¿Qué ciudadanos obtendríamos, si las noticias las subordináremos a la ideología?  

Así terminé ayer:

Luego entonces, pregunto: ¿Por qué en nuestros espacios mediáticos se loa sólo una de las marchas, y se ensalza la presencia de cientos de miles de mujeres y, seis días después, la segunda, prácticamente es desaparecida de los espacios mediáticos?

¿A qué se debe este trato? ¿A que los responsables de pautar las notas en un programa o espacio mediático, comparten la visión de las primeras que marcharon, al tiempo que rechazan las posiciones de las que marcharon en la segunda?

Dejo las cosas hoy así, para concluir mañana. ¿Le parece que nos veamos aquí, en este mismo espacio?

¿Qué es lo que impulsa a un trabajador en algún espacio mediático, para no incluir en la pauta del noticiario -o eliminarla de la misma-, ésta o aquella nota que va en contra de sus posiciones políticas e ideológicas?

¿Quizás porque al no darla a conocer -para que el lector, el radioescucha o el televidente pudieren extraer sus propias conclusiones-, pensaría que no contribuye a debilitar el conjunto de ideas que defiende y promueve?

¿En verdad es tan ingenuo, que jamás se pone a penar que siempre habrá alguien que las difunda y la censura que ejerció, de nada serviría?

¿No ha pensado que si ese recurso fuere efectivo, los tiranos jamás habrían sido derrocados, y las ideas totalitarias jamás habrían sido echadas al basurero de la historia?

Hoy, no es infrecuente que esta conducta en los medios la veamos y padezcamos en no pocos de nuestros países en América Latina. Al principio, la censura surte efecto y los ciudadanos producto de esa estrategia aplicada, son mantenidos en el engaño; sin embargo, más temprano que tarde o más tarde que temprano, aquélla es denunciada por los mismos que durante años y años fueron mantenidos a obscuras.

Lo más curioso de lo que aquí señalo, es que quienes practican esa selección de noticias, son personas estudiadas y sedicentes liberales o de mentalidad moderna. Incluso, en el colmo de los contrasentidos, afirman que ellos están en contra de las posiciones autoritarias y los gobiernos totalitarios; sin embargo, si la nota en cuestión va en contra de lo que defiendo, no pasa.

¿Cuántos años puede durar una conducta de este tipo en un país como el nuestro? ¿La verdad? No sabría decirlo; mas lo que sí sé, es que tarde o temprano los que la practican son exhibidos y rechazados por quienes padecieron esa censura modernizadora, que nos salva, dicen algunos de ellos, del oscurantismo.

Lo mismo han dicho los grandes tiranos de la historia y hoy, éstos yacen arrumbados en el basurero de la historia. No les extrañe que uno que otro de los censores que quieren salvar a los mexicanos del oscurantismo, mañana o pasado vayan a hacerles compañía a los que desde hace muchos años yacen en aquel basurero.

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