Columna Invitada
Como anillo al dedo
Hace ya algunos años, el entonces presidente Andrés Manuel, tuvo un dicho a propósito de la pandemia del coronavirus, afirmando que dicha pandemia “le venía como anillo al dedo a la 4T”. No hubo mucha explicación de lo que dijo, no hubo tampoco debate. Muy rápidamente se olvidó todo el asunto en medio del caos de descalificaciones y críticas que hubo en ese momento. Hoy nos encontramos con una situación parecida. Las acciones del señor Trump podrían ser que le vengan como anillo al dedo a la 4T.
Usted se preguntaría: ¿por qué? Bueno, porque es un distractor importante. Porque ha logrado que ya no haya debate, que no se examinen temas cruciales, como la tómbola mediante la cual se eligió a los candidatos para ser jueces. O el asunto del INFONAVIT y cómo el gobierno pretende quedarse con recursos que en realidad son de los trabajadores. Y también el anuncio reciente de que, el Poder Legislativo, pretende crear treinta nuevas reformas a la Constitución. En realidad, los anuncios de Trump han tenido ese efecto: distraernos y tenernos más preocupados por los aranceles, así como por las declaraciones del señor Trump, que lo que está ocurriendo en nuestro país.
Pero ha tenido otro efecto importante. Las acciones del señor Trump se han tomado como un motivo para llamar a la unidad a los mexicanos. En primer lugar, para recuperar la unidad en la 4T, que venía ya empezando a tener problemas significativos. Con políticos de muy alto nivel atacándose entre sí.
Al parecer, los políticos están convencidos de que cuando los mexicanos sentimos que alguien ataca a nuestro país, reaccionamos uniéndonos para apoyarnos los unos a los otros y para defender a nuestra nación. Lo cual no deja de ser un tanto dudoso. En nuestra historia, incluso en la historia precolombina, la norma fue una gran división entre los diferentes grupos indígenas y un historial de guerras donde unos trataban permanentemente de dominar a los otros. Por no hablar del siglo XIX, el siglo de los caudillos, como le llamó algún famoso historiador, marcado por una gran carrera, para atacar a sus contrincantes, con una gran cantidad de guerras civiles, y grupos que estaban haciendo intervenir a naciones extranjeras para qué apoyaran su causa. Y qué decir del siglo XX. De manera que es difícil demostrar que los mexicanos nos unimos ante las amenazas extranjeras, pero al menos esa parece ser la creencia de nuestros políticos mexicanos.
La distracción que examinamos funciona de diferentes maneras. Por poner un ejemplo reciente, se habló de que, a nuestras aguas, llegó uno de los portaaviones más poderosos del mundo: el USS Nimitz de los EE. UU: un portaaviones con armas nucleares, propulsado por energía nuclear, y que tiene una capacidad de fuego extraordinaria. No solo en armas nucleares, sino también en las de tipo convencional.
Se dijo que el mencionado portaaviones estaba entrando al mar de Cortés. Se hizo una pregunta en la mañanera del pueblo y la señora presidenta dijo que, efectivamente, el navío tenía autorización de la marina para ese viaje. El recorrido por el mar de Cortés pasa por las costas de Sinaloa y de Sonora, quedando también muy cercano a Durango: la zona de tres estados que se ha llamado el triángulo dorado, donde habitan los principales cárteles del país. Es muy difícil creer que ese portaaviones estuviera haciendo un recorrido turístico.
Además de mostrar la bandera de su país, hay otras posibilidades. Por ejemplo, que estén haciendo un reconocimiento sobre el terreno con mayor detalle del que se puede obtener desde los satélites artificiales. Y también la posibilidad de tener desembarcos, para dejar suministros en sitios ocultos, para preparar un evento de guerra sintética, y eliminar a algunos de los que Trump llama “terroristas internacionales”. Pero finalmente, con toda esta distracción, el asunto se ha olvidado por completo. En otro momento se dijo que un avión de guerra norteamericano, del cual no se sabe si venía del propio portaaviones Nimitz o no, había cruzado a todo lo largo de Baja California y se pensó que era algún tipo de espionaje. Finalmente, no se ha terminado de dilucidar el asunto. No sabemos en concreto qué fue lo que pasó. Como de costumbre, por razones “de seguridad nacional”.
Esto es, finalmente, lo que nos está pasando. Tenemos una competencia en los medios, donde se preocupan de lo estrambótico, de lo sensacionalista y olvidan lo demás. Y en este mismo sentido, encontramos con que las acciones del señor Trump, sean en América del Norte, sean en Europa o sean en la Franja de Gaza, tienen más interés por ser más exageradas, más raras, y esas noticias nos llevan a olvidar qué es lo que nos está ocurriendo en nuestro país.
Es importante que no nos dejemos distraer tan fácilmente. Los temas relevantes que están ocurriendo en este momento en el país, no dejan de ser transcendentales por el hecho de que un extraño enemigo esté tratando de hacerle daño a nuestra nación. Y deberíamos estar permanentemente conscientes de lo que está ocurriendo. Olvidarnos del sensacionalismo. Pedir explicaciones. Nosotros, que somos los ciudadanos sin poder, no podemos dejarnos manejar fácilmente a través de medios interesados en mantenernos distraídos.
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