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El Casino de Montecarlo prohíbe la entrada a los habitantes de Mónaco

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El Casino de Montecarlo es sin duda una de las casas más conocidas entre los amantes del juego, pero los monegascos nacidos en el principado tienen prohibido entrar en sus salas de juego por motivos históricos. Con tan solo 39.000 habitantes, Mónaco es uno de los países más pequeños del mundo, además de uno de los más ricos de Europa.

¿Por qué se prohíbe la entrada de los habitantes de Mónaco en el Casino de Montecarlo?

Las fortunas millonarias de los monegascos

Más de un tercio de la población del principado de Mónaco es millonaria. La explicación a tanta riqueza se encuentra en los orígenes del propio país, que en el siglo XIII habría concedido tierras y renunciado a cobrar impuestos a quienes hubieran querido vivir allí. Ante esta suculenta oferta, aprovechando las ventajas que la libertad fiscal suponía para sus fortunas, los aristócratas de la época empezarían a comprar un sinfín de propiedades en Mónaco. A día de hoy, el principado sigue siendo uno de los países con las mansiones más caras del mundo, así que Montecarlo sigue rebosando lujo.

El principado se convirtió en un referente de las grandes fortunas, por lo que, concentrando tantísima riqueza y contando con un puerto marítimo concurrido, la construcción del Casino de Montecarlo devino imprescindible. Las salas de juego ofrecían una vía para que las familias más pudientes de Mónaco siguieran invirtiendo sus fortunas en el enriquecimiento del país, pero, en 1860, el príncipe Carlos III de Mónaco, preocupado por evitar el endeudamiento de sus ciudadanos, dictó una ley para prohibirles la entrada al casino de la ciudad.

El Casino de Montecarlo es solo para turistas

Actualmente, la prohibición establecida en 1860 sigue estando vigente y los habitantes del principado de Mónaco solo pueden jugar en casinos distintos al de Montecarlo. Por suerte para los amantes del juego, el mundo del casino ha evolucionado considerablemente a lo largo de las últimas décadas y hoy en día no hace falta más que tener una buena conexión a internet para poder jugar. Casinos como el de Bettingpro.com son fácilmente accesibles desde cualquier dispositivo móvil, por lo que no es preciso que los habitantes de Montecarlo renuncien completamente al juego.

Aun así, si bien el acceso a las salas de juego del Casino de Montecarlo está limitado a los turistas, el disfrute del resto de lujos sí son accesibles a los habitantes oriundos del lugar, que además siguen beneficiándose de una política de libertad fiscal muy generosa. Puede que los monegascos no puedan sentarse en las mesas de juego del Casino de Montecarlo a apostar, pero sí pueden disfrutar del teatro, la ópera y los demás eventos de lujo que se celebran en sus instalaciones. La prohibición de entrada a las salas de juego es el precio que los monegascos han de pagar para ahorrarse tributar por los impuestos sobre la renta o sobre los beneficios de sus inversiones.

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