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¿Quién lo ha dañado más? ¿Lo hecho por Videgaray, o los dichos de Trump?
Ciudad de México.— Ante la preocupación que parece dominar a decenas de millones de mexicanos, como consecuencia natural -dicen algunos-, del conjunto de amenazas y propuestas de Donald Trump, quien mañana comienza su encargo como Presidente de Estados Unidos, vale la pena comentar algunas cuestiones las cuales, quizás -así lo espero-, podrían dar como resultado que su preocupación se enfocare ahora, menos a los dichos de aquél, y más a los responsables de los hechos que han tenido lugar en nuestro país.
Por más peligrosas que suenen sus amenazas, no olvidemos que, a la fecha, son únicamente palabras. Si bien alguien pudiere decir que ésas podrían convertirse en realidad una vez que esté en la Presidencia, no debemos dejar de lado que, a partir del primer día de su gobierno, el sustituto de Barack Obama tendrá que convencer, no imponer; también, deberá tomar en cuenta las consecuencias de sus dichos y acciones, en vez de ignorarlas.
Al final del día, lo que hoy de él tenemos, son palabras; a partir de mañana, ¿tendremos hechos? Ya veremos, y actuaremos en consecuencia.
Ahora bien, como usted sabe -y los padece-, los daños en su bolsillo -como consecuencia de la pérdida de su empleo y/o la elevación de la carga fiscal-, no son hoy una amenaza, son una realidad cotidiana cada vez más difícil de soportar.
¿A qué se debe entonces, que prefiramos lanzar toda una campaña de invectivas y condena a quien nada nos ha hecho aún, mientras que al que con su visión económica equivocada nos ha colocado en una difícil situación, prácticamente nada le decimos?
¿Por qué actuamos así? ¿Qué explica una conducta tan descabellada, por decir lo menos?
No fue Donald Trump quien, con una visión errónea, impulso la contratación de deuda del Sector Público Federal, para llevarla de los $5.2 billones de pesos al 30 de noviembre del año 2012, a los $9.3 cuatro años después, al 30 de noviembre de 2016.
Tampoco fue Donald Trump el que dilapidó esos $4.1 billones de pesos en cuatro años, cantidad que es 79% más elevada, que el monto al final del mandato de Felipe Calderón.
¿Y por qué nada decimos de Luis Videgaray? ¿Por qué esa conducta nuestra, tan complaciente con quien nos hizo tanto daño, y tan aguerridos y críticos con Donald Trump, que a la fecha sólo ha lanzado bravatas?
¿Por qué nuestra pasividad ante el personaje tan dañino que ha regresado al Gabinete, y tan activos y críticos en contra de quién hoy no tenemos idea de su comportamiento a partir de mañana, 20 de enero de este año?
¿Lo entiende usted? ¿Le encuentra lógica a esta conducta? ¿Le parece racional?
¿No estaremos, quizás de manera inconsciente, solapando al que nos causó un daño profundo, y castigando a quien, a la fecha, sólo ha exhibido su incontinencia verbal?
Lo anterior que planteo, en modo alguno significa una defensa de Donald Trump en lo personal, y menos aún de su visión equivocada acerca de las relaciones entre países y gobiernos.
Lo que quiero destacar es ésa conducta tan nuestra, de irnos por la crítica fácil, en vez de ser analíticos; de criticar a personajes como el que mañana tomará posesión de su cargo, pero no señalar y exhibir a quien nos causó, este sí, un daño real, concreto.
¿Acaso se debe esa conducta, a la influencia que ha alcanzado en México la corrección política? Criticamos y ofendemos a Trump, porque es fácil; además, nos hace ver bien y a nada compromete.
¿Usted es, acaso, de los que ha criticado y ofendido a Trump, a la vez que nada ha señalado de lo hecho por Videgaray en Hacienda, y de los efectos negativos para la economía y el país, y para los mexicanos?
De serlo, ¿podría darse a sí mismo, una explicación lógica de su conducta?
ebv