Opinión
Buen viaje Príncipe
“Un aliado de nuestro cine y un buen periodista”, así lo describió el cineasta Guillermo del Toro, cuando conoció la noticia del fallecimiento de Alejandro Cárdenas, El Príncipe.
Periodista hasta su último día, un apasionado del cine y de la vida, se fue muy pronto, y deja un poquito huérfanos al cine mexicano y al buen ejercicio periodístico.
Conocí a Alejandro Cárdenas hace 30 años, en 1988, en la entonces ENEP Acatlán, UNAM, la carrera era Periodismo y Comunicación Colectiva, primer semestre, turno vespertino.
Alex tenía menos de 20 años, una enorme melena de león y vestía siempre en tendencia alegres colores pastel, por supuesto aún no era El Príncipe, pero siempre lo fue, su actitud era ya la de un príncipe: siempre líder, siempre solidario, siempre generoso, carismático, siempre el alma de la fiesta.
Fuimos a muchas fiestas en solo seis meses, era la inolvidable época del rock en español, las fiestas se armaban en casas a la salida de clases, nueve de la noche, más o menos, hasta siete en un auto compacto y a las once corríamos, otras veces había más tiempo.
Sonaban en la radio Soda Stereo, Miguel Mateos, La Unión y Veni Vidi Vici, Alex enloquecía bailando los versos “Y es que siempre estamos viviendo de noche, siempre tomando cosas, viajando en coche, siempre acompañando a la madrugada, que a veces nos enseña su mala cara…”
No fui de su círculo íntimo de amigos, en el que ya estaba Chucho, terminó el primer semestre y Alex se cambió al turno matutino, “es fresa” dijeron algunos de los compañeros que nos quedamos en la tarde.
Volví a verlo muchos años después, ya habíamos terminado la carrera, lo encontré, adivinen, claro, en una conferencia de prensa de cine, no recuerdo la película, Alex era ya destacado reportero de Notimex, yo apenas empezaba, tomaba café, yo también, lo saludé y me habló como si nos hubiéramos visto ayer. Volví a verlo varias veces, siempre en ruedas de prensa.
Cuando salí de Radio Educación, donde conocí a JJ, él me sugirió que fuera a verlo, “es el editor de una revista en El Universal”, fui a verlo, me abrazó y me dijo “ya tenemos toda la plantilla pero déjame ver” y en dos minutos encontró la respuesta, entré como colaboradora de Cultura, la revista era “Por Fin”, el suplemento que dirigía Felipe Morales.
Al poco tiempo entré a Radio Trece y fui a renunciar, yo era bien inocentota y no sabía que se podía colaborar en varios medios, total me fui, pero siempre tuvo una mano para ayudarme, con tips, consejos, contactos.
Como muchos compañeros coincidí con El Príncipe en varios festivales de cine, y asistí a esas tertulias y cenas con interminables charlas sobre cine, en lo personal yo siempre aprendía algo.
En una de esas ocasiones le dije: Cuando suena esta canción “Viviendo de noche…” siempre te recuerdo de la época de la escuela, se rió a carcajadas.
En los últimos años lo ví esporádicamente, supe que regresó a la UNAM, a la FES Acatlán a dar clases, y lo felicité.
Sí siempre voy a recordarlo cantando y bailando.
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Todos, absolutamente todos los que conocimos a Alejandro Cárdenas, podemos contar una y mil historias sobre él, porque sus cualidades siempre fueron muchas, bondad, generosidad, profesionalismo, simpatía, carisma; y sobre todo calidad humana.
Buen viaje Príncipe, sigue bailando y cantando allá donde estés.
Norma Pérez Quiroz es editora de Siete24.mx con 20 años como reportera de entretenimiento