestros países”.
En la apertura del Congreso, el diputado mexicano Javier Bolaños –como anfitrión del evento- recordó que la OEA fue concebida “como un foro de debate para tomar posturas regionales y continentales y un espacio de promoción de los derechos humanos” y por ello solicitó que los cancilleres y jefes de delegación se atengan a su responsabilidad como portavoces de sus naciones cuyos pueblos deben tener garantizado “el derecho a la vida como el derecho que deben todos tutelar y proteger [pues] No podemos hablar de naciones progresistas si se sigue atentando contra lo más sagrado que es la protección de los que no pueden defender, que no pueden gritar porque no han podido ver la luz del día, no podemos hablar de sociedades que pretenden avanzar”.
Junto a Kast, leyeron la declaración el asambleísta de Ecuador, Henry Kronfle; Paola Andrea Olguín Moreno, senadora colombiana; Henry Kronfkle, de Ecuador; Carlos Bisonó, diputado de Republica Dominicana; y Carlos Lafigiola, de Paraguay.
Finalmente, en una conferencia de prensa conjunta, el legislador Lafiagiola lamentó que su compatriota Luis Almagro, al momento de asumir la secretaría de la OEA, aseguró que llevaría adelante “una agenda de más derechos a más personas” pero que puso en la mesa el modelo uruguayo el cual iba a desplegar por toda América: “Es un modelo triste que tiene una cantidad de leyes nefastas que estamos sufriendo, que como punta de lanza iba la legalización del aborto”.