Connect with us
¿La ropa refleja un estatus social? ¿La ropa refleja un estatus social?

Estilo

¿La ropa refleja un estatus social?

Foto Cuartoscuro

Publicada

on

Ciudad de México.— La moda en el vestir es pasajera y a veces cíclica; es una huella de la sociedad en el tiempo, que nos da una idea de cómo era la vida cotidiana en épocas pasadas.

Durante los primeros años de la Independencia en México, las prendas marcaban el estatus social y eran muestra de la cultura europea, sobre todo de España y Francia.

De acuerdo con el historiador Javier Torres Medina, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, la ropa evoluciona acorde a la estructura económica, social y ética del momento.

En 200 años de Independencia de México, en el país ha evolucionado la forma de vestir; con la ropa se diferenciaban las distintas clases sociales, los niveles de vida, los oficios y las edades, una división que era marcada.

Las mujeres de la clase alta recurrían a vestidos y tocados españoles. Mantillas de color azul o negro, al igual que las faldas amplias y largas, siempre acompañadas de peinetas en el cabello, enaguas, pendientes de oro, collares y sombreros de fieltro. Mientras que las de clases populares confeccionaban sus diseños con telas rústicas como la bayeta proveniente de telares artesanales.

Para la década de 1820, la moda dio un giro, ya que las damas adineradas decidieron cambiar la moda española por el estilo inglés y francés, por lo que agrandaron sus faldas, marcaron sus cinturas y empezaron a usar blusas con mangas tipo globo. Los hombres de la alta sociedad recurrían al frac, sombrero de copa, chaleco y zapato con hebilla o botas, sin olvidar los jabots, un antecedente de la corbata que consistía en gasas anudadas al cuello.

LEE Mujeres indígenas ya no son “Marías”: especialistas

CLASE BAJA

La gente de la clase baja regularmente fabricaba su propia ropa, que era hecha de tela rústica y artesanal. Los artesanos no usaban medias y calzaban alpargatas, incluso varios andaban descalzos y los campesinos recurrían al uso diario de la ruana.

El historiador refirió que, en el antiguo régimen, con la ropa las sociedades determinaban ese estatus, si eras un obispo, cardenal, militar; también el oficio que tenías. “Esto todavía ocurre, te ubican en una posición, pero en esos años una clase social no podía usar la ropa de otro estamento; así fuera un rico burgués”.

De acuerdo con el especialista, la ropa es importante en las trasformaciones y desarrollos sociales, rompe normas, crea hábitos y elementos de valoración de tipo moral. La costumbre de vestirse de negro para vivir el luto proviene de la época del porfiriato. “Para ser una viuda honorable, de respeto, se tenía que vestir de negro. La moralidad y buenas costumbres estaban en esa vestimenta negra”.

Durante esos años se tenía que usar corset y guantes para saludar a las personas, ya que implicaba decencia y pudor; además, tenían que salir cubiertas y con sombrero, sino se dudaba de su moralidad.

VESTIDOS PARA QUINCEAÑERAS

Empezaron a popularizarse también los vestidos pomposos para las quinceañeras, los cuales siguen vigentes, pero con características distintas. Para Nelly Lucero Lara Chávez, doctora en Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, la vestimenta es una tecnología de género, “nos vestimos para salir al espacio público y representar este papel que se impone a través de la sociedad, que es convertirnos en mujeres”.

Además, está vinculada con la forma en que se representa el cuerpo. El corset era una prenda restrictiva, pero con la emergencia del movimiento feminista, vinculado al de la Ilustración y la Revolución Francesa, se empezó a ver como dique y disminuyó su uso a partir del siglo XVII, explicó la académica e investigadora.

A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX el movimiento sufragista, las encargadas de luchar por el derecho al voto femenino, lograron también trasformaciones en torno a la vestimenta. Reivindicaron su presencia en el espacio público a partir de lo femenino, con lo cual se da una transformación de carácter cultural y social. La emergencia de la clase trabajadora puso de moda, sobre todo entre los varones, el uso del pantalón que por mucho tiempo estuvo ligado a la masculinidad.

LA MEZCLILLA

Para los años 40 y 50 del siglo XX, el uso de mezclilla entre los jóvenes significaba una irrupción, pero para los mayores era una prenda que solo debían usar los trabajadores de la industria pesada. En estos años, las mujeres se incorporaron por primera vez en los espacios laborales y marcó una transformación en el uso de las indumentarias.

En la década de los 60, la revolución social y sexual fue importante en relación a cómo se vestían ellas; el uso del pantalón tuvo una injerencia importante, lo reivindican. Así nace la minifalda, “ya no solo era usar ropa ligera sino cambiar el paradigma de que una mujer que se mostraba iba a ser catalogada a partir de una lectura negativa”, comentó Nelly Lara.

Lara Chávez refirió que en esta década nació la corriente de lo unisex, en la que las personas no tendrían que develar una identidad de género a partir de la vestimenta que portaban. Los hippies son los encargados de reivindicar esta corriente.

