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Mexicano experimentará en ambientes marcianos

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Ciudad de México.— Es martes 14 del segundo mes en la Tierra, y una vez al año es también rojo como el segundo planeta más pequeño del Sistema Solar, al cual podría ir el mexicano Yair Israel Piña López en el año 2033; antes, formará parte de la primera tripulación latinoamericana a la estación de investigación marciana en el desierto, The Mars Desert Research Station.

En entrevista, el alumno de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM detalló que la misión por la cual fue elegido por The Mars Society, que se realizará del 29 abril al 14 de mayo, lo tendrá enclaustrado en el desierto de Utah, Estados Unidos, con poca agua y alimento, a una temperatura menor a los 10 grados centígrados.

“Los experimentos que tendré a mi cargo son, entre otros, un protocolo para determinar la radiación en ambientes marcianos, que servirá de ayuda para los futuros astronautas en Marte, y lo haré en cooperación con Camilo Reyes, de Colombia, un gran amigo y colega; toda esta tecnología se ha desarrollado en la UNAM y es un gran reto”, indicó.

El alumno que desde los 11 años se ha formado en esta casa de estudios, a través del programa de Iniciación Universitaria en la Preparatoria 2 “Erasmo Castellanos Quinto”, precisó que realizará tareas de caminatas espaciales con los mismos vehículos y trajes especializados que se utilizarían en Marte para forjar una verdadera simulación.

Ésta es, quizá, una de las caminatas que más deseaba Yair; por ello, ya se entrena no sólo en Ciudad Universitaria con carreras diarias de entre cinco y 10 kilómetros, con alimento y descanso óptimos, sino en un viaje al interior de sí, que le fortalece el espíritu.

Puentes, no muros

Hoy, subrayó Yair, jugamos un rol tan importante en la sociedad, que joven no es aquel que busca en qué invertir su tiempo, sino cómo hacer algo con éste para que trascienda.

Se podrán hacer muros, pero nuestro compromiso es hacer puentes para la paz y el amor. Hay que hacerlos para generar conocimiento; desde el espacio no se ven las fronteras, la ciencia es universal, y éste es un compromiso con México y con la UNAM”, remarcó.

Debemos mirar hacia nuestros hermanos de América Latina, Europa y Asia, para que hagamos crecer la ciencia, porque no es cuestión de un país, es de la humanidad. Hoy más que nunca nuestro país tiene que estar fuerte, dijo.

“Hay que quitarnos esa parte de las fronteras en el conocimiento y de ser uno solo, porque todos somos seres humanos para hacer un mejor mundo”, continuó.

El joven universitario instó a los líderes políticos y financieros mexicanos para que se comprometan a invertir en ciencia, tecnología y educación, porque son los ejes fundamentales para transformar el país que deseamos.

Al referirse a la UNAM, expuso que la considera un terreno glorioso y lleno de orgullo nacional, donde ha tenido todas las facilidades de desarrollarse.

ebv

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