Análisis y Opinión
Mexicolectivo: un punto de partida
Por Antonio Maza Pereda
En mi opinión, el asunto más importante en México, al final de enero y principios de febrero, fue el lanzamiento de un lugar en la Web, convocando a la reflexión sobre el tipo de nación que debemos construir. Participaron el partido Movimiento Ciudadano, académicos de distintas universidades, incluyendo dos ex rectores de la UNAM, algunos políticos de otros partidos, mencionando originalmente a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quién después se deslindó de su participación, además de algunos empresarios. La discusión en los medios se centró en estos participantes y también de alguna medida en el contenido del documento de lanzamiento, al que se le trató como una declaración de los firmantes.
En este caso, yo creo que posiblemente esté muy equivocado, porque una lectura superficial del documento titulado “Un punto de partida” y subtitulado “Encuentro: colectivo por México”, me deja la impresión de que se está haciendo la convocatoria a una acción colectiva de reflexión que busca ofrecer un terreno común, los aspectos mínimos que debemos de compartir para mejorar nuestra situación actual.
El preámbulo, qué en mi opinión es impecable, llega tan lejos como para decir que lo importante es la reflexión y que si el resultado final de la misma cambiara hasta la última coma de este documento inicial, la convocatoria de todos modos habría logrado su propósito. Una postura verdaderamente fuera de serie. Quiénes redactaron este documento o al menos su preámbulo, se proponen buscar realmente una reconciliación nacional y profesan no estar buscando imponer sus opiniones. Así entendí yo este documento. Pero, finalmente, ¿quién soy yo para decir que los medios tomaron como se dice “el rábano por las hojas” y que yo entendí el documento mejor qué sus comentaristas muy prestigiados? De manera que lo animo a que lea por su propia cuenta este documento, y decida quién tiene razón.
Para acceder al mismo, usted tiene que entrar al sitio www.mexicolectivo.com e inscribirse dando un correo electrónico y un teléfono, así como su nombre completo. Al quedar inscrito tendrá usted la posibilidad de capturar el documento llamado Punto de Partida y podrá participar con opiniones en ese mismo espacio. Habrá también la posibilidad de participar en un chat, que al momento de escribir este artículo todavía no estaba plenamente operativo, y leer opiniones de otros inscritos en este lugar, para contrastarlas con las suyas propias. Se propone que este espacio esté en operación los próximos cinco meses, y al final de junio se presentará un resultado final.
Yo no recuerdo un esfuerzo de esta magnitud desde que tengo la condición de ciudadano, en las elecciones federales de 1967. A nuestro país le hace mucha falta que nuestra ciudadanía entre a procesos de reflexión y debate de los grandes temas nacionales. Hemos tenido procesos de reflexión muy interesantes, qué contribuyeron importantemente a una transición democrática, pero que fueron fundamentalmente de grupos de ciudadanos distinguidos y con una gran influencia, que hicieron un esfuerzo muy meritorio y que tuvieron resultados muy interesantes.
Pero hoy en día no basta con eso. Se necesita una participación mucho más amplia de la ciudadanía. Probablemente este esfuerzo que ahora inicia no será suficiente para lograr el despertar ciudadano que algunos venimos pidiendo desde hace algún tiempo. Afortunadamente, también se da la coyuntura de que la tecnología disponible por buena parte de nuestra población permite tener este tipo de ejercicios. Es precisamente muy esperanzador que sean los jóvenes los que más acceden a estas tecnologías, porque nuestros ciudadanos jóvenes, justamente decepcionados de nuestra política, podrían aprovechar ampliamente este instrumento.
Hasta el momento de escribir este artículo (el 6 de febrero 2023, a las 11.00 am), el lugar solo tiene 1173 personas inscritas. Muy pocas, sí consideramos la publicidad que se le ha hecho. Seguramente con que sólo se inscribiera una parte muy menor de Movimiento Ciudadano, ya se hubiera alcanzado un número mucho mayor. Lo cual quiere decir que para que funcione plenamente este instrumento habrá que hacer una promoción mucho más intensa.
