Ciudad de México.- En el último episodio del programa “Cara a Cara” de Live Action, se presenta un espacio donde se visibilizan las profundas implicaciones del aborto, dando voz a quienes han vivido en carne propia sus consecuencias.

Este programa se transforma en un foro fundamental para exabortistas, mujeres que han decidido interrumpir su embarazo y sobrevivientes de intentos de aborto.

Mismos que comparten sus historias y reflexiones sobre una realidad a menudo ignorada.

En esta edición, el Dr. Anthony Levatino, un exabortista con más de 1,200 procedimientos en su trayectoria, y Melissa Ohden, sobreviviente de un aborto con solución salina a las 31 semanas de gestación.

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Testimonios que invitan a la reflexión.

Ambos coinciden en la necesidad urgente de abordar los peligros inherentes a los métodos actuales de aborto, especialmente el uso creciente de prácticas a distancia que han emergido en el contexto actual.

Levatino advierte sobre los peligros del aborto químico.

Señaló que la imposibilidad de determinar con precisión la edad gestacional o descartar un embarazo ectópico a través de simples videollamadas pone en riesgo la salud de las mujeres.

La falta de consultas presenciales, que se ha vuelto común.

Mismas que no solo pone en peligro la seguridad física de las pacientes, sino que también aumenta el riesgo de decisiones apresuradas y coaccionadas.

Privándolas del apoyo emocional necesario en un momento tan crítico.

Además, destaca que el régimen de píldoras abortivas puede acarrear complicaciones severas, como hemorragias y sepsis.

que han llevado a muchas mujeres a salas de emergencias que en muchos de los casos comprometen su vida.

De acuerdo con la FDA, entre el 2.9% y el 4.6% de las mujeres que se someten a abortos químicos enfrentan emergencias médicas, una cifra alarmante que exige atención.

Por su parte, Melissa Ohden comparte su experiencia como un recordatorio poderoso de las fallas en la atención gestacional.

Por ello enfatizó que su historia debería servir como un llamado a la conciencia sobre los riesgos que corren muchas mujeres en la actualidad.

Ambos participantes destacan que estas prácticas parecen favorecer más a la industria del aborto que a la salud y seguridad de las mujeres.

Porque plantea una cuestión ética que merece ser debatida.

“Cara a Cara” no solo proporciona un espacio para contar historias, sino que también busca fomentar una conversación crítica sobre el aborto y sus consecuencias.

Su objetivo es invitar a la sociedad a reconsiderar su postura y a poner en el centro de la discusión la salud integral de las mujeres.

ARH

Los Ángeles.- En un conmovedor episodio del programa Daily Wire, presentado por Michael Knowles, una mujer de 50 años compartió una experiencia que pocos se atreven a contar: su historia de aborto, marcada por un intenso arrepentimiento y la lucha emocional que la acompañó después de esa difícil decisión.

Su relato pone de manifiesto la complejidad de una situación que, a menudo, se simplifica en el discurso público.

Identificándose como una exadicta a las drogas, la mujer narró cómo, a los 41 años, se enfrentó a una elección desgarradora al descubrir que estaba embarazada.

Al enterarse de su historia de adicción, su médico la desalentó de continuar con el embarazo, advirtiéndole que su hijo podría nacer con daños irreversibles.

“Me sentí avergonzada de haber molestado al médico”, expresó. “Le pedí que me ayudara a desintoxicarme, pero él me dijo que eso no era parte de su trabajo”.

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Sintiendo que no tenía alternativas, tomó la difícil decisión de abortar.

Durante el procedimiento, eligió estar despierta, con la intención de no olvidar nunca lo que estaba haciendo y de evitar repetirlo en el futuro.

La mujer describió cómo, en un momento desgarrador, vio a su bebé ser desechado en un bote de basura, mezclado con otros materiales médicos, lo que calificó como el episodio más doloroso de su vida.

Después del aborto, fue llevada a una sala de espera donde encontró a otras mujeres jóvenes llorando.

“Las cajas de pañuelos de papel estaban esparcidas por toda la sala”, recordó. “Ahora me doy cuenta de lo indignante que era eso, que todos sabían lo difícil que era y solo ofrecían pañuelos”.

La historia se tornó aún más dolorosa cuando reveló que, a raíz de esta decisión, nunca pudo tener más hijos, lo que la privó de la posibilidad de ser abuela.

“Nadie te advierte que llegarás a arrepentirte de no poder tener nietos”, concluyó con la voz entrecortada, cargando con el peso de su dolor.

Michael Knowles enfatizó la relevancia de compartir historias como la de esta mujer, que rara vez se escuchan en los medios.

“La narrativa común presenta el aborto como una ‘libertad’ que te hará sentir bien, pero para muchas personas, como tú, es exactamente lo contrario: es una experiencia aterradora que deja cicatrices emocionales profundas”, señaló.

Knowles agregó que estos relatos pueden servir como una advertencia para quienes se enfrentan a decisiones similares en sus vidas.

ARH

Vaticano.— La liberación de niños y adultos ucranianos, privados de libertad en Rusia, se convirtió en uno de los temas centrales de la audiencia que el Papa Francisco ofreció el viernes, 11 de octubre, al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

“La cuestión del regreso de nuestra gente a casa desde su cautiverio fue el argumento principal durante el encuentro con el Papa Francisco. Contamos con la ayuda de la Santa Sede para traer a casa a los ucranianos capturados por los rusos”, aseguró el presidente ucraniano al abandonar el Vaticano.

Recuerdo de la masacre de Bucha

El encuentro con el Papa forma parte de la gira que Zelenski está realizando por Europa para ilustrar y recabar apoyo para su plan de paz.

