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Últimas horas del bebé Charlie
Londres.— El bebé británico Charlie Gard, en estado terminal por una rara enfermedad congénita, será desconectado de las máquinas que le mantienen con vida tan pronto ingrese en un hospital especializado en cuidados paliativos, dispuso el juez Nicholas Francis.
Este magistrado, de la División de Familia del Tribunal Superior de Londres, aprobó un plan de cuidados por el que el niño será trasladado en breve del hospital infantil londinense Great Ormond Street, que le ha tratado hasta ahora, a un centro especializado en enfermos terminales, donde se le dejará morir de la mejor manera posible.
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Dijo que “inevitablemente”, por su condición, Charlie fallecerá en ese otro hospital no identificado “en un corto periodo de tiempo” después de que se le retiren las máquinas que le sustentan, tal como han recomendado los médicos de Great Ormond Street.
Esta decisión va en contra de los deseos de los padres, Connie Yates y Chris Gard, que habían pedido que se le mantuviera con vida artificialmente varios días más en el centro de cuidados paliativos para poder despedirse del niño, que no tiene ninguna función activa.
El pequeño de 11 meses padece el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que el cuerpo eventualmente sufre una falla respiratoria total y la única esperanza de sus padres era someterlo a un tratamiento experimental en Estados Unidos.
El Great Ormund Street Hospital de Londres, donde está hospitalizado el pequeño, consideró que esa terapia no sería beneficiosa para el bebé, lo que desató una batalla legal para determinar si los médicos podían retirarle la respiración asistida contra la voluntad de sus progenitores.
Los tribunales británicos se pusieron del lado del hospital y autorizaron que Charlie fuera sometido a eutanasia, y los padres recurrieron la sentencia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al considerar que suponía “una injerencia injusta y desproporcionada en sus derechos parentales”.
El caso de Charlie Gard suscitó una gran atención mediática y cobertura internacional, después de que la pareja lograra el apoyo para su causa del presidente estadounidense, Donald Trump.
Trump ofreció ayudar al bebé británico para que se evitara seguir adelante la eutanasia ordenada por varios tribunales europeos.
Por su parte, el Papa Francisco expresó su solidaridad con los padres de Charlie y pidió que se les permita “acompañar y tratar hasta el final” al pequeño.
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El portavoz del Vaticano informó que el Sumo Pontífice se siente especialmente cercano por el inmenso sufrimiento que padecen los padres del bebé y pidió que rezaran para que puedan encontrar el consuelo y el amor de Dios.
El juez aprobó este jueves el plan de cuidado propuesto por el hospital Great Ormond Street después de que no se pudiera alcanzar un consenso con los padres, tras varios días de tensas audiencias que han culminado un juicio de varios meses.
Esta semana, los padres desistieron de su idea inicial, que motivó el inicio de este juicio el pasado marzo, de trasladar a Charlie a Estados Unidos para recibir un tratamiento experimental, después de que los expertos demostraran que no hubiera mejorado su calidad de vida.
El papá consideró que se malgastó mucho tiempo con su hijo, ya que “si se hubiera aplicado el tratamiento antes, habría tenido el potencial de ser un niño normal y sano”.
Además, también tuvieron que renunciar a su deseo de trasladar al niño a su hogar para cuidarle unos días allí antes de desconectarle de las máquinas, opción descartada por el juez por considerarla impracticable.
Por último, en base al plan difundido, tampoco podrán ver satisfecha su petición de mantener a Charlie con vida varios días en el hospital de cuidados paliativos, cuyo nombre y ubicación no han sido revelados para preservar la privacidad.
Los Gard recaudaron inicialmente 1.3 millones de libras (aproximadamente 1.5 millones de euros) para financiar el tratamiento en Estados Unidos, cantidad que han indicado que ahora podrían destinar a una fundación en memoria de su hijo.