No faltan algunas críticas un tanto curiosas. Por ejemplo: alguien me dijo que yo ya había caído en la trampa del Movimiento Ciudadano. No entiendo por qué les parece que yo caí en una trampa por aplaudir que un partido político convoque a otras fuerzas, incluso ajenas a sus integrantes y trate de hacer una consulta amplia, incluyendo intelectuales y otros pensadores de nuestro país. Ojalá todos los partidos, y no sólo los de oposición, tuvieran este tipo de iniciativas. Porque al final el tema fundamental es que la ciudadanía asumamos nuestro papel como mandantes en nuestra Sociedad.
Me propongo, estimados lectores y lectoras, hacer una serie de reportes comentando el documento original y los temas que están siendo incorporados en este sitio. En principio me parece una idea excelente. Es, como dicen los autores, un punto de partida. Mucho más que eso: es un paso importante en la dirección correcta, para lograr el tipo de participación ciudadana que requiere este país.
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
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Análisis y Opinión
Sobrerregulaciones frenan a la industria minera
La industria minera ha sido un pilar de la economía mexicana.
Según estimaciones del INEGI realizadas en 2021 el sector metalúrgico representó el 8.6 % del PIB Industrial, (Producto Interno Bruto) y el 2.5% del PIB nacional.
Desde hace mucho tiempo México es reconocido como el primer productor de plata en el mundo, el quinto en bismuto, también el quinto en plomo , el octavo en oro, noveno en cobre, por citar algunos logros de nuestro país.
Esta industria genera más de 367 mil empleos y en 2020 representó una inversión de más de 3,500 millones de dólares.
Sin embargo, esta importante fuente de empleos hoy resiente graves riesgos, que limitan su futuro. En algunas zonas la intervención de la delincuencia organizada, que empezó cobrando derecho de piso y extorsionando a las empresas y hoy asume mayor control.
Otro grave freno al desarrollo de esta industria es la sobrerregulación, que permite a funcionarios públicos tomar decisiones que restringen el desarrollo de esta actividad industrial, como está sucediendo con el Proyecto Ixtaca, en la Sierra Norte de Puebla, donde la Secretaría de Economía se ha negado a otorgar concesiones, como ha sucedido a Minera Gorrión, empresa que lleva más de 20 años en el municipio de Ixtacamaxtitlán, Puebla, habiendo generado una derrama económica regional de más de 60 millones de dólares, y teniendo un proyecto con el que pretende invertir casi 170 millones más, tan sólo en construcción, y más de mil millones de dólares en la operación, durante los próximos 15 años.
Esta actitud de la Secretaría de Economía, -encabezada por Raquel Buenrostro-, manda a toda la industria minera un mensaje de incertidumbre jurídica, lo cual seguramente desestimulará la inversión y con ello la generación de empleos.
Almaden Minerals y Minera Gorrión fueron notificadas de la decisión de no considerarlas viables como candidatas a recibir concesiones y para evadir mayor compromiso, solicitó al Juzgado Dos de Distrito de Puebla que negara las concesiones, argumentando deficiencias técnicas de los proyectos.
Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó expedir nuevos permisos, poniendo como condicionante para su otorgamiento la realización de una consulta previa en la comunidad nahua de Tecoltemi, -vecina del municipio de Ixtacamaxtitlán-, donde están las minas.
Daniel Santamaría, Vicepresidente de Minera Gorrión y responsable del proyecto Ixtaca, destacó que este proyecto generaría empleos y derrama económica por más de mil 170 millones de dólares, invertidos en la mina Ixtaca, ubicada en el municipio de Ixtacamaxtitlán, Puebla.
Es importante recordar que las instituciones gubernamentales tienen como principal encomienda ser facilitadores de proyectos y promotores de inversiones, que hoy necesita México para generar empleos que ayuden a mejorar la calidad de vida de las comunidades y no el obstáculo que impida el desarrollo y crecimiento regional.
¿A usted qué le parece?
La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx
Análisis y Opinión
Un asunto de dignidad
En estos días se discutirá y sancionará un diferendo apreciativo sobre los márgenes de la acción sanitaria y humanitaria en El Salvador que quizá pueda tener efectos en otras latitudes, incluido México. El tema es complejo pero en el fondo, hay un diferendo ante la permanente atención, vigilancia y decisión médica pertinente que buscó salvaguardar la vida de una mujer embarazada y la del ser en su vientre.
