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“Sólo tenemos a nuestros vecinos”; Familias de Chalco inundadas
Chalco.— Calles de Chalco, Estado de México, específicamente en colonias como San Miguel Jacalón y Culturas de México, se han convertido en canales y embarcaderos que ha destapado una problemática que los vecinos han soportado durante años: la falta de respuesta y acción por parte de las autoridades ante la vulnerabilidad de la zona frente a las lluvias.
Las recientes inundaciones provocadas por lluvias y desbordamiento de canales han dejado hogares bajo el agua y han revelado el abandono que sufren sus habitantes.
Una de las voces que resuenan en medio de la zozobra es la de Margarita Meléndez Rojas, residente de la colonia Culturas de México. Con angustia en su voz, relata cómo el agua irrumpió en su hogar.
La familia Meléndez, que lleva 29 años viviendo en la zona, nunca había experimentado una situación tan devastadora. Sin embargo, lo que más duele a Margarita no es solo la pérdida material, sino la indiferencia con la que han sido tratados.
“Hemos pedido ayuda, pero nadie nos escucha. Solo tenemos a nuestros vecinos”, dijo. Durante las últimas semanas, la familia Meléndez ha tenido que recurrir a la solidaridad comunitaria para conseguir alimentos y evitar que el agua del drenaje, contaminada y maloliente, siga filtrándose en su hogar.
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Pero Margarita no es la única. Son muchas las familias en Chalco que, como ella, se han visto obligadas a transformar radicalmente su vida para adaptarse a esta nueva realidad.
Durante 21 largos días, han sobrevivido en condiciones inhumanas, viviendo entre el agua y la desesperación. Muchos han tenido que abandonar sus casas y refugiarse en lo poco que les queda, improvisando albergues temporales en las calles, mientras esperan una ayuda que nunca llega.
La situación de Margarita Meléndez y su familia es un testimonio del dolor y la frustración que embarga a cientos de chalquenses.
La incertidumbre sobre el futuro y la falta de apoyo gubernamental siguen siendo las mayores preocupaciones para quienes han perdido casi todo, menos la esperanza de que algún día sus voces sean escuchadas.
ebv