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Agente fronterizo colaboró con cártel
Austin, EU.- Un jurado de Texas declaró culpable a un exagente hispano de la Patrulla Fronteriza de trabajar para un cartel de la droga mexicano, aunque fue absuelto del cargo de asesinato que podría haberle supuesto prisión de por vida sin la posibilidad de libertad condicional.
De este modo, un jurado del condado texano de Cameron determinó después de tres días de deliberaciones que el exagente Joel Luna, de 32 años, es responsable de haber cometido dos delitos por su participación en el narcotráfico y el crimen organizado.
No obstante, fue absuelto de los otros dos cargos a los que se enfrentaba por el asesinato del indocumentado hondureño Juan Francisco Rodríguez, cuyo cadáver fue encontrado por unos pescadores flotando en marzo de 2015 en los alrededores de la isla de South Padre, cerca de la frontera con México.
Luna, veterano de la guerra de Irak, estaba trabajando en un puesto de control en Hebbronville (Texas) en la época en la que Rodríguez fue asesinado.
Según la investigación llevada a cabo, Luna, quién permanece en suspensión indefinida de su puesto de trabajo, permitía que los cargamentos de droga del cártel mexicano del Golfo pasaran sin problemas por los retenes de la Patrulla Fronteriza en esa zona que une a Texas con México.
Joel Luna enfrenta de cinco a 99 años de prisión por uno de los cargos y de 15 a 99 años por el otro, ambos con posibilidad de libertad condicional.
Por otro lado, su hermano menor Eduardo, de 27 años y presunto sicario del cártel del Golfo, sí fue condenado por los cuatro cargos, incluido el de asesinato, por el que encara ahora una sentencia de cadena perpetua obligatoria más otros 50 años en cárcel por pertenecer a una organización criminal.
Al parecer, la víctima del asesinato, Rodríguez, un mecánico conocido de los hermanos, iba a delatarlos cuando el hermano menor, Eduardo, descrito en documentos de la corte como “Comandante”, decidió acabar con su vida, decapitar su cuerpo y echarlo al mar del sureste de Texas en 2015.
El hermano mayor de ambos, Fernando, de 37 años, fue crucial para resolver el caso dado que testificó en contra de ellos y relató durante el juicio que él y Rodríguez estaban mirando la televisión en la tienda de neumáticos de la víctima cuando Eduardo irrumpió y disparó al hondureño.
El juicio, que ha durado dos semanas, levantó mucha expectación entre los medios locales al tratarse de un caso que relaciona a un agente fronterizo con las mafias mexicanas de la droga y aumentó la preocupación sobre los casos de corrupción a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, especialmente en el lado estadounidense.
De hecho, el Consejo Asesor del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos llegó a apuntar el año pasado en su reporte anual que “los verdaderos niveles de corrupción en Aduanas y Protección Fronteriza no se conocen”. (EFE)
refm