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La Virgen de Fátima y la consagración al Inmaculado Corazón de María
Ciudad de México.— En el centro de las apariciones de la Virgen María a los tres pastorcillos en Fátima, Portugal, el mensaje a los niños videntes es muy claro: “He venido a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculados… y si la gente está atenta a mis peticiones, Rusia se convertirá y el mundo tendrá la paz”. En aquellos años, la chispa de la insurgencia bolchevique era toda una realidad y la revolución rusa confirmaría el establecimiento de un gobierno socialista ateo, así que la petición se pensó como un imposible bajo el régimen comunista que se instauraba en la gran nación rusa.
La petición de una consagración de esta naturaleza recuerda la solicitud que el mismo Jesús hizo a santa María Margarita Alacoque en 1673-1675 para consagrar Francia a su Sagrado Corazón: “Ciertamente, la advertencia de Nuestro Señor es muy grave: anunciada por María Margarita Alacoque al rey de Francia, le pide dedique su nación al Sagrado Corazón de Jesús. El rey optó por ignorar la orden y por lo tanto quedó condenara su dinastía y su trono a los horrores de la revolución, el caos y la guillotina”, apunta el Apostolado de Fátima de Portugal.
De igual modo, la advertencia de la Virgen de Fátima es categórica: “Si la gente no para de ofender a Dios, Él castigará al mundo por medio de la guerra, el hambre y la persecución de la Iglesia y al Santo Padre”. Por ello, el 13 de mayo de 1931, el episcopado portugués convocó a la grey y celebró la primera consagración de Portugal al Corazón Inmaculado de María; once años más tarde, el papa Pío XII, durante lo más álgido de la Segunda Guerra Mundial, consagró al mundo entero vía transmisión radiofónica.
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El papa Paulo VI fue el primer pontífice en visitar el Santuario de Fátima; más tarde Juan Pablo II acudió en tres ocasiones a Cova da Iria, donde la Virgen se presentó ante los pastorcitos, en 1982 y 1984 el pontífice polaco realizó sendas consagraciones del mundo al Inmaculado Corazón de María.
Desde ese momento, los actos de consagración de los pueblos al Inmaculado Corazón de María se llevaron a otras partes del mundo. El más reciente, el 13 de octubre de 2013 durante la Jornada Mariana convocada por el papa Francisco realizada en la Ciudad del Vaticano.
Fátima, como centro de peregrinación pero también como un acontecimiento por concretarse en las naciones, simboliza para el mundo del siglo XXI –según el rector del santuario Luciano Guerra- que “todo es santo en la presencia de Dios y, por tanto, puede ser aplicado a la realidad de los espacios y objetos religiosos; en este santuario, como en los sitios de mayor fe en el mundo, la experiencia de lo divino alcanza su más alta expresión y es en el corazón del hombre donde se guardan las más profundas experiencias religiosas”.
El Santuario de Fátima, dice el investigador M.I. de Pinho, se verá favorecido como destino para aquellos ciudadanos de los países excomunistas debido al tercer secreto de Fátima (concerniente a la conversión de Rusia): “Además, por la apertura económica y cultural de los países asiáticos animados por las declaraciones del papa Juan Pablo II para construir un mayor intercambio entre las regiones y como resultado de un flujo de peregrinos a los santuarios. Por su parte, las antiguas colonias africanas, deseosas de construir una nueva relación con las naciones colonizadoras europeas, intentarán fortalecer, mediante su peregrinación a Fátima, el intercambio religioso que se alcanzó durante la intervención misionera de los religiosos católicos en el continente negro”.
El profundo interés de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María alentó la singular leyenda del jesuita Pavel Hnilica, obispo clandestino en Eslovaquia, quien en una operación secreta supuestamente logró realizar, en el mismo Kremlin, la oración de consagración de Rusia en 1984, gracias a la intermediación de la Madre Teresa de Calcuta, cuya obra de las Misioneras de la Caridad, se empeñó en hacer llegar biblias y medallas católicas al seno de la Rusia comunista.
Cierta o no esta historia, la vidente Sor Lucía Dos Santos explicó a la prensa ese mismo año que la petición de la Virgen para la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón quedó satisfecha con el acto realizado el 25 de marzo en Portugal por el papa Juan Pablo II.
Desde 1981, en Medugorje, Bosnia, una nueva serie de apariciones de la Virgen María parecen reafirmar y actualizar las peticiones que hiciera la Inmaculada hace un siglo en Fátima. Aunque, las autoridades vaticanas, en voz del arzobispo Henryk Hoser, enviado especial de la Santa Sede a Medjugorje, han pedido prudencia pues “la Iglesia no se ha pronunciado todavía sobre la autenticidad de las apariciones”.
ebv