Análisis y Opinión

Sindicatos en crisis

Publicada

on

Conversando

En México se vive desde hace tiempo una crisis en los sindicatos debido en buena medida a que a los líderes no les importan los derechos laborales de sus agremiados, sino el acumulamiento de poder, dinero y escalar en el “estatus político”.

Durante décadas de régimen priista en México, los sindicatos fueron el soporte de todo el sistema tricolor, pues eran las bases que prácticamente votaban en bloque en elecciones para mantener al partido hegemónico en el poder.

Sin embargo, con el paso del tiempo los sindicatos se han desdibujado y hasta han terminado por perder terreno y relevancia en la política nacional, muchos de ellos porque han decidido caminar junto al poder y otros porque las prácticas de corrupción y nepotismo de los líderes simplemente son impresentables.

Como ejemplo de una de las alianzas de líderes sindicales con el poder, está por supuesto Napoleón Gómez Urrutia, personaje que incluso vivió en el exilio en Canadá y es acusado del desvío de más de 50 millones de dólares de cuotas del sindicato minero y de extorsionar empresarios del ramo con hacer huelgas para obtener así mayores beneficios económicos.

Hoy el también senador Gómez Urrutia y la 4T simplemente caminan de la mano porque así conviene a ambas partes, pues esa estructura sindical aún representa votos, pero ahora para Morena, mientras que el líder sindical vive protegido bajo el manto del Presidente Andrés Manuel López Obrador; en tanto hay miles de trabajadores exigiendo justicia.

Un ejemplo de un sindicato que ha perdido mucha fuerza es el de electricistas, pues tras la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, comenzó perder relevancia y la dirigencia, encabezada por Rosendo Flores, vio una oportunidad de oro en el régimen actual de la 4T para recuperar algo de lo perdido en el sexenio de Felipe Calderón y hoy están cuadrados y beneficiados con López Obrador.

Uno de los ejemplos más emblemáticos de liderazgos perdidos en el sindicalismo mexicano es quizá el de Elba Esther Gordillo, lideresa del SNTE apresada en 2013 -acusada de lavado de dinero y delincuencia organizada- y liberada en 2018, justo un mes después de que López Obrador ganara las elecciones presidenciales.

Con el paso del tiempo, la maestra debió tomar distancia del sindicato y la actual administración ha sabido conjugar su interacción tanto con el SNTE como con la CNTE y mantener esa base social que le permita mantener una buena tajada de votos en 2024.

Otro ejemplo de cómo los sindicatos terminan siendo una amenaza para los mismos trabajadores en lugar de proteger sus derechos -y que ha tomado fuerza en las últimas semanas- es el conflicto que mantiene el Nacional Monte de Piedad con el sindicato que encabeza Arturo Zayún González, pues la carga que representa el contrato colectivo de trabajo para la institución, amenaza incluso con el cierre de operaciones del Monte, con las repercusiones que eso implica.

Además, no son pocas las voces que han acusado a Zayún González de tener en la nómina del sindicato a una decena familiares, así como de usar recursos en beneficio propio y la utilización del deportivo de los trabajadores del NMP para eventos privados.

Y así podríamos seguir ejemplificando cómo nombres como el de Carlos Romero Deschamps, en el sindicato petrolero, han contribuido al debilitamiento y crisis de estas asociaciones que surgieron con una labor de defensa de sus agremiados, pero han terminado por desvirtuar su labor, sin embargo, siguen siendo un motor de movilización de masas para fines políticos. No es fortuito que López Obrador se especialice en el clientelismo para mantener una base sólida de electores con miras al 2024.

Twitter: @campudia

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

Te Recomendamos

Salir de la versión móvil