Unión Mujer
¿Cuánto vale tu cuerpo? Los cuerpos como negocio en el Siglo XXI
Por Fernanda Barreto
@nolatipicafeminista
¿Qué tienen en común los cuerpos que se venden? Es 2021, la defensa de los Derechos Humanos ha tenido su auge en la mayoría de los países democráticos y, sin embargo, hoy en día tenemos profundos dilemas éticos respecto a la compra, renta y venta de cuerpos humanos.
Este fenómeno tiene varias caras, pero en el fondo la raíz del problema es similar: se han desdibujado los límites éticos de lucrar con los cuerpos de seres humanos. La trata de personas sigue en aumento; la renta de vientres busca ser legal en diferentes países; el comercio ilegal de órganos se ha consolidado en los mercados negros; y, plataformas como OnlyFans se han consagrado como una muestra más de la gran demanda que tienen las imágenes de los cuerpos.
Vamos por partes. Existen prácticas que lucran con cuerpos humanos de manera ilegal, estos delitos son claramente señalados y perseguidos mundialmente. Entre estas prácticas podemos encontrar la trata o tráfico de personas y la venta de órganos. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial del Trabajo, para 2005 existían 2.4 millones de víctimas en el mundo de redes de tráfico de personas que terminan en explotación laboral o sexual. Para el 2019, en México se registraron más de 5 mil víctimas de este delito, 85% fueron mujeres y niñas y 15% niños y hombres.
La venta ilegal de órganos no se queda atrás. Según el portal Organs Watch, entre 15,000 y 20,000 mil riñones se venden ilegalmente al año . Cada riñón puede llegar a tener un valor de $250,000 dólares y, por lo general, son vendidos por personas de escasos recursos y en situaciones vulnerables, aunque también existen víctimas de tráfico de personas que son usadas para estos fines.
Existe, sin embargo, otro tipo de venta de individuos o imágenes de sus cuerpos que, aunque pobremente reguladas, pueden considerarse prácticas legales en muchos lugares.
Estos son los vientres de alquiler y el uso de plataformas como OnlyFans para vender contenido para adultos.
En 2020, la plataforma OnlyFans ganó de 7,000 a 8,000 creadores de contenido al día y alrededor de 15 millones de usuarios por mes . Aunque esta plataforma nació para asegurarle a los creadores de contenido suscripciones pagadas, la plataforma se ha convertido en un escaparate para vender pornografía amateur y fotografías íntimas.
Los vientres de alquiler, por otra parte, son una práctica que ha ganado reflectores en los debates públicos. Cuando se habla de vientres de alquiler, generalmente, se refiere al fenómeno de contratar a una mujer para gestar a un bebé que finalmente se entregará a una pareja que paga por el servicio y por los gastos del embarazo y parto. Hoy, esta práctica es legal en los Estados Unidos, Ucrania, Corea del Sur, Hungría, India, Sudáfrica, Israel y los Países Bajos. Mientras sigue en debate legal en países como Francia y México.
La periodista sueca, Kajsa E. Ekman , ha estudiado a profundidad la relación entre la prostitución, la cultura de comercialización de los cuerpos y los vientres de alquiler. Ella apunta que el pago es un sustituto del deseo, cuando alguien desea tener sexo o un embarazo, pero la otra persona involucrada no lo desea, el pago es necesario. Por lo tanto, la relación íntima o la maternidad se transforman en una relación mercantil, una transacción.
Por su parte, el filósofo Michael Sandel ha estudiado por qué la mercantilización de situaciones cotidianas ha ido en aumento en las últimas décadas . Para Sandel, hemos pasado de tener una economía de mercado a ser una sociedad de mercado, en la que todo y todos pueden ser intercambiados por un precio establecido por la oferta y la demanda. Su tesis versa en que se han interiorizado tanto las dinámicas de los mercados que hoy creemos que el dinero puede y debe solucionar los problemas más profundos y los más superficiales de la vida. ¿Quiere un hijo con sus genes, pero no puede o quiere embarazarse? rente un vientre; ¿quiere subir a la montaña rusa, pero sin hacer la latosa fila? pague un pase rápido; ¿necesita un órgano de urgencia y tiene mucho dinero? compre uno en el mercado negro. La lógica es la misma: “si tengo el poder adquisitivo, cumpliré mi deseo”.
Uno de los problemas de que la toma de decisiones en nuestra sociedad gire en torno al dinero, es que agranda la brecha de desigualdad entre ricos y pobres. Normalmente son mujeres pobres en países del Este de Europa, India o Asia las que necesitan rentar sus vientres a parejas ricas de Estados Unidos o el Norte de Europa. Un segundo problema es, por supuesto, la idea de que los deseos siempre deben de cumplirse sin un límite moral claro, menoscabando muchas veces la dignidad moral de la otra persona en la transacción.
Estas muestras de venta “legal” de personas nos indica, entonces, que el fenómeno va más allá de la esclavitud forzada o redes clandestinas de venta de personas, volteemos a ver a la demanda y los pocos límites morales que como sociedad hemos puesto al dinero y a los mercados. Como dice Sandel, nuestra sociedad debe de reaprender que no todo se puede comprar, el dinero debe de tener límites, pues cuando no los tiene, se pervierte la naturaleza de un fenómeno. Por ejemplo, la maternidad, la intimidad o la vida misma.