Laboratorio de Ideas
¿Tu empresa es congruente?
Esta semana inició con el Día Internacional de la Mujer, en el que cada año se busca tomar conciencia sobre los avances en materia de igualdad de género y enfocar las acciones para lograr mayores avances en esta materia. Al día siguiente, la gran mayoría de las mujeres mexicanas se unieron en un paro para mostrar lo que pasaría si de pronto dejarán de realizar sus actividades cotidianas porque fueran asesinadas. No pretendo entrar en debate de ideas y de puntos de vista sobre esto, solo quisiera tomar algo que sucedió alrededor de este evento para hablar de un tema que en mi opinión es fundamental para lograr el compromiso de los colaboradores de cualquier empresa y alcanzar los resultados de negocio esperados y me refiero a la congruencia.
Con semanas de anticipación, muchas empresas inundaron las redes sociales con desplegados donde manifestaban su apoyo al paro del 9M, algunas para avisar a sus clientes y justificar que probablemente sus operaciones en ese día se verían afectadas, pero la gran mayoría aprovecharon esta situación para buscar hacerse publicidad y ganar la simpatía de las masas al querer mostrarse solidarias con ese movimiento que en México, más allá del fondo real de la problemática que lleva décadas, había tomado gran relevancia para la opinión pública en los últimos meses. ¿Tu empresa lo hizo?
Las empresas que realmente están preocupadas y ocupadas por hacer algo en favor de la equidad de género y de ofrecer a sus colaboradoras mejores condiciones de seguridad, no andan haciendo desplegados en redes sociales para manifestar su apoyo a un movimiento específico, en un día específico, lo hacen siendo congruentes todos los días en su operación diaria y las mujeres que trabajan en ellas lo saben.
Son aquellas empresas en que el directivo o ejecutivo se gana su lugar y posición por su trabajo y resultados sin importar si es hombre o mujer, es aquella empresa en donde los jefes de cualquier nivel, tratan a los miembros de su equipo como iguales, sin distinciones ni preferencias, donde los jefes no se aprovecha de su posición para acosar a sus subordinados, dónde los sueldos se asignan en función del puesto y no del género de quién lo ocupa y donde incluso el enfoque a resultados permite que las mujeres puedan manejar su tiempo como mejor les acomode para cumplir con sus roles como madres y esposas, y aún así, lograr los resultados de negocio que su empresa les solicita, incluso en algunos casos mejor que sus compañeros hombres. Si esto es así, entonces esa empresa no tiene que sacar un desplegado para avisar a la sociedad que comulga con esos pensamientos, esa empresa lo demuestra todos los días y no tiene porqué andarlo presumiendo.
Cuando las empresas no son congruentes sus empleados y colaboradores son los primeros en perder el compromiso hacia ella. Durante mi vida como asesor de empresas, he visto muchas declaraciones bonitas de misión, visión, valores, códigos de ética, códigos de conducta, compromisos con el bienestar, con la salud, con la calidad de vida, con la equidad de género, con la inclusión y en la realidad, muy poca congruencia en su operación del día con día.
Empresas que declaran su compromiso con la equidad de género y que no llegan ni al 10% de mujeres en un nivel directivo o gerencial, empresas que declaran su compromiso con la inclusión y que no tienen colaboradores con algún tipo de discapacidad o que las preferencias sexuales siguen siendo motivos de exclusión a nivel cultura organizacional. Empresas que hablan de salud o calidad de vida pero cuyos jefes saturan de mensajes y correos a sus empleados en horarios fuera de trabajo y en fines de semana y en donde los días laborales terminan a las 8, 9 o 10 de la noche todos los días. Empresas que hablan de respeto y cuyos jefes hablan con groserías y ofenden a sus subordinados cuando cometen algún error en su trabajo y así podría seguir mencionando ejemplos de incongruencia.
Debemos comenzar por ser congruentes como profesionales, sin importar el nivel organizacional en el que nos encontremos. Lo que digo debe estar respaldado por lo que hago en el día con día, con mis superiores, con mis colegas y con mis subordinados, solo así podemos generar confianza y respeto como profesionales. Cuando tengamos que tomar decisiones estratégicas debemos cuidar la congruencia de la organización, en los proyectos de cambio por ejemplo, cuidado cuando decimos que es el proyecto más importante de la compañía y el director general no le dedica ni siquiera 30 minutos a la semana. No podemos pedir el compromiso de la gente, cuando la organización no es capaz ni siquiera de invertir en darles un lugar de trabajo digno a sus equipos de trabajo, no podemos pedirle al personal austeridad y cuidar los recursos, cuando la organización hace gastos a nivel directivo fuera de toda realidad.
Para exigir congruencia, debes comenzar por ser congruente tú mismo o tu equipo de trabajo será el primero en desconfiar de ti y por consecuencia de la organización. Tu congruencia es parte de tu reputación y debes cuidarla sobre cualquier cosa, no permitas que en tu organización te pidan que digas una cosa y que hagas otra, no te coludas con los directivos que solo quieren aprovecharse de las circunstancias para beneficiarse a costa de los demás. Eso es lo que hablará de ti durante tu trayectoria profesional y así no tendrás nunca la necesidad de publicar nada si no quieres, porque la gente que te conoce sabe que tú hablas con el ejemplo.