¿Qué temas piensa dominaran las campañas por la Presidencia?

En no pocas ocasiones he comentado con usted en este espacio, el lamentable espectáculo que ofrecen las campañas electorales de todos los partidos y sus candidatos.

Cuando las supuestas propuestas no son más que mentiras evidentes o promesas imposibles de cumplir, son ocurrencias absurdas provocadas por la euforia momentánea de los aplausos y porras de quienes, por una dádiva ofensiva, se muestran alegres por un momento, como contraprestación mínima y obligada por lo recibido.

Las palabras del que busca el voto de los ahí presentes -que pudieren hacerlo, por supuesto-, están marcadas por una visión de pasado o de ilusiones para engañar ingenuos.

Lo anterior, lejos de estar reservado para los actos masivos, es la regla -casi inalterable- que marca todos los actos de las campañas. No importa si es una reunión masiva o una cerrada con audiencia bien definida y mejor seleccionada.

Al final del día pues, lo que viene a ser el común denominador de las campañas no es, ni de lejos, una visión de futuro. Por el contrario, es el pasado el tiempo que domina cuando, no el antepasado rancio y caduco.

Si lo anterior es aceptado por reflejar objetivamente lo que son las campañas de todos los candidatos, ¿qué temas piensa usted dominarán el discurso que repetirán todos ellos hasta el cansancio?

Si su respuesta fuere que serán los mismos de siempre, le preguntaría entonces, ¿de que temas le gustaría escuchar de los candidatos, al menos una opinión, así fuere ligera y sin ir muy a fondo?

¿En verdad le gustaría escuchar de los candidatos, que se comprometerían a proponer una liberación total de los mercados laborales y una puesta al día del Artículo 123, además de la correspondiente modificación y adecuación profunda -dadas las nuevas condiciones creadas por la globalidad-, de la Ley Federal del Trabajo?

¿Qué pensaría si éste o aquel propusiere que, en las escuelas superiores públicas, se crearía un sistema de becas crédito y acabar con absurdos regresivos, como ése del pago en la UNAM de 25 centavos?

¿Votaría usted por el que se comprometiere a proponer al Congreso de la Unión, la puesta al día también del Artículo 27 y ajustar la Ley Agraria vigente a la nueva realidad mundial en materia de producción agropecuaria?

¿Y si le dijeren a usted como elector, que habría un ajuste profundo al actual sistema de pensiones en lo que se refiera a la aportación que hoy hace el trabajador: el 1.125% de su salario bruto, para elevarlo en un plazo de cinco años al 10%?

¿Eso le gustaría escuchar, entre muchas otras que son de futuro, no de pasado? ¿En serio, eso querría escuchar?

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