Análisis y Opinión

Desarrollar el sureste mexicano

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La falta de gas natural en la Península de Yucatán se ha convertido en un serio problema, pues es bien sabido que esa región del país atraviesa por dificultades para la generación de energía eléctrica.

Incluso en el año 2019 el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) alertó de un posible estado de emergencia en la generación de electricidad propiciado en buena medida por la falta de gas natural en la región.

Empresarios y especialistas han levantado la mano para señalar esta problemática que, además, va en aumento pues hay un incremento en el consumo energético ante el desarrollo de nuevos inmuebles para uso habitacional, comercial o turístico.

En 2019, por ejemplo, estimaciones de Cenace refieren que la demanda en la región fue de de 2 mil 220 megawatts, de los cuales mil 235 llegan por el enlace con el Sistema Interconectado Nacional (SIN), ergo, se requirieron producir 985 MW en la Península de Yucatán.

Sin embargo, en la zona hay instalada una capacidad de 2 mil 120 MW, lastimosamente sólo se contó con entre 732 y 756 MW disponibles con gas natural, más hasta 440 MW que se generaron con diésel.

Sin tener que ser un experto en matemáticas, en el sureste del país apenas y se está por encima del mínimo requerido para la demanda de la región, y es por ello que es política del Gobierno federal fortalecer la infraestructura de gas natural en la Península.

Es así que entonces no se entiende que existan reticencias a la instalación de infraestructura de gas natural en algunos puntos de esa región, particularmente en Cancún.

Cosa de ver que hay diversos reportes periodísticos que dan cuenta de que presuntos habitantes del municipio de Benito Juárez están en contra de la instalación de ductos en el Bulevar Colosio, bajo el endeble argumento de que no es seguro y no se cuenta con los permisos necesarios.

Basta decir que también existen diversas notas en medios que dan cuenta de cómo autoridades del mismo Ayuntamiento avalan las obras y afirman que se tienen los permisos para las mismas.

“Ahorita tenemos que modernizarnos y una modernización pues es el gasoducto. No hay evidencias de que explote y mucho menos, al contrario es un tema que va a beneficiar a miles, bueno a todos los cancunenses porque va a traer gas mucho más barato, mucho más eficiente y se hace en muchas partes no solamente en México sino del mundo”, dijo la alcaldesa Ana Patricia Peralta hace unos días en una reunión de la Asamblea General de Asociados Náuticos Quintana Roo.

Pero más allá de la declaración, la funcionaria toca un punto muy importante en su mensaje: el beneficio que tendrá esa infraestructura para miles de habitantes del sureste mexicano, incluidos los inconformes, pues gracias a la llegada de más gas natural a la región, mayor será la capacidad de producción de electricidad.

Además, Rubén Borau García, presidente del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgo y Protección Civil, Capítulo Quintana Roo, descartó que exista riesgo de explosión en la construcción, pues aseguró que en caso de alguna fuga, por ser volátil, el gas se disuelve en la atmósfera y existen toda una serie de protocolos que se aplican en caso de alguna contingencia.

Es menester decir que la generación de electricidad a partir del gas natural también presenta dos ventajas: una mayor eficiencia energética y un menor impacto medioambiental.

Con todas estas ventajas, incluso suena hasta mezquino que un grupo de personas se opongan a las obras ya que, como anteriormente se mencionó, es una necesidad urgente la que tiene la región además de que el Gobierno federal tiene toda una serie de planes para el desarrollo de la zona sur del País, pues no sólo apunta a llevar más gas natural, también desarrolla el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas.

Twitter: @campudia

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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