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La ‘MCN’ aplasta al Anderlecht
Bruselas, Bélgica.— Neymar, Cavani y Mbappé, un tridente que comienza a cobrar tintes de histórico en el París Saint-Germain, aniquiló 0-4 al Anderlecht, en la Jornada 3 de la Fase de Grupos de la Champions League.
Fin du match
Anderlecht – Paris Saint-Germain
Mbappé 3′
Cavani 44′
Neymar Jr 66′
Di Maria 88′#ICICESTPARIS pic.twitter.com/1axHHzJVPd
— PSG Officiel (@PSG_inside) 18 de octubre de 2017
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El Constant-Vanden Stock olía a masacre cuando Mbappé aprovechó un genial centro de Verrati encontró a un Mbappé que buscó un hueco entre las piernas de Sels para poner el duelo cuesta abajo.
Hasta tres ocasiones se procuraron en apenas cuarto de hora, pero ni Kums desde el borde del área en el 6, ni Onyekuru mano a mano con Areola en el 12, ni Teodorczyk frente al gol en el 15, tuvieron la misma sangre fría que sus homólogos parisienses.
Esa fue la diferencia, un equipo voluntarioso, bien asentado, fue un juguete frente a la maquinaria de guerra parisiense, que dejó entrever una debilidad defensiva que pudo deberse a la ausencia de Thiago Silva, insuficientemente recuperado de una lesión, pero que fue la única nube en el prometedor horizonte que presentan los franceses.
MATCH 1
MATCH 2
MATCH 3
Next Level @rscanderlecht au Parc ???????? pic.twitter.com/vtiSkPxTQ3— PSG Officiel (@PSG_inside) 18 de octubre de 2017
Al trabajo de amanuenses de los belgas antepuso el PSG un bisturí, cortes finos pero profundos al fondo del corazón belga, ante la mirada incrédula de Eddy Merckx, que debía decirse desde el fondo de su pasión bruselense que este PSG tiene algo del hambre caníbal que animó su carrera ciclista.
Al borde del descanso, en el 44, Neymar dividió la defensa belga, disparó contundente desde el borde del área, el balón, mal rechazado, llegó a la cabeza de Mbappé, que sirvió para la de Cavani que solo tuvo que empujar el balón a la mallas.
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Faltaba el gol de Neymar, que llegó en el 66, en una falta bien situada, un gol astuto, de esos que parece que quien los hace sabía el futuro diez segundos antes, que la barrera del Anderlecht saltaría y dejaría bajo sus pies un hueco que el meta no iba a anticipar y, por ahí, como si nada, el balón encontraría el camino de las mallas.
A la fiesta se unió Di María, que había sustituido a Cavani y que no celebró su gol como si el argentino no se sintiera concernido por la fiesta que vive su equipo.