México.- Al igual que las abejas y los murciélagos, los colibríes realizan una función ecológica importante en la conservación de los ecosistemas por tratarse de una especie polinizadora; aunque no se encuentra en peligro de extinción, está perdiendo su hábitat.
Esta situación se presenta de manera particular en las grandes ciudades por la urbanización masiva que provoca desequilibrios naturales.
En México existen más de 50 especies de las cuales 19 se aprecian en la Ciudad de México, en particular en los jardines artificiales que la UNAM instaló en algunas entidades universitarias, así como en diversas escuelas de la capital mexicana y del Estado de México, con el apoyo de la especialista en la conservación de aves, María del Coro Arizmendi Arriaga, promotora del proyecto Jardines de Colibríes.
La directora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, explicó que la función de estos espacios naturales es promover la educación ambiental entre los ciudadanos y que participen en labores de restauración de su hábitat, además de contribuir a preservarlos; hasta antes de la pandemia, se crearon 90 espacios naturales en la Ciudad de México.
Recordó que el proyecto surgió como parte de la campaña de protección de polinizadores de América del Norte (NAPPC por sus siglas en inglés). En 2014 la FES Iztacala propuso la instauración del primer jardín con la finalidad de recrear su hábitat natural, incrementar la población y estudiar su comportamiento biológico.
Colaboración con la CDMX
Estos espacios se caracterizan por las plantas nativas que más atraen a esos polinizadores. María del Coro Arizmendi, junto con sus colaboradores, principalmente estudiantes, construyeron diversos jardines, entre ellos en los institutos de Educación Media Superior (IEMS) Iztapalapa, Iztacalco, Tlalpan, Álvaro Obregón y Milpa Alta.
Detalló que es fácil atraer a los colibríes con flores largas, tubulares, rojas, amarillas, moradas y rosas, algunas de las cuales les gustan a los colibríes son el mirto, aretillo, muicle, camarón, toronjil silvestre y lavanda.
En el IEMS 4 Iztapalapa, abundó, se puso en marcha la colibrí-terapia, estrategia terapéutica que busca fortalecer la estructura psicológica de los estudiantes para que sean más resilientes a la ansiedad, depresión, agresividad, así como al uso de drogas y embarazos no deseados.
Asimismo, indicó que impartieron un curso de capacitación sobre este tipo de jardines en la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, y a partir de ahí se lanzó el programa Mujeres Polinizadoras, llevado a cabo en los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares) de las alcaldías Álvaro Obregón, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac, Coyoacán y Xochimilco.
Como parte de esa iniciativa, se promueve que las mujeres de diferentes barrios adopten una extensión de tierra y formen un jardín para polinizadores como el colibrí, entre otros, además de sembrar plantas medicinales o alimenticias, indicó la directora de la FES Iztacala.
Recomendó colocar diversas plantas que aseguren la floración a lo largo del año, además de fuentes o un plato hondo con agua, para que la beban y se bañen; además colocar bebederos, de preferencia de vidrio –porque los plástico de baja calidad liberan sustancias tóxicas cuando se exponen al sol– con azúcar estándar o blanca diluida. Este recipiente debe lavarse al menos una vez por semana.
Resultados
Resaltó que la iniciativa incrementó el número de especies de colibríes, incluso el arribo de algunas que no venían a la ciudad. Por ejemplo, en Río Churubusco, donde colocaron salvia leucantha, una planta que les gusta, se observa un gran número de estas aves que arriban para comerla.
“Es cierto que estas aves van a todos lados, comen en tu jardín, en tu bebedero, pero necesitan también de árboles y hábitat para reproducirse; entonces, debemos conservar el hábitat natural y esa es la educación ambiental que estamos intentando hacer con la sociedad que nos pide información para realizar bebederos y jardines”, acotó.
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Ciencia
La Secretaría de Salud en Tamaulipas registra 27 casos de Paludismo
Debido a esta situación, se instaló el Comité Estatal para la Prevención de la Reintroducción del Paludismo en el estado.
Tamaulipas.- La Secretaría de Salud de Tamaulipas tiene registro de 27 casos de paludismo en el estado. La dependencia aclaró que estos casos son importados porque muchos de los pacientes son originarios de Venezuela.
Debido a esta situación, se instaló el Comité Estatal para la Prevención de la Reintroducción del Paludismo en el estado.
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El responsable del departamento de Prevención y Control de Enfermedades Transmitidas por Vector, Rigoberto Carlos Almanza Ríos, mencionó que fue en el año de 1983 cuando se registró el último caso de paludismo en el municipio de Xicoténcatl.
Por medio de la Red de Unidades de la Salud con especial atención en personas migrantes.
Mencionó que derivado de estas acciones, en el 2022 se detectaron 3 casos importados de paludismo en Matamoros, Reynosa y San Fernando y en lo que va de este años 2023, se han confirmado hasta la fecha 27 casos importados, todos registrados en el municipio de Matamoros, causados por el parásito Plasmodium Vivax en pacientes de origen venezolano.
¿Qué es el paludismo?
Cabe mencionar que el paludismo, es un padecimiento ocasionado por un parásito del género Plasmodium.
Es transmitido por la picadura de un mosquito infectado, llegando a causar síntomas como fiebre, malestar y escalofríos a quienes lo padecen.
Instalan Comité Estatal.
El subsecretario de Salud Pública, José Luis Garza Ruiz, tomó la protesta a los integrantes del comité que, confiado en su experiencia y dedicación, se comprometieron a reforzar acciones y redoblar esfuerzos para erradicar y prevenir este padecimiento.
ARH
Ciudad de México.— El mes de septiembre cerrará con uno de los espectáculos astronómicos más visibles: la superluna, conocida como la Luna de la Cosecha.
El próximo viernes 29 de septiembre los habitantes de todo el planeta podrán disfrutar de esta Luna, siempre y cuando el clima lo permita.
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La Luna de cosecha de este 2023 no sólo será especial porque será una superluna, lo que significa que el satélite natural estará más cerca de la Tierra, sino que también lo será porque Júpiter, Saturno y Mercurio se dejarán ver en el firmamento.
El primer planeta en visitar la última superluna de 2023 será Saturno, el segundo planeta más grande del sistema solar, y se ubicará en la constelación de Acuario.
Posteriormente será el turno de Júpiter, que se ubicará a la izquierda de la Luna de la Cosecha en la constelación de Aries.
Por último, Mercurio será el último planeta en visitar la Luna de la Cosecha y será el más difícil de detectar, según el sitio especializado Space.
La primera Luna llena de otoño es conocida como “Luna de la cosecha” porque marca el momento para cosechar lo que se cultivó durante la primavera, según la tradición amerindia.
JAHA