Humanizar a las mascotas, riesgo para animales y humanos

Ciudad de México.— Las mascotas son parte fundamental de quienes poseen un animal de compañía, pues se logra un cariño mutuo tan grande que se dice que son “de la familia”.

Adoptan un rol de guardianes y se ganan un lugar en el corazón de quienes tienen la fortuna de compartir el tiempo con estos animales.

Sin embargo, el imponerles conductas que no corresponden a su especie, implica en exponerlos a altos grados de ansiedad.

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Así lo afirmó Moisés Heiblum, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

En los últimos años, ha crecido la tendencia de integrar a las mascotas en actividades propias de los humanos.

A decir del experto, esto es perjudicial para ambas partes, pues al pretender que se comporten como personas se deposita en ellos expectativas fuera de contexto, que coartan su adecuado desarrollo.

¿Qué es humanizar a las mascotas?

Según la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), esta práctica consiste en tratar a los animales como si fueran humanos, asignándoles emociones y comportamientos similares a los humanos, mientras se les niega expresar sus conductas naturales.

La coordinadora de la carrera de veterinaria en la PUCE, Dra. Luz María Granados, explicó que las mascotas tienen capacidad de interpretar gestos humanos y buscan satisfacerlos.

Esta característica podría ser sobre interpretada por las personas, lo que los llevaría a atribuir características humanas a sus animales. Esto puede tener consecuencias negativas.

De acuerdo con National Geographic, la humanización nos hace sentir más cercanos a nuestras mascotas porque facilita la necesidad de percibirlos como “personas de otra especie”.

¿Cuándo es excesiva la humanización? Según los investigadores, cuando nuestra percepción de las cosas hace que perdamos de vista la de la mascota.

Algunas de estas prácticas son ponerles ropa, perfumes o llevar a las mascotas a lugares que no encajan en su naturaleza como plazas comerciales.

Debates sobre los espacios pet friendly

Centros comerciales impulsaron espacios amigables con las mascotas. Para evitar problemas, fomentan reglas de convivencia.

Aunque estos espacios ganan terrenos, hay voces que advierten de que no es lo más adecuado ni para animales ni para personas.

La LXIII legislatura del Congreso del estado de Jalisco abrió debates sobre negocios adecuados para que las personas compartan espacios con sus animales de compañía.

“Este tema impacta en la salud pública veterinaria y de las personas si no se tienen los cuidados pertinentes para acceder a espacios”, dijo MVZ Diego Salvador Figueroa Pardo, Coordinador del Capítulo Juvenil de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco (BSGEEJ) y subdirector de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Cuauhtémoc, Campus Guadalajara.

El portal Petmi menciona que entre las cosas positivas de llevar a los animales a este tipo de lugares está el que es una buena forma de socializar a la mascota y exponerla a diferentes situaciones y personas.

Sin embargo, la médica veterinaria, Karla Carpio declaró al medio colombiano El Espectador: “para las mascotas son mejores las zonas verdes, parques, y donde sea que puedan expresar sus comportamientos naturales, como revolcarse en el pasto, cavar huecos, olfatear muchas cosas, jugar con otros perros”.

Consecuencias para las mascotas por la humanización y cómo evitarla

La Dra. Luz María Granados explica que algunas de las consecuencias son problemas de salud como la ansiedad, obesidad, problemas musculares o articulares.

Además, al no socializar en su entorno y con individuos de su especie, pueden tener problemas de socialización con humanos y con otros animales.

Granados afirmó que el equilibrio es la clave para evitar dichos problemas para las mascotas.

“Los animales de compañía sí necesitan de cuidado, afecto y atención. El compartir y disfrutar de la compañía de la mascota es positivo siempre que se tenga en cuenta que somos dos especies diferentes”, explicó.

JAHA