Opinión

Reconozcan su derrota, y pónganse a trabajar, pero en otra cosa

Publicada

on

Lo que vimos de la clase política estos últimos 8 o 10 días, debería llevar a los partidos políticos sin excepción, a reconsiderar -con la obligada seriedad-, cómo y a quiénes escogen para conformar sus dirigencias y en una consecuencia natural, a quiénes designa como candidatos a los puestos de elección popular.

Con lo anterior, en modo alguno pretendo decirles qué deben hacer y cómo hacerlo; simplemente pretendo subrayar la importancia que tiene, en los tiempos que corren, proponer políticos -al margen de su edad, pues ése no es el problema-, que entiendan únicamente una cosa: México ya cambió; poquito, pero cambió. No se requiere una mente muy brillante para entender eso último.

¿Quién en su sano juicio esperaría, hoy en día, que políticos como los Gamboa, los Camacho, los Ramírez Marín y los Ochoa entre otros, se comportaren de acuerdo con las condiciones demográficas actuales, y con el hecho de que México no está en el comienzo del proceso sucesorio de Gustavo Díaz?

Los cuatro grandes operadores políticos, noqueados de manera fulminante por El Fajador Anaya, representan una época que, si bien no ha sido arrumbada totalmente en el basurero de la historia, poquito nos falta para acabar de tirar los últimos escombros.

Da risa y pena ajena ver a políticos distinguidos, caer noqueados por un político al cual desprecian, movidos más por la envidia y el intento de ocultar las riquezas ofensivas en monto que han acumulado, y por el ridículo que han hecho al querer enfrentarlo, armados únicamente con los recursos de hace 40 o 50 años los cuales, si bien efectivos en esos años, hoy dan risa.

¿Quién hoy, con dos dedos de frente, va a creerle a Camacho cuando afirma que lo que sucedió fue, ni más ni menos, que una cortina de humo creada por Anaya para encubrir su enriquecimiento? ¿El burro hablando de orejas?

Para dilucidar lo anterior de frente a los ciudadanos y los militantes de ambos partidos -PAN y PRI-, propongo algo muy simple y didáctico: ¿Aceptarían los cuatro noqueados -incluido su dirigente nacional-, comparar su patrimonio -el real no el inventado-, frente al de Anaya

¿Aceptarían que un grupo de personalidades reconoocidas por su seriedad y profesionalismo, verificaren la veracidad y exactitud de los bienes de todo tipo declarados y también de los no declarados que aparecieren, para ver quién de los cinco se ha enriquecido al amparo de la política?

Pienso, espero que usted y yo coincidamos en esto, que lo mejor que podrían hacer los cuatro priistas noqueados, que a fuerza de declaraciones sin acompañarlas de prueba documental alguna quedan en ridículo, guardaren silencio y se pusieren a trabajar en lo que fuere, pero alejados totalmente de la política.

Para decirlo claro, sin que me importe un comino el daño que le causen a su partido, pienso que les haría bien retirarse a disfrutar la riqueza acumulada y a disfrutar -los que los tuvieren-, de la convivencia con nietos o bisnietos y, eso sí, vivir de las glorias pasadas y en algún caso, de las antepasadas.  

¿Razón para esta recomendación? Que son un cuarteto de impresentables en los tiempos que corren. Por lo demás, si a este cuarteto lo acompañaren otros de su partido que los igualan en cualidades, mejor aún.

El contenido, comentarios y fuentes de información de los colaboradores y/o columnistas que se difundan en Siete24 y Deportes Siete24, son responsabilidad de cada uno de sus autores.

haga clic para comentar

Te Recomendamos

Salir de la versión móvil