¿Sabe usted que el petróleo es suyo?

 ¿Y de qué le sirve y ha servido?

La celebración de la expropiación de los activos de las empresas petroleras que operaban en México antes del 18 de marzo del año 1938, este año, hay que decirlo sin eufemismo alguno, pasó casi completamente inadvertida.

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Es tal la situación de descrédito y ninguneo de ciertas fechas y actos catalogados -los más, injusta e indebidamente- de heroicos, que llamó más la atención, y generó más comentarios a la vez que desató las especulaciones acerca de la próxima posición que ocupará el senador Emilio Gamboa -organizador de privadísima cena con el Presidente Peña, y compañero del obligado juego de golf con éste-, que el aniversario mismo de aquella decisión de Lázaro Cárdenas.

(Dicen los enterados -que como usted sabe, en México conforman una legión numerosísima-, que quien después de la privadísima cena y el juego de golf empezó a escombrar su oficina, es el afortunado poseedor de una gran flotilla de taxis).

¿A qué se debe que dicha celebración haya pasado inadvertida? ¿Acaso es por la elevación de los precios de los combustibles, producto de la necesidad de recursos que tiene el gobierno Federal para ayudar a sufragar el alto costo financiero de la deuda del sector público Federal (DSPF)?

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¿Acaso ya no interesa la fecha ésa del 18 de marzo, debido a que cada día que pasa, cobra más adeptos la idea de que PEMEX es un ente insalvable? ¿O será debido a la corrupción y cinismo de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que durante decenios han saqueado de manera inmisericorde a Petróleos Mexicanos, al grado de tenerla hoy postrada, a la orilla misma de su sepultura?

Lo más curioso de este desdén a un aniversario más de una de las fechas menos comprendidas a cabalidad en la historia moderna de México, es que a sus dueños -los mexicanos todos, tanto del petróleo como de PEMEX-, nos vale un cacahuate su suerte.

¿Habrá forma de hacer que los mexicanos nos interesemos por el futuro de PEMEX, si es que lo tuviere? El trabajo que hoy lleva a cabo su Director General, ¿se verá coronado con el éxito?

Por el contrario, como no pocos afirman, ¿es objetivo el comentario, en el sentido de que no hay remedio posible, cuando la SHCP sigue utilizando a PEMEX como salida en materia de deuda, para no aparecer esa dependencia como el deudor?

Sea lo que fuere, hay un hecho que no podemos ignorar: A los mexicanos hoy, la suerte de PEMEX -no obstante ser los dueños de ella y del petróleo como dije arriba-, les tiene sin cuidado.

Dado esto, ¿qué futuro piensa usted le espera, a esa empresa productiva del Estado? ¿El reconocimiento de su quiebra? ¿La liquidación de 70 u 80 mil trabajadores para dedicarse, exclusivamente a la exploración, perforación, extracción y comercialización de crudo?

Además, esto último, asociado obligadamente con empresas privadas para lograr lo que hoy parece imposible: elevar la eficiencia y la productividad, y reducir la corrupción y el saqueo permanente y sistemático.

Todo ello, con miras a obtener las utilidades obligadas, producto de eso que hoy es casi una entelequia (Cosa irreal): La Renta Petrolera, concepto éste del cual muchos hablan, pero muy pocos saben qué es.

¿Y a usted, en verdad le vale la suerte de PEMEX, en tanto pueda adquirir sin problema alguno la gasolina para su auto? ¿Lo que desea es, a lo más, que le despachen litros de a litro?

¡Qué país hemos construido! ¿No sentiremos, de cuando en cuando, cierta vergüenza?

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