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Milagro en Phoenix: nacimiento de cuatrillizas idénticas desafía las probabilidades

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Phoenix.— En un quirófano del Banner – University Medical Center Phoenix, Estados Unidos el llanto de cuatro recién nacidas rompió el silencio. El nacimiento de cuatrillizas que desafió toda lógica médica.

Rachel y Marco Vargas, una pareja de Cranston, Rhode Island, recibieron a sus hijas en un parto que los expertos consideran una rareza extrema: la probabilidad de concebir espontáneamente cuatrillizas idénticas es de una en once millones, pero con las complicaciones médicas que enfrentaron, la cifra se elevó a una en 40 millones.

El embarazo de Rachel estuvo marcado por desafíos desde el inicio. Dos de las bebés compartían el mismo saco amniótico y presentaban inserción velamentosa del cordón umbilical, una condición de alto riesgo con una tasa de mortalidad de hasta el 40 %.

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Una de ellas nació con una malformación congénita que requerirá cirugía en las próximas semanas. Además, dos de las hermanas fueron diagnosticadas con síndrome de transfusión feto-fetal (TTTS), una condición que amenaza la vida de gemelos que comparten placenta al generar un flujo sanguíneo desigual. Frente a este panorama, la pareja buscó segundas opiniones y tomó una decisión crucial: trasladarse a Phoenix a las 21 semanas de embarazo para recibir atención especializada.

El Dr. John Elliott, un referente mundial en embarazos múltiples, asumió el desafío. Con más de 126 partos de cuatrillizos en su historial, nunca había presenciado un caso con tal nivel de complejidad.

Rachel fue ingresada a las 23 semanas debido a trabajo de parto prematuro y, tras semanas de monitoreo y cuidados intensivos, el 24 de enero, con 30 semanas y tres días de gestación, dio a luz por cesárea.

Sofía llegó al mundo a las 7:59 am con un peso de 3 libras y 7 onzas. Un minuto después nació Philomena, con 3 libras y 3 onzas. Verónica pesó 2 libras y 11 onzas, mientras que Isabel, la última en nacer, registró 3 libras y 1 onza. Las cuatro hermanas permanecen en la unidad de cuidados intensivos neonatales, donde recibirán atención especializada hasta estar listas para ir a casa.

Para la familia Vargas, este viaje ha sido una prueba de resistencia y fe. Con dos hijos pequeños y ahora cuatro recién nacidas, la vida ha cambiado radicalmente. “Gran parte del embarazo estuvo lleno de incertidumbre, pero quiero que otras familias sepan que siempre hay esperanza. Es importante buscar múltiples opiniones y tomar decisiones informadas”, reflexionó Rachel, sosteniendo a una de sus hijas por primera vez.

Marco, por su parte, expresó su gratitud hacia el equipo médico. “No ha sido un camino fácil, pero el apoyo del Dr. Elliott y de todo el personal de Banner nos dio fuerzas para seguir adelante. Estamos ansiosos por regresar a casa y comenzar esta nueva etapa con nuestra creciente familia”.

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ebv

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