Análisis y Opinión

Hacer lo correcto de manera correcta

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El Mundo Interno de las Organizaciones

Sentimos incertidumbre con relación a lo que vendrá para el 2021. Para muchos, puede ser el posible y añorado regreso a la normalidad; para otros, una nueva normalidad ajustada y para algunos más, una realidad nueva y muy distinta. ¿Qué pasará cuando la mayoría de la población se haya vacunado? ¿Dejaremos de utilizar cubrebocas? ¿Regresaremos a nuestros lugares de trabajo? ¿Volveremos a tener interacciones con nuestros compañeros? ¿Otra vez a las reuniones de trabajo en salas de juntas?

Sin duda muchas preguntas así como posibles respuestas. Cada empresa ha vislumbrado al menos un par de escenarios para ello. En algunas, estos escenarios han sido compartidos con los colaboradores y en otras no; sin embargo, en ambos casos la incertidumbre sigue siendo el factor común ya que, por más que se diga lo contrario, todos sabemos que lo que hoy estamos viviendo es realmente un modelo temporal y que el definitivo se adoptará en cada empresa una vez que la población se haya vacunado y la pandemia se convierta finalmente en endemia.

¿Qué nos toca hacer ante esta situación? En mi opinión, así como las empresas deben planear cómo será su realidad una vez completada la etapa de vacunación mundial, cada uno de nosotros debe planear cómo será nuestra realidad laboral particular, específicamente en la manera en que tendremos que desempeñar nuestra función al interior de nuestra organización.

Por un momento, tratemos de olvidar lo que hacemos y cómo lo hacemos. Pensemos nuevamente el “para qué” lo hacemos y lo que la organización realmente debería recibir de nuestra función en particular. Es a partir de recordar el objetivo de nuestro rol (o, en algunos casos, de tenerlo claro por primera vez), de donde deberemos partir para redefinir lo que debemos hacer y cómo hacerlo en la nueva realidad, aprovechando al máximo los recursos que estarán disponibles.

Hoy más que nunca tenemos que buscar ser efectivos y eficientes en nuestra función.

Ser efectivos significa hacer lo correcto y dejar de hacer todo lo que no contribuye realmente al cumplimiento de nuestras responsabilidades. Quizá cuando llegamos a la organización o al puesto que hoy desempeñamos comenzamos a hacer cosas que nuestro antecesor hacía sin cuestionarnos si realmente aportaban y eran necesarias. Quizá otras más las hicimos porque algún jefe nos lo pidió, pero en realidad no tenían una razón de ser; muchas otras tal vez las incorporamos como parte de nuestro proceso de madurez individual y las mantuvimos simplemente por inercia. Cualquiera que haya sido la razón, seguramente encontraremos cosas que hoy hacemos y que en realidad deberíamos dejar de hacer con el fin de ser realmente efectivos.

Una vez que definimos lo correcto, viene el momento de analizar si lo estamos haciendo correctamente. Ser eficientes significa optimizar al máximo los recursos utilizados para hacer el trabajo; es decir, con el menor nivel de desperdicio de recursos posible. Si una cosa nos ha dejado claro el modelo de trabajo virtual que hemos adoptado en la gran mayoría de las empresas para sobrellevar la pandemia, es la gran cantidad de recursos que se desperdiciaba anteriormente para hacer el trabajo: tiempo, dinero y esfuerzo. Pues bien, a nivel individual debemos hacer ese análisis para encontrar la manera más eficiente de hacer nuestro trabajo y cumplir con nuestras responsabilidades. Evaluar en dónde cometemos más equivocaciones e implementar acciones para corregir esto, identificar redundancia de esfuerzos y crear formas de optimizar al máximo los recursos que utilizamos.

Haciendo lo correcto y de manera correcta, es decir, siendo efectivos y eficientes en nuestra responsabilidad individual, podremos completar el rompecabezas que hoy los líderes de las empresas tienen ante la incertidumbre que representa la nueva realidad que viviremos el próximo año.

No esperes a que sea la organización la que te diga cómo debes trabajar bajo la nueva realidad que, esperemos, llegue para el 2021. anticípate y dile a tu organización cómo tú y tu equipo de trabajo trabajarán.

Haz las cosas correctas y de manera correcta. Contribuye a diseñar el modelo de trabajo que tu organización tendrá no solo para trabajar durante la pandemia sino para el siguiente cuarto del siglo XXI.

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