LA GUAYABERA DEL PRESIDENTE

Por otro lado, la ropa bordada, artesanal o popular era poco común, solo se la ponían los indígenas, pero a partir de los años 70 tuvo un boom que sigue vigente. De acuerdo con el historiador Javier Torres, el presidente de México Luis Echeverría fue el primero en ponerse una guayabera, como una acción para reivindicarla, “sí, era una prenda de gente de campo, pero estaba muy bonita y se la puso”.

Después en la década de los 80 y 90 se dio el auge de la moda natural y los pantalones acampanados; luego vendrían las medias de red, leggings, tops, guantes sin dedos, las chaquetas, los pantalones de cuero y el uso de cierres, los jeans o pantalones de mezclilla se posicionaron como la prenda esencial hasta el día de hoy.

ebv



Dejanos un comentario:

Estilo

Junio mes de la paternidad: Beneficios de ser un padre activo en la crianza

Reflexionemos acerca del rol del padre

Publicada

on

Beneficios de ser un padre activo en la crianza

Ciudad de México.– Inicia junio, el mes de la paternidad, un tema que nos da para reflexionar acerca del rol del padre en la familia y su importancia en la crianza de sus hijos con una participación activa, es decir que los papás dediquen tiempo a cuidar a las bendiciones.

Tener una relación afectuosa e incondicional con sus hijas o hijos, mantener una relación que vaya más allá de proveerle económicamente y “brindar una crianza respetuosa: cuidar, criar y educar con buen trato y mantener un clima de diálogo y respeto con la madre y la familia, es parte del trabajo que los padres deben asumir”, dice la Unicef.

¿Cómo ser un padre activo?

  • Ser un padre presente implica proveer económicamente, pero es mucho más que eso.
  • Participar en el cuidado desde el embarazo y la crianza todos los días.
  • Compartir con la mamá las tareas domésticas relacionadas con el cuidado de los hijos: alimentar, vestir, pasear, jugar, llevar a dormir, enseñar, hacer las tareas.
  • Tener una relación afectuosa e incondicional con él o ella en todas las etapas de su desarrollo: nacimiento, primera infancia, niñez, adolescencia.
  • Criar de manera respetuosa, poniendo límites con buen trato.
  • Identificar sus intereses y apoyarlos.

TE RECOMENDAMOS: “Quiero que mi hija sepa que su mamá trabaja y ella puede ser lo que quiera ser”

¿Cómo beneficia una paternidad activa a tus hijos?

De acuerdo con estudios de Unicef, la el rol del padre es fundamental para las habilidades socio emocionales, les otorga bienestar y salud. Serán niños que tendrán relaciones mas sanas cuando ellos sean adultos.

Tus hijos serán:

Más sanos y el vínculo con tu hijo o hija será más sólido en el tiempo y de mejor calidad, se convierte en un acompañamiento recíproco para toda la vida.

¡Buena Suerte papá!

npq

Suscríbete a nuestro canal de YouTube

Seguir leyendo

Estilo

La maternidad y paternidad son motivación de vida para jóvenes : psicóloga

Publicada

on

Por

Jóvenes aspiran a maternidad y paternidad responsable: psicóloga
Foto Pixabay

Ciudad de México.— La edad no cambia en nada el deseo de la maternidad y la paternidad, revelan testimonios recogidos en el libro “Chicos cuidando a otros chicos” de la psicóloga Alejandra Menis.

Madres y padres adolescentes cuentan cómo se sienten y cómo transitan esta nueva etapa de sus vidas.

TESTIMONIOS

“Tener un hijo a los 30 años o los 19 va a ser lo mismo siempre cuando se trate de tu primer hijo. No lo veo diferente. La edad es un número”, admite Micaela, de 17 años.

De igual forma, Sol tuvo a su primogénito a los 17 años y el nacimiento de su bebé les cambió la vida para bien.

“La maternidad para mí es lo más hermoso que me pudo haber pasado. Es lo más lindo, lo que me da ganas de seguir, de trabajar, de estudiar, de vivir… me emociona”.

LEE Papa Francisco destaca el valor de la familia, “alianza insustituible entre hombre y mujer”

BUENOS PADRES

En entrevista con Infobae, Alejandra Menis reveló que el caso que más la conmovió fue el de un joven, que sorprendió a todos sus amigos con la responsabilidad que afrontó su paternidad. “Su hija le cambió la vida y gracias a ella hoy camina por la calle y no por una cárcel”.

Dijo que a pesar de su edad o todas las variables en juego, los jóvenes pueden ser buenos padres y madres para sus hijos.

“Existen infinitas combinaciones posibles y no hay formas estandarizadas de lograr una compatibilidad entre los deberes y obligaciones de un padre o una madre y los deseos y aspiraciones que tienen los chicos y chicas en la adolescencia. Habrá que escuchar a joven por joven para encontrar ese equilibrio”, estableció Menis.

Siete24 en redes sociales

ebv

Seguir leyendo

Te Recomendamos