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El deporte endurece los castigos por la trata y explotación de niños y jóvenes
Ciudad de México.— La trata de personas es un delito que consiste en explotar a mujeres, niños y hombres con el fin de obtener un beneficio económico, entre otros propósitos.
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Todos los países sufren el tráfico de seres humanos, tránsito o destino de las víctimas. Delincuentes de todo el mundo continúan incurriendo en prácticas de trata de mujeres con fines de explotación sexual y trabajo forzado.
El mundo del deporte, incluido el fútbol, tampoco está a salvo de este problema. Cada año, miles de jóvenes, sobre todo de África, Asia y Sudamérica, corren el riesgo de que quien busca explotarlos. Les venden el falso sueño de labrarse una carrera en Europa.
En septiembre de 2015, el mundo marcó objetivos globales encaminados a erradicar cualquier forma de violencia, abuso y explotación, incluida la trata de personas.
El 10 de julio de 2019, la FIFA puso en marcha el programa FIFA Guardians.
El programa FIFA Guardians tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de los niños.
La protección de los menores es también uno de los pilares esenciales del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores. En 2001, la FIFA adoptó reglas estrictas para combatir la explotación y el maltrato que sufren los jugadores jóvenes.
La protección de los menores fue uno de los principios que se incluyeron en el acuerdo alcanzado por la FIFA, la UEFA y la Comisión Europea en marzo de 2021.
El artículo 19 del Reglamento permite únicamente la transferencia internacional de jugadores de 18 o más años.
La FIFA exigirá, en el marco de su nuevo régimen para agentes futbolísticos, que cualquier agente que desee representar a un menor obtenga una serie de autorizaciones.
La FIFA introdujo en septiembre de 2019 una serie de importantes actualizaciones en su Código de Ética con el fin de abarcar explícitamente las sanciones por acoso sexual, abuso y explotación.
La Comisión de Ética impuso recientemente la pena más severa posible, la inhabilitación de por vida y una multa por valor de un millón de francos suizos, para castigar casos de abusos sexuales y trata de personas.
Foto cortesía ACNUR