Columna Invitada

La dualidad del Cinco de Mayo

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Por Ignacio Anaya

El 5 de mayo es una fecha que resuena en el imaginario mexicano, recordando la hazaña del Ejército del Oriente que enfrentó a los franceses. Sin embargo, esta efeméride tiene distintas connotaciones en diversas regiones de México y Estados Unidos. Por ello, siempre hay reflexiones sobre el Cinco de Mayo y lo que representa su conmemoración.

En su obra Crónicas Sonorenses (1999), Gilberto Escobosa Gámez, entonces cronista de la ciudad de Hermosillo, describía cómo la noticia del triunfo mexicano en Puebla llegó a Sonora cinco días después de la batalla. El gobernador del estado invitó a los habitantes a unirse a la causa republicana y las principales ciudades del estado celebraron con júbilo la victoria. Escobosa Gámez incluso mencionaba la participación de soldados sonorenses en el histórico enfrentamiento, reflejando la necesidad de incluir a Sonora, a su manera, en este episodio emblemático de la historia nacional.

Desde que aconteció la batalla, se ha inculcado en la memoria colectiva mexicana la importancia del Cinco de Mayo como un momento de orgullo patrio y defensa de la soberanía nacional. Ciertamente, fue un acontecimiento donde el ingenio militar de las tropas comandadas por Ignacio Zaragoza prevaleció sobre el poderío francés. A pesar de la relevancia de esta significativa victoria, representó un contratiempo temporal para las fuerzas francesas, quienes eventualmente tomaron control de gran parte del país e instauraron el Segundo Imperio en México.

Cada año, el Cinco de Mayo se celebra como un acto de valor y patriotismo mexicano, especialmente en Puebla, donde la batalla tuvo lugar, llegando a tener incluso connotaciones ritualistas durante las celebraciones. Igualmente, esta fecha también ha trascendido las fronteras nacionales, convirtiéndose en una festividad ampliamente reconocida en Estados Unidos. Para muchos mexicanos y estadounidenses en ese país, el Cinco de Mayo es una oportunidad para celebrar la cultura y la identidad mexicana, más allá de su contexto histórico. Por estas fechas, nunca falta un artículo de algún periódico estadounidense que pregunte: “What is the Cinco de Mayo?”

Para los habitantes de los estados fronterizos en el norte, basta con cruzar la frontera para observar cómo las comunidades mexicanas se unen en una fiesta llena de elementos característicos de México. Este fenómeno, en gran medida, se debe a los migrantes que llevaron consigo sus tradiciones y conmemoraciones a Estados Unidos. Con el paso del tiempo, se convirtió en una verdadera festividad dentro del vecino del norte. Solo basta con leer estas palabras del expresidente Barack Obama el 5 de mayo de 2016 en la Casa Blanca: “Esta es una de nuestras mejores fiestas del año. Ciento cincuenta años después, los estadounidenses y mexicanos aún celebran el Cinco de Mayo. En barbacoas en los patios traseros y estadios de béisbol, desde Chicago hasta Austin, la gente disfruta de música, comida y buenos momentos con familiares y amigos, tal como lo hacemos aquí hoy.” Resulta interesante usar un adjetivo posesivo para referirse a esta fecha; se podría decir que, más allá de su significado histórico, se ha convertido en una celebración de lo mexicano. Para los nacionales o personas de ascendencia mexicana, es la oportunidad de recordar sus raíces, mientras que, para el resto de los estadounidenses, una buena excusa para salir de festejo.

La dualidad en la celebración del Cinco de Mayo pone de manifiesto las distintas interpretaciones y sentimientos que esta fecha evoca en diferentes países, regiones y contextos. Ya sea el refuerzo del patriotismo o una ocasión para celebrar la riqueza cultural de México, cada caso se presta a las necesidades de una sociedad.

En el norte, es posible que los habitantes se identifiquen, igualmente, con la versión estadounidense de celebrar el Cinco de Mayo, en la que la cultura y la identidad mexicana son los elementos centrales. En diversos poblados en los estados fronterizos, se realizan desfiles y fiestas para dicha celebración. Por otro lado, en Puebla, la Batalla de Puebla puede tener un significado más profundo, vinculado a la lucha por la soberanía y la resistencia frente a las fuerzas extranjeras, produciendo así un orgullo regional para los poblanos. Ambos casos muestran la diferencia entre celebración y conmemoración.

La historia y la memoria colectiva pueden moldear y dar sentido a las tradiciones y celebraciones a lo largo del tiempo. El Cinco de Mayo es un ejemplo de cómo un acontecimiento histórico adquiere distintos significados en función del lugar y el tiempo en que se conmemora. Es cierto que, en el país, con unas cuantas excepciones, este día pasa como cualquier otro. Nunca faltan los memes en redes sociales sobre las diferencias en México y Estados Unidos por esta fecha. Aun así, esta es una prueba de la relevancia detrás del pasado que se recupera, importante en su momento, al igual que en el presente.

Ignacio Anaya

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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