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Pues sí, todo indica que veremos y viviremos tiempos interesantes

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Una de las maldiciones chinas más socorridas para desearle lo peor al enemigo, es la que dice: Ojalá te toque vivir tiempos interesantes o si lo prefiere: Ojalá vivas tiempos interesantes.

En cualquiera de las dos formas, eso de tiempos interesantes se refiere, obviamente, a épocas con grandes dificultades; es lo menos que uno podría pensar, si toma en cuenta que la expresión es una maldición china la cual, ¡mídale nomás!, se le dice al enemigo.

Sin que lo que intente sea desearle a usted en modo alguno, algo malo, es claro que la expresión del título tiene que ver con las dificultades que enfrentamos y las que, estoy seguro, enfrentaremos -a querer y no-, en los próximos años.

Para donde usted dirija la mirada, lo que ve es un mar de dificultades de toda índole, pero principalmente en los campos económico y político. En ambos espacios, todo el mundo está con la espada desenvainada para batirse por ésta o aquella razón, por nimia que pudiere ser.

Todos están, particularmente en la esfera de la política partidaria, atentos a lo que diga el adversario para lanzársele a la yugular. Los problemas del país, bien pueden esperar a que los unos aniquilen a los otros o a la inversa; esto es lo que hoy ocupa a los dirigentes de los partidos.

¿Y los ciudadanos, apá? ¡Allá ellos! A ver, ¿quién nos manda ser integrantes de ese gran ejército llamado El Infelizaje?

Las cosas son tan extrañas hoy, o para decirlo en chino, son tan interesantes, que parece que el país, a la menor provocación, caerá hecho pedazos.

Si bien una posición así estaría fuera de la realidad que enfrentamos en los tiempos que corren, también la que afirma que las cosas están de folículos pilosos (¿Qué no ve que tenemos la inflación más baja, desde que empezamos a medir este indicador?) estaría fuera de la realidad.

Como solemos decir coloquialmente: Ni tanto que queme al Santo, ni tanto que no lo alumbre. Es decir, ni estamos al borde del precipicio -Vamos para allá, pero aún falta un trecho por recorrer-, ni estamos en jauja o en vías de ser el paraíso terrenal.

De ahí la necesidad de partir de las dificultades que enfrenta el mundo, cuyos efectos se dejan sentir entre nosotros, prácticamente en tiempo real.

El proceso de empeoramiento de la situación, parece avanzar en la peor de las direcciones sin que se vea acción alguna por parte de la clase política para detener el proceso de descomposición en el que estamos inmersos. Por el contrario, parece que la velocidad a la que avanza hacia el borde del precipicio este desastre que hemos construido solitos, les parece lenta.

Preguntaba arriba, ¿quién se atrevería a afirmar hoy, por encima del hecho que nadie intenta negar siquiera, como lo es tener la inflación más baja de que se tenga memoria -como suelen decir los que analizan las cosas por encimita-, que las cosas están, en verdad, de folículos pilosos?

¿Cómo es posible ello, si cada día que pasa la situación se nos presenta más complicada?

Hoy por ejemplo, ¿ya vio usted los primeros enfrentamientos en relación con los recortes presupuestales? ¿Ya escuchó al Jefe de Gobierno deslindarse del gobierno Federal para verse contestatario y dispuesto a batirse en el campo de los dineros con el Hombre de la Bella Sonrisa, en aras de recuperar algunos miles de millones de pesos para que no ahorquen a su ciudad?

Dejemos de lado lo ridículo de la posición del Jefe de Gobierno y el haber equivocado el tema que decidió utilizar -para verse valiente y decidido a defender a la indefensa CDMX del tirano-, y preguntémonos, ¿qué hacer entonces, en las actuales condiciones del país y del resto del mundo?

¿Darle a Mancera sus miles de millones de pesos, para que las clientelas que le dejaron López y Ebrard no le nieguen su apoyo en la loca aventura en la que lo metió un grupo de serviles, aprovechados de la ingenuidad e ilusiones del joven Jefe de Gobierno de la CDMX?

¿Darle gusto a Barbosa, permitiéndole que despilfarre miles de millones de pesos al repartirlos entre varios presidentes municipales y políticos poblanos que le han hecho creer que puede ser -en el año 2018-, Gobernador del Estado de Puebla?

¿Acaso deberemos hacer lo mismo con éste y con aquél, para que estén contentos y aprueben la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017?

¿Imagina usted, de concretarse lo anterior, lo que significaría? ¿Qué clase de país le diríamos al mundo que es México? Bueno, eso que proponen los adoradores del Gasto Público, presupuestívoros irredentos, no se da hoy, ni en Zimbawe.

Por eso le digo en el título, que veremos, viviremos y sufriremos la maldición china de los tiempos interesantes.

¿Nos prepararemos para no salir tan raspados de esos tiempos interesantes? Lo dudo mucho; ¿verdad que usted también lo duda?

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