Vaticano.— El Papa Francisco presidió la misa In Coena Domini (de la Cena del Señor) en la cárcel de menores de Casal del Marmo.
El pontífice regresó a ese lugar diez años después de su última visita, que fue en 2013, a quince días de su elección.
Este jueves lavó los pies a doce reclusos de distintas nacionalidades, etnias, culturas, lenguas y confesiones religiosas, recordándoles que con este gesto Jesús enseña la nobleza del corazón.
“Llama la atención cómo Jesús, justo el día antes de ser crucificado, hace este gesto”, así se refirió el Papa Francisco al lavatorio de los pies durante la santa misa de la Cena del Señor.
Sin el Espíritu del Señor, no hay vida cristiana, y sin Su unción, no hay santidad. Es bueno hoy, en el día nativo del sacerdocio, reconocer que está Él en el origen del ministerio, vida y vitalidad de todo Pastor. #JuevesSantohttps://t.co/E2U0z5nTQU
A lo largo de su Pontificado, Francisco ha concurrido, el día que comienza el Santo Triduo Pascual, a lugares simbólicos de sufrimiento, como centros de refugiados, de acogida y atención a enfermos o jóvenes desamparados.
En la capilla de la prisión había unas 100 personas. Los internos eran unos 50 chicos y chicas, de entre 14 y 25 años.
El Papa Francisco explicó que, en la época de Jesús, lavarse los pies era una costumbre al entrar en una casa, pues las calles eran polvorientas.
“Pero, ¿quién lavaba los pies?”, preguntó. Y contestó: “Los esclavos, los esclavos, porque era trabajo de esclavos. Imagínense el asombro de los discípulos cuando vieron que Jesús empezaba a hacer esto de un esclavo”. En el caso de Jesús, hizo esto para hacer entender el mensaje del día siguiente, de que moriría como esclavo, para pagar la deuda de todos nosotros, observó.
Al anticipar que lavaría los pies, aclaró que “no es una cosa folclórica”. En realidad, “todos pensamos que es un gesto que anuncia cómo debemos ser unos con otros”, aseveró.
Luego de la misa, el Papa bendijo la placa inaugural de la capilla, dedicada al beato Pino Puglisi. Después, mientras saludaba a algunos reclusos, recibió como regalo una cruz realizada por los jóvenes que siguen el curso de carpintería, unas galletas y un paquete de pasta, ambos elaborados en la fábrica de pasta recientemente inaugurada en el interior de la cárcel.