Se juzga al sistema local de proveer asistencia médica profesional durante varios meses para procurar el bienestar integral a las dos personas. Los quejosos plantean que hubiera sido mejor invisibilizar la existencia de una bebé discapacitada desde el inicio (aunque nació y murió después, no sin antes recibir nombre e identidad) y permitir que, desde la opinión –personalísima pero ciertamente inexperta y alienada por abogados– de la paciente, se impidiera al personal médico a pensar, ofrecer opciones u obrar conforme a su conocimiento, su profesión y su conciencia. La mujer murió años más tarde y su historia hoy es utilizada como una estrategia, como un relato de intereses contrapuestos.
Estos asuntos son, por desgracia, sumamente comunes en nuestra vida contemporánea. En el estilo de vida, poder y privilegio que hoy campea en el mundo, las personas están más cerca de ser mercancías (adquiribles, consumibles y descartables) que de ser comprendidas en su complejidad irrepetible y en su absoluta dignidad sin importar sus particulares orígenes, sus condiciones, su hado o ventura.
Existe una antigua fábula china sobre un supuesto ‘hombre compasivo’ de quien se dice pescó una tortuga para hacer sopa con ella: “como no quería que alguien llegara a decir que él había dado muerte a un ser viviente, encendió fuego, hizo hervir agua en una olla, colocó una pértiga de bambú encima de la olla a manera de puente y le hizo a la tortuga una promesa: ‘Si consigues atravesar el puente, te dejaré en libertad’”. La fábula relata que la tortuga puso toda su voluntad e hizo lo imposible al atravesar el puente sobre el agua hirviendo… pero el hombre, aplaudiendo su hazaña, le pidió a la tortuga que regresara “para ver mejor cómo había logrado la proeza”.
La fábula enseña que, los discursos disfrazados de compasión son aún más pérfidos. Esto nos lleva a pensar que, aunque los discursos actuales aboguen por las libertades, los derechos o el reconocimiento de las diversidades de la humanidad contemporánea –incluso son socialmente aceptadas las ideas de trascendencia y armonización plural social mediante gestos de solidaridad, responsabilidad y amor– siguen existiendo narraciones que sólo defienden el propio privilegio, el egoísmo, el utilitarismo o el pragmatismo económico, la comodidad del fuerte frente a la anulación del débil o la indolencia ante los fácilmente descartables, los que nadie extrañará en “este mundo atestado de humanidad, agresivo, competitivo y eficientista”.
Hoy, mientras algunos se distraen con luces en el cielo, por fortuna hay gremios enteros defendiendo a trabajadores sexagenarios, a minorías arrinconadas, a mujeres violentadas, a personas e historias desaparecidas, a niños agredidos o utilizados, a jóvenes sometidos o corrompidos, a localidades envenenadas y a usuarios engañados. La única razón que alimenta el espíritu de esas luchas sociales es ese asunto de dignidad que perfora las conciencias, conmueve corazones y motiva a la acción en esa larga marcha hacia el bien común.
Pero ¿qué sucede cuando la dignidad humana es relativizada? ¿Qué sucede cuando se anteponen supuestos políticos, económicos o ideológicos que condicionan este principio humano? Hay quienes insisten que la lucha obrera, ecológica, comunitaria o social debe estar sujeta a las condiciones políticas; otros que la dignidad de la vida humana debe estar limitada por las condicionantes de la economía y el mercado; otros más llegan a afirmar que la indignación social sólo es válida desde una sola orientación ideológica. Y aún así se llaman compasivos.
Lo que atestiguamos en estos días –desde el utilitarismo bélico internacional o las agendas de interés económico supranacionales– es la evidencia que descarta aquella fantasía laicista de los Estados neutrales. Las opciones formales políticas o económicas tanto de las tiranías como las democracias son decisiones éticas y hasta morales, pero jamás neutrales: ¿Cuáles son las fronteras de la sanidad pública? ¿Cuáles son los límites de la acción contra el negocio de la droga? ¿Dónde se separa el bien común del privilegio? ¿Qué o quién define el grado de dignidad de una persona humana? Porque si quienes deciden se parecen al hombre de la fábula, se llamarán compasivos mientras contemplan a los miserables luchar por su vida bajo las reglas injustas y las condiciones imposibles que ellos mismos han definido.
Director VCNoticias.com @monroyfelipe
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