El presidente regaló al Papa un cuadro, titulado “La historia de Marichka”, que representa las atrocidades de las que fue testigo una niña ucraniana en Bucha, durante la masacre en la que soldados rusos torturaron y mataron al padre de esa niña, su madre y su abuela, y en la que fueron exterminados 630 civiles.

“La paz es una flor frágil”

Tras una conversación privada de unos 35 minutos en su Biblioteca, el Papa obsequió a Zelenski con un regalo muy particular: una escultura de bronce que llevaba por mensaje “La paz es una flor frágil”. Asimismo, el pontífice le entregó el mensaje que escribió para la Jornada Mundial de la Paz 2024, dedicado a la inteligencia artificial que corre el riesgo de agudizar “la locura de la guerra”.

Además, el obispo de Roma entregó al presidente, de origen judío, el libro editado por el Vaticano “Perseguidos por la libertad, los greco-católicos ucranianos detrás del telón de acero”, en el que, con fotografías a color, se presenta la vida de los representantes católicos de ese país que sufrieron bajo las persecuciones comunistas.

La máxima autoridad de los católicos ucranianos, monseñor Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev, ha revelado que la intervención del Papa fue decisiva para la liberación de dos sacerdotes católicos, el pasado 29 de junio, que habían sido encarcelados durante más de un año y medio por los soldados rusos, al invadir la región ucraniana en la que los religiosos ofrecían su apostolado.

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Seis millones de ucranianos pueden pasar hambre y frío

El representante católico ucraniano ha revelado, asimismo, que al Papa le preocupa particularmente la suerte de seis millones de ucranianos que “se enfrentarán a una emergencia alimentaria este invierno”.

“Tenemos que alimentar a los hambrientos”. Además, añade el arzobispo mayor, “debemos ofrecer nuestro calor y nuestros cuidados a los que sufren frío”.

El padre de la Iglesia greco-católica ucraniana fue recibido por el Papa el día anterior a la visita del presidente Zelenski: “He querido informar al Santo Padre de la situación en Ucrania, de este desastre de guerra que estamos viviendo y de los desafíos que tendremos que afrontar a medida que se acerque el invierno”, ha revelado el arzobispo Shevchuk, en declaraciones a los medios de información.

“El Santo Padre está realmente preocupado por la población civil, por todo lo que está sucediendo en Ucrania, por las personas vulnerables que más están sufriendo”, añade el arzobispo.

¿Cómo transmitir esperanza a un pueblo desesperado?

El prelado también habló con el Papa sobre el desafío que afronta la Iglesia católica en el país: “cómo evangelizar, cómo anunciar la palabra de Dios, que es siempre una palabra de esperanza a un pueblo desesperado”.

“El Papa Francisco”, reveló el arzobispo, “también me agradeció el heroico servicio de nuestra Iglesia, de nuestros obispos y sacerdotes, y me aseguró sus oraciones y bendiciones”.

Y, al despedirse, monseñor Shevchuk se dirige a los lectores de Siete24.mx para pedirles: “Recen por Ucrania, confiamos en su solidaridad”.

Autor Jesús Colina

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Ciudad de México.— “Cada una de las familias cristianas de los pueblos de los alrededores de Deir El-Ahmar ha acogido a tres o cuatro familias, es decir, entre 30 y 60 personas”, explica en un mensaje enviado a Siete24 Noticias monseñor Hanna Rahmé, arzobispo maronita católico de Baalbek-Deir El-Ahmar, en Beqaa, al este de Líbano.

Los bombardeos israelíes están alcanzando zonas estratégicas en el territorio de su archidiócesis, especialmente la región en torno a Baalbek, donde se cree que hay bases de Hezbolá, y al mismo tiempo pueblos donde viven tanto cristianos como musulmanes.

La arquidiócesis de monseñor Rahmé abarca aproximadamente el 27% de la superficie del país y está situada en una región con unos 450.000 musulmanes chiíes. El prelado cuenta que, incluso en los alrededores de la ciudad de Deir El-Ahmar, se producen bombardeos a diario, dirigidos contra los centros militares y económicos de Hezbolá que se encuentran a sólo entre cinco y veinte kilómetros del centro.

“Estamos asfixiados por el número de desplazados, pero no podemos abandonarlos a su suerte”, afirma monseñor Rahmé. “Hablé en la televisión local y me dirigí a los habitantes de las zonas bombardeadas, diciéndoles que nuestras casas estaban preparadas para acogerles”. Y, añade, “los musulmanes están enormemente conmovidos por esta solidaridad cristiana”.

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Según monseñor Rahmé, unas 13.000 personas han huido a zonas de la archidiócesis donde la población es mayoritariamente católica. En Deir El-Ahmar, donde se encuentra la sede episcopal, y en los pueblos de los alrededores, unas 2.300 personas han sido acogidas por instituciones educativas, mientras que otras 5.000 han sido alojadas en casas particulares y 1.500 en iglesias y conventos.

Sin embargo, según el arzobispo, muchos de los desplazados tienen que dormir en las calles de la ciudad y aún son más los que se han marchado al Norte o a Siria. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre el 21 de septiembre y el 3 de octubre, unas 235.000 personas llegaron a Siria por tierra, entre ellas 82.000 libaneses y 152.000 sirios.

La principal preocupación de monseñor Rahmé es hacer llegar la ayuda a los desplazados y a las familias de acogida. “Estas últimas están agotadas porque ya están empobrecidas por la crisis económica. Las organizaciones no gubernamentales sobre el terreno ayudan a los desplazados en las escuelas, pero no a los acogidos por las familias ni a las propias familias”, se queja el arzobispo.

La situación es muy crítica. El obispo pide ayuda alimentaria, colchones y mantas. En particular, agradece el apoyo ofrecido por la asociación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada: “¡Por favor, apóyennos!”.

ebv