¿Ve usted factible encontrar al Macron mexicano? (Vaya forma de perder el tiempo, con esas búsquedas)  

A raíz de la victoria de Emmanuel Macron en la elección presidencial en Francia hace unas cuantas semanas, la cual fue sorprendente para algunos y casi mágica para no pocos, se desató aquí en México una búsqueda la cual, por decir lo menos, podríamos calificar de ridícula.

La búsqueda de ese personaje salvador, tanto de la política como del país entero, llevó a algunos a exageraciones y afirmaciones totalmente desproporcionadas, dada la realidad de este sufrido país.

Hoy, por fortuna, aquel interés por encontrar a ese salvador ha decaído un poco. Anda por ahí un senador (Ríos Píter, conocido por el mote de El Jaguar) quien, ante la exageración de un amigo suyo al calificarlo como el potencial Macron mexicano, cayó en el garlito y hoy, anda de radio en radio haciendo La Visita de las Siete Casas.

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En cada espacio mediático donde es invitado, sin decirlo por supuesto, deja ver con sus palabras que, efectivamente, él está llamado a ser, como candidato independiente, el Macron mexicano.

Yo agregaría, al ver la desproporción de la aspiración del Senador, que la distancia que separa al auténtico del clon autóctono, es casi infinita. Su formación personal y vida profesional, hace que lo del Senador no pase de ser un sueño guajiro, o una típica conducta aspiracional propia de un joven que no se mide, por decirlo suavemente.

Ahora bien, ¿por qué somos seducidos por este tipo de búsquedas? ¿Qué es lo que nos impide ver objetivamente nuestra realidad, tanto la de la clase política y sus modos, como la personal?

¿Qué es lo que lleva a más de uno, ante el surgimiento de personajes como Emmanuel Macron y sus triunfos obtenidos a la fecha, a pretender igualarse en un ejercicio acrítico y totalmente desproporcionado? ¿Acaso desconoce el Senador, las diferencias abismales entre Francia y México, en lo que refiere a la conducta y visión de la democracia de los electores en ambos países?

En pocas palabras pues, ¿no tiene algo más productivo en qué entretenerse nuestro Macron mexicano? ¿Acaso los años que tiene no le han servido para madurar un poco, y dejar de lado esas ilusiones juveniles?

No cabe duda que lo suyo lo suyo de no pocos políticos en México, es perder el tiempo miserablemente. El del senador es un buen ejemplo.

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