Opinión

Más dudas sobre el espionaje teléfonico

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Está vigente la acusación de periodistas, activistas de derechos humanos y organismos sociales críticos del gobierno por espionaje telefónico, después de que el New York Times destapara este escándalo.

El Gobierno Federal se deslinda y asegura que no existen pruebas que lo incriminen. Sin embargo, la misma nota de este periódico norteamericano aseguró que tres organismos del Gobierno Federal han comprado desde el 2011  este sofisticado equipo de espionaje marca Pegasus a una empresa israelí llamada NSO  Group, invirtiendo en total una cantidad cercana a los 80 millones de dólares.

Aunque no se le pudiese comprobar a ninguna institución gubernamental su participación en el espionaje telefónico, el simple hecho de que se pueda comprobar la compra de este sofisticado equipo por parte de alguna institución gubernamental, genera un grave cuestionamiento: ¿Por qué contando con tanta tecnología no se han podido frenar ni la delincuencia organizada, ni la violencia ni la corrupción?.

Cómo es posible que se hayan tardado tanto en descubrir a los gobernadores que desfalcaron las finanzas públicas de sus estados. Habiendo tantas alertas  de corrupción, no se utilizó este software que podría haber evitado este gran desfalco. ¿O es que aún habiendo estado sometidos a investigación, teniendo información valiosa,  gente poderosa no quiso intervenir y los dejaron embolsarse olímpicamente grandes fortunas?. Quizá fue a cambio de que compartieran.

Consideremos que la empresa proveedora solo vende este equipo a gobiernos y lo condiciona a que sólo sea utilizado en el combate al terrorismo y la delincuencia organizada. Ningún particular podría comprarlo directamente.

Mientras sigue su curso la investigación respecto al espionaje, es muy importante que en paralelo, utilizando todas las instituciones dedicadas a exigir transparencia y rendición de cuentas, se pueda determinar si el gobierno compró este equipo a la empresa israelí NSO Group y si se comprobase esta adquisición, entonces pedir cuentas a los organismos de inteligencia del Estado Mexicano.

Las dudas aumentan de tamaño y significación entre más se reflexiona sobre casos como éste, lo cual aumenta la desconfianza.

Es triste que los mexicanos nos tengamos que enterar de estos escándalos a partir de noticias publicadas en el extranjero como es el caso de esta investigación del New York Times.

¿Será que no hay  voluntad política para combatir la corrupción, la delincuencia y la violencia?.

¿Usted cómo lo ve?

Twitter @homsricardo

*Consultor en marketing político

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