Mundo
¿Y si además fuere buen presidente? ¿Qué dirían nuestros expertos?
Aquí, a diferencia de lo que se comenta en otros países, la avalancha de adjetivos sigue a todo lo que da.
Si quisiéremos tener un panorama expresado sin estridencias, y sin insultos, acerca de lo que posiblemente sería la gobernación del Presidente Trump, habría que leer con detenimiento medios del exterior.
Los nuestros, siguen aprovechando todo espacio mediático al que tienen acceso, para airear sus frustraciones por la derrota de la que consideraban lo máximo. Las ofensas y groserías sin límite alguno, proferidas al que aun cuando no guste, será el próximo Presidente de Estados Unidos, rayan en la obsesión de intelectuales y analistas, reputados -quizás sin merecerlo-, de serios y mesurados en el uso del lenguaje.
¿Se cansarán algún día, o les durará cuatro años el coraje, por su error garrafal y vender sus ilusiones y deseos como análisis objetivo? Allá ellos porque, el espectáculo debe continuar.
Sería bueno que, sin pretender igualar las condiciones de Estados Unidos y del mundo cuando Ronald Reagan tomó posesión en enero del año 1981, intentáremos recordar lo que de él se dijo en ese entonces.
Actor de segunda, viejo, ignorante de la economía y la política; sin embargo, al margen de lo que de su gobernación dijéremos hoy, ese viejo ignorante como solían decir los equivalentes de ayer de nuestros expertos de hoy, fue clave -junto con otra persona odiada por los políticamente correctos, la Sra. Thatcher-, en los cambios que aún hoy marcan al mundo.
Por eso pregunto: ¿Y si Donald Trump, fuere un buen Presidente de Estados Unidos? ¿Y qué dirían nuestros expertos, si el año 2020 fuere reelegido?
Hoy, a medida que pasan los días, los análisis serios -de profesionales no de braveros vulgares que lo único que saben hacer, es insultar-, nos hablan de cambios fiscales, por ejemplo, que sin duda deberán impactar en nuestro sistema tributario.
Por otra parte, hablar de un gran plan de inversión en infraestructura, cuando la economía de Estados Unidos se encuentra prácticamente en niveles de pleno empleo -pues su NARU (Natural Annual Rate of Unemployment) está hoy por debajo del 5.0%-, sin tomar en cuenta esta situación, la pregunta es inevitable: ¿De dónde obtendría Estados Unidos los cientos de miles de trabajadores? ¿Sabe de dónde? ¡De México, y de los mexicanos que están allá!
Por otra parte, ¿de dónde van a obtener las grandes cadenas de autoservicio en Estados Unidos, los millones de cajas de productos hortícolas para sustituir nuestras exportaciones? ¿Y los cientos de miles de becerros que las empresas engordadoras en Estados Unidos compran de ganaderos mexicanos de Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas?
Como estos cuantos ejemplos, podría dar cientos más y al final, lo que veríamos sería una sola conclusión: Todos los que asustan hoy con la tragedia para el país y su economía, ni idea tienen -Menorídeos que son-, de la realidad económica del país; de esa economía que está en prácticamente en todo México salvo, por supuesto, en el cubículo del falso investigador y más falso aún, académico.
¿Qué nos falta hoy? Algo tan sencillo pero tan difícil de encontrar hoy en México: Análisis sereno y objetivo el cual, debe partir de la realidad de nuestra economía, no de las ilusiones y deseos de tanto políticamente correcto que hoy, en vez de reconocer su error -producto de un análisis superficial y frívolo-, lo que buscan es cómo disfrazarlo para mantener sin abolladuras su muy cuestionable prestigio.
¿Tenderemos, algún día, el análisis que la realidad económica del país exige?
El contenido, comentarios y fuentes de información de los colaboradores y/o columnistas que se difundan en Siete24 y Deportes Siete24, son responsabilidad de cada uno de sus